Y es que la artista navarra surgida de Operación Triunfo 2018 supera esas prácticamente inevitables comparaciones en ‘tarántula’, además de con esos toques en las percusiones y las melodías (el estribillo tiene un toque de mambo, muy latino), con una estructura sinuosa y en constante mutación, repleta de ganchos y giros divertidos que la hacen algo más compleja que ‘bad guy’ (que, después de todo y como se ha demostrado, es bastante simple). Pero sobre todo obliga a olvidar referencias a base del humor y desparpajo (esos «no sabe ná») que desprende una letra en la que se revuelve contra el odio arbitrario que escupen a menudo las redes sociales en particular e Internet en general.
«Ahora me vas a escuchar / Ya no me puedo callar / Voy a quemar la ciudad contigo dentro» es uno de los versos más amenazantes (en estos tiempos de pielfinismo y exceso de celo, raro es que a algún fiscal no se le haya pasado por la cabeza ponerla en la picota) que haya cantado jamás un ex-concursante de talent-show. No es que haya que ponerle una medalla por ello, pero sí hay cierta valentía en que lo haga. Y esa acidez se equilibra con el empleo de ese «tarántula» que popularizó La Veneno como imagen del mal bicho al que dirige su contraataque y que, en realidad, se merece que le den lo suyo.
Así, no sería de extrañar que ‘tarántula’ pueda llegar a superar a ‘bad guy’ en en repercusión comercial –obviamente, me refiero al mercado español–: de manera más que curiosa, el top de tendencias del día en Youtube tiene el remix con Justin Bieber del tema de Eilish en el puesto número 3, justo por delante del vídeo oficial del single de Natalia estrenado hace unas horas. Un clip que, en sintonía con lo que comentaba, está repleto de comicidad: producido por Discorosa y dirigido por Diego Jiménez (responsables de vídeos recientes de La Estrella de David, Carolina Durante, Cariño y otros grupos indies), es un divertido ejercicio visual protagonizado por Lacunza y el bailarín Pablo Costas (surgido de la penúltima edición de Fama a Bailar), en el que la cantante martiriza a su impasible partenaire en un impoluto escenario (que recuerda a la imagen de otro de los referentes del tema, Melanie Martinez) donde acaban marcándose una estupenda coreografía.