Un poco de toda esa parte se podía haber dedicado a ampliar el reportaje de Ramiroquai sobre la música electrónica en Berlín. Ya cansan las enésimas referencias a lo duro que es entrar en Berghain debido al criterio de sus porteros, que parecen las grandes estrellas de la escena en lugar de los DJ’s, y se habría agradecido alguna valoración sobre la evolución de este lugar a lo largo de los años. Puede parecer que Berghain es un ente estático que no ha cambiado a lo largo de los lustros, pero no es así y sería interesante saber qué opinan los berlineses de él y si hay otros lugares de la ciudad que estén mejor considerados en este momento. Pero el reportaje fue tan somero que incluso me pareció entender que los reporteros de RTVE decían que la Ruta del Bacalao e Ibiza habían influido a la escena británica y no al revés: solo rebobinar me permitió comprender que estaban hablando más bien de cierta retroalimentación. Creo.
El programa lo cerraba Luz Casal con una versión freestyle de su gran clásico ‘Entre mis recuerdos’, cuando antes había escogido interpretar sólo canciones de su último álbum: la titular ‘Que corra el aire’ para demostrar que sigue haciendo rock (“yo soy la reina que todos aman” es una de sus frases estelares), ‘Miénteme al oído’, la que a la postre más ha gustado de ese último álbum; y ‘Lucas’, dedicada a un niño que falleció, relacionado con una familiar. En la entrevista con Maika Makovski, Luz celebró poder ir a un “programa de música en directo” y aseguró que tenía muchas ganas de participar en él; dejando muchos más titulares que Vintage Trouble, como “no aborrezco ninguna de las canciones que he grabado”, “las etiquetas están para saltarlas, me dedico a la música para ser una persona libre” o “aun a riesgo de que me equivoque, nunca voy a perder mi libertad de ser lo que me apetezca ser en cada momento”. Casal también recordó, seria, cómo el escote se le fue bajando durante su primera actuación en RTVE -revelando que no conoce el nombre de los escotes «palabra de honor»- y cómo ha querido evitar los dramas excesivos en su discografía. ‘La Hora Musa’, de hecho, echa en falta algo más de humor.
Como aterrorizada por convocar a 200.000 telespectadores en lugar de a 225.000 (al final fueron 197.000 anoche), la dirección del programa dio algo menos de protagonismo a Hidrogenesse, pese a su relevancia en el underground del país durante los últimos 20 años. Dos décadas en esto habrían merecido algo más de atención, pero al menos hubo oportunidad de disfrutar de su gran hit, ‘Disfraz de tigre’, en vivo, y de descubrir que ‘Brujerías jotas’ mejora mucho con su sencilla puesta en escena, alzándose como otra de las joyas perdidas de su último álbum, junto con ‘La cita‘. Carlos Ballesteros y Genís Segarra nos dejaron algunas palabras sobre la influencia del synth-pop francés por sus matices latinos y africanos y sobre cómo su disco habla de «hacerte un mundo ideal con las 4 cosas que tienes a tu alcance», en lugar de «estar deseando cosas imposibles e ideales».