A cuenta de ‘Hikomori’, canción de su álbum debut ‘Nuevas degeneraciones’, Escuelas Pías nos confesaban su gusto común por la reclusión y los paraísos artificiales, cierto carácter antisocial. La nota de prensa de este nuevo disco, firmada por Manolo Domínguez del extinto (y exquisito) webzine La Nadadora, habla de esa búsqueda de la invisibilidad que evoca también la portada de ‘Música ligera para un funeral’. Y, a la vez, destaca que Christian y Davis parecen querer (y a la vez, no querer) sacar un poco la cara de entre las sombras.
Se refiere, entiendo yo, a las melodías certeras de ‘Me muevo’, ‘Agujero negro’, ‘Última estación’ o ‘La carrera espacial’, puro pop en el fondo que además es realzado por la voz de Davis, una de las más bonitas del panorama indie con diferencia. En ese sentido, ‘Música ligera para un funeral’ –título que le va que ni pintado como definición– no supone una sorpresa por parte de aquellos que firmaban ‘Temporal’ o ‘La muerte dulce’. Sí lo es, en cambio, en la mayor presencia de guitarras que, como si Christian quisiera sacarse una espina tras la disolución de Blacanova, emerge en un torrente noise al más puro estilo Slowdive o Beach House. Un shoegazing que toma protagonismo y que, aunque no sustituye el electropop melancólico que evocaba (y sigue evocando) a The Radio Dept. (‘Última estación’), New Order (muy presentes en ‘Carrie Page’) o proyectos locales como Dar Ful Ful, sí que convive con él.
Pero Escuelas Pías parecen vivir en esa ambivalencia, esa duda sobre dejarse ver o seguir ocultos en la sombra (“todo lo que brilla necesita oscuridad”, cantan), especialmente en este trabajo. No sólo por la cadencia de temas taciturnos y sombríos que a veces encandilan con sus giros melódicos (‘Las cloacas del amor’ y ‘Galletas de la suerte’, sobre todo), sino porque a menudo parecen enredarse en progresiones instrumentales que alargan las canciones en exceso, por encima de los 5 minutos casi siempre, aminorando su pellizco. Pero, al fin y al cabo, ese espíritu algo hermético, que sin duda dificulta la tarea de entrar en este álbum, parece inherente a unos tipos que se sienten cómodos cantando algo tan demoledor como “la felicidad trae la enfermedad”. Escuelas Pías presentan ‘Música ligera para un funeral’ mañana, 1 de marzo, en el ciclo Acústics de la Sala Almodobar de Barcelona, junto a Algora.
Calificación: 6,9/10
Lo mejor: ‘Agujero negro’, ‘Me muevo’, ‘Las cloacas del amor’, ‘Última estación’, ‘Galletas de la suerte’
Te gustará si te gustan: The Radio Dept., Slowdive, New Order, Algora
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