Y es que el debut en la dirección del actor Max Minghella (‘El cuento de la criada’, ‘La red social’), producido por Fred Berger (‘La La Land’) y con música de Marius De Vries, no es, como podría parecer, una versión posmoderna, nostálgica (de los ochenta) o paródica de este tipo de musicales protagonizados por cenicientas contemporáneas. Al contrario, es el típico relato de “cómo alcanzar tu sueño” -que igual vale para una competición musical que para una deportiva- orgulloso de serlo. Que nadie busque aquí vueltas irónicas o estiramientos conceptuales. Solo hay honestidad de filme de género e ingenuidad pop.
La “letra” de la película ya nos la sabemos. Una chica de origen humilde (granjera hija de inmigrantes polacos), que vive en un pueblo (en la isla de Wight, al sur de Inglaterra), va al instituto (donde no es muy popular), trabaja (es camarera en un bar con karaoke) y, en los momentos de soledad, mientras escucha música en los cascos, acaricia un sueño: llegar a ser una estrella del pop. Un día conocerá a un mentor en horas bajas que le ayudará a prepararse para conseguirlo. El ascenso a la fama, plagado de obstáculos, terminará con una gran competición final. Esta es la propuesta argumental de ‘Teen Spirit’: una historia de superación tan previsible y plagada de lugares comunes como una canción de radiofórmula
. La diferencia en estos casos la marca la música y su intérprete.La banda sonora de ‘Teen Spirit’ está llena de temas muy conocidos, pero no descaradamente mainstream. Elle Fanning canta, bastante bien: ‘I Was A Fool’ (Tegan & Sara), ‘Dancing On My Own’ (Robyn), ‘Lights’ (Ellie Goulding), ‘Little Bird’ (Annie Lennox), ‘Good Time’ (Owl City, Carly Rae Jepsen), ‘Don’t Kill My Vibe’ (Sigrid), y la inédita ‘Wildflowers’, de Carly Rae Jepsen, que aparece en los créditos finales. Además, suenan hits como ‘Genesis’ (Grimes), ‘Just a Girl’ (No Doubt), ‘E.T.’ (Katy Perry) o el ‘Saturday Night’ de Whigfield. Una “lista de reproducción” que encaja muy bien con la apariencia introvertida, lánguida y elegante de la actriz.
Y lo mismo se puede decir de la película. ‘Teen Spirit’ es tan sencilla y ligera como una canción pop, pero lo suficientemente sofisticada, sobre todo en su apartado estilístico e interpretativo (a destacar una estupenda Rebecca Hall como ejecutiva malvada), como para gustar a los oyentes más refinados. Por muy obvia y facilona que suene, está expresada de una forma tan sincera y seductora que la acabas escuchando hasta el final. 6,5.