El físico importa: Hazte Lapón trascienden el concepto de álbum con el disco-libro-juego ‘Tú siempre ganas’

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El físico importa: Hazte Lapón trascienden el concepto de álbum con el disco-libro-juego ‘Tú siempre ganas’

Días atrás reseñábamos “Tú y yo (y todos los demás)”, la segunda parte del disco final de Hazte Lapón. Con él, el pasado septiembre culminaban el lanzamiento de ‘Tú siempre ganas’, un tercer y definitivo álbum que han ido revelando a lo largo del año, primero con un volumen inicial de 10 canciones bajo el subtítulo de “La vida adulta”, ampliado luego con un interludio de dos canciones de temática estival y, al fin, culminado con otros 10 temas inéditos, coincidiendo con la publicación del disco en formato físico. A este dedicamos hoy este artículo de nuestra sección “El físico importa”, que si para algo fue ideada fue, precisamente, para hacernos ecos de ediciones como esta.

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Totalmente conscientes de que este lanzamiento que pone fin a los 10 años de carrera del dúo malagueño formado por Lolo Lapón (Manuel González Molinier, a partir de ahora) y su pareja Saray Botella sería su pirueta final, Hazte Lapón han cuidado los tempos y la edición de esta obra al máximo detalle. Si sus 22 canciones, tal y como las habíamos conocido, ya suponen una sublimación de su estilo –que, por si aún no lo sabes, se podría situar entre The Magnetic Fields y Klaus & Kinski, con paradas en Pulp, The Wedding Present y Belle and Sebastian–, el formato físico del disco supone además una pirueta que acota también su ética y estética: rebelándose contra la fiebre del vinilo –Lolo nos decía que le parecía delirante que sus compradores reconocieran no reproducir esos discos–, el grupo convenció al sello El Genio Equivocado para, empleando la clásica carpeta de ese formato, albergar una obra conceptual mucho más compleja y rica en matices.

Así, al abrir la carpeta de ‘Tú siempre ganas’ en su reverso se despliega un tablero con casillas, y en su funda no encontramos un disco de plástico circular de 10”, sino un libro blanco en formato A5 y un archivador transparente que contiene pequeñas cartas de juego al estilo Magic. Cada una de estas cartas representa a uno de los personajes que pueblan las canciones del disco –incluidas en un CD que contiene sus 22 cortes en una secuencia distinta a la de cada una de sus partes–, y que van desde parejas reales o ficticias como los propios Lolo y Saray, Véra y Vladimir Nabokov, Ulises y Penélope, Johnny Cash y June Carter o Leopold y Molly Bloom, a familias como Los Panero o figuras individuales como Walt Disney, Santa Teresa, Hervé Falciani, Wes Craven o Andy Warhol. Cada una de esas cartas cuenta con unas características y poderes que se miden en batallas dispuestas al azar que tendrán lugar en el tablero, y que implican la lectura de los episodios del libro que se refieren a ellos y la reproducción física o digital (cada tema cuenta con un código DR que redirige nuestro móvil a un reproductor de Souncloud) de la canción.

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Así, el disco irá ligado al desarrollo de la partida, ofreciendo una secuencia aleatoria e inesperada en cada ocasión, en una especie de ‘Rayuela’ musical. Además, la lectura de esos relatos escritos por Lolo –psiquiatra de profesión– ofrecen, además de pequeñas obras literarias en sí, claves sobre el origen de cada canción y en qué manera están relacionadas entre sí y con sus autores, puesto que, como cada disco de Hazte Lapón, nunca dejan de ser proyecciones de su propia relación sentimental, y sobre cómo la familia, los amigos o el arte influyen en ella.

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Pero además, siempre existe la posibilidad de disfrutar de cada uno de esos elementos de forma independiente, pudiendo ser un juego adulto sobre relaciones, un libro de relatos interesantes y muy bien escritos y el disco como tal. Disco que, rizando el rizo, muestra en lo que nosotros interpretamos como su secuencia definitiva –y que el propio Lolo ha subido a Spotify en forma de playlist– toda la coherencia y dinamismo que, quizá, se echaban en falta a la hora de escuchar sus partes separadas. “El Salmón Lapón”, como lo acuñaba su propio autor, cobra así toda su magnitud, mostrando en su conjunto un peso que lo convierte en uno de los discos nacionales más destacados de 2018. Un punto y final, como ya habíamos dicho, inmejorable. Sin duda, disco-libro-juego recomendado.

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