Kiko Veneno, recientemente vinculado a Refree en su disco ‘Sensación térmica‘ o a Niño de Elche, con el que colaboraba en vivo en ‘Mercedes blanco’, cambia de nuevo de estilo en ‘La higuera’, el adelanto de un nuevo álbum que verá la luz el año que viene bajo el nombre de ‘Sombrero roto’. Si bien el autor de ‘Échate un cantecito’ o ‘Está muy bien eso del cariño’ por supuesto deja su impronta en este sencillo, su nuevo sonido es más alucinógeno y psicodélico.
Explica la nota de prensa promocional que «el pasado otoño, paseando por el campo, Kiko Veneno recordó el bosquejo de una canción que guardaba desde hacía tiempo. Tenía el soniquete y una parte de la letra a los que sumó ideas para la línea de bajo y el riff de guitarra. Los grabó de viva voz en su iPhone, durante el paseo. Al día siguiente, ya en el estudio, consiguió volcar a una maqueta lo que había registrado en el móvil. La terminó en tres horas. Algo excepcional. Después, con ayuda del joven músico y productor jerezano Santi Bronquio, trabajó el imprevisible tempo de la composición. Ambos llegaron a la conclusión de que el espíritu de “La higuera” era otro, así que respetaron su paso cojitranco a lo Talking Heads y se concentraron en vestirla con ropa de su tiempo, contemporánea». Aparte de los seguidores de la banda de David Byrne, pueden asomarse los de Animal Collective, el último John Grant o en la España de hoy, Aries por sonido y Guadalupe Plata por guitarras.
El tema, hipnotizante en sus «ya está, ya está» y en sus fascinantes tarareos sobre el «número phi», entre otras cosas, llega a las plataformas digitales esta medianoche, pero antes JENESAISPOP estrena el vídeo en sintonía con todo lo expuesto, realizado por el mismo Santi Bronquio y Guillermo Marrufo, que se presenta así: «Con un aire lúdico y mucha libertad el propio Santi Bonquio fue grabando a Kiko en varias ocasiones. Eran escenas casuales que fueron tomando forma con la edición pulida y rítmica del realizador Guillermo Marrufo. Finalmente Rayos en Tu Cabeza, tribu que ha creado el arte del disco y sus alrededores, aportó unas pinceladas, para hacer germinar un collage con sabor a cinta vhs».