La sierra de Guadarrama es un precioso área vacacional del norte de Madrid que, curiosamente, está cuajada en pocos kilómetros cuadrados de rincones simbólicos, siniestros, místicos y mágicos, desde el Valle de los Caídos al Monasterio del Escorial, pasando por la llamada Silla de Felipe II, el terrible Preventorio Infantil o la capilla de Prado Nuevo donde se le aparecía la virgen, decía ella, a la vidente Amparo Cuevas. Su frondosidad y su arquitectura monumental la convirtieron también en un frecuente espacio de filmación de películas míticas de Hollywood como ‘La caída del Imperio Romano’, ‘La muerte tenía un precio’ o ’55 días en Pekín’, además de infinidad de películas españolas. También ha sido referenciada en la música pop, en canciones tan maravillosas y distintas (aunque con una conexión lisérgica) como ‘El tigre de Guadarrama’ de Vainica Doble y la propia ‘El Escorial’ de Los Punsetes. Y, por supuesto, tampoco olvidamos aquellas memorables fotos promocionales de Leo Mateos de los ya extintos nudozurdo sobre el símbolo franquista por antonomasia.
Y su magnetismo sigue resultando inspirador para nuevas generaciones. Así lo demuestra ‘Sierra Norte’, el primer single de Auto Sacramental. Un nombre tras el que se esconde Jorge Mills, integrante de proyectos como Rollercoaster Kills o Totale que ahora se lanza en solitario y cantando por primera vez en castellano. Producida por Guille Mostaza (Ellos, Gálvez Mostaza) en sus estudios Alamo Shock, ‘Sierra Norte’ es un pelotazo de synth pop de marcada inspiración ochentera combinado con ritmos contundentes de corte kraut, espíritu oscuro y ganchos inapelables. Una combinación que, redondeado por una letra que evoca nihilismo juvenil con referencias sombrías a ‘La caza’ de Carlos Saura, la postulan como firme candidata a convertirse en un himno de club alternativo como lo fueran/son ‘Toro’ o ‘De la monarquía a la criptocracia’.
El lanzamiento de este primer single de Auto Sacramental se completa con un vídeo de Wences Lamas (Pablo Und Destruktion, Disco Las Palmeras!) que, aprovechando obviamente la riqueza de los parajes naturales y rurales a los que remite el título de la canción, nos sitúa en el centro de un grupo de amigos que, en su búsqueda de emociones, se implica en un ritual turbio que envuelve a una virgen adolescente.