Su respuesta a través de la web The Red Hand Flies, tal y como recoge NME, ha sido que hay que separar música y política. «La opinión política de Morrissey se vuelve irrelevante. Independientemente de las necedades que él pueda postular, no podemos pasar por alto el hecho de que cuenta con un catálogo extenso y extraordinario que ha mejorado las vidas de muchos de sus fans hasta lo indecible. Esto no es moco de pavo. Ha creado trabajos originales y distintivos de una belleza sin igual, que sobrevivirá a sus alianzas políticas ofensivas».
Indica que Morrissey es uno de los mejores letristas de su tiempo y cita entre los ejemplos ‘This Charming Man’, ‘Reel Around the Fountain’ y ‘Last Night I Dreamed Somebody Loved Me’. Además, en otros puntos de su texto, indica que Morrissey «pese a que pueda decepcionar a los marginados y a los miembros desahuciados de la sociedad», «debe tener libertad de expresar sus opiniones, como otros tienen la libertad de desafiarlas». Concluye, en la línea, que hay que dejar que Morrissey tenga sus opiniones, pero también «dejar a su música vivir».