Es algo con lo que ya coqueteó de manera exitosa en La Evolución del Hombre al Pájaro y que en este nuevo trabajo se culmina: ejecutado íntegramente codo con codo con su más fiel colaborador en los últimos tiempos, Raúl Querido, no suena en él ni una guitarra, batería o bajo tradicionales. ¿Significa eso que estamos ante un disco pensado para la pista de baile? En buena medida sí, especialmente si se trata de una en la que también sonaran hits de entre el año 82 y el 88, con ABC, Heaven 17, The Human League, Depeche Mode, OMD, Yazoo, Ultravox o los primeros Talk Talk (el guiño a ‘Such a Shame’ en ‘Drogas nuevas’ parece obvio) puestos en un altar. Quizá por culpa de los sintetizadores empleados, los ecos de la edad dorada del synthpop invaden este nuevo disco de Víctor, y sin embargo no deja una impresión de trasnoche o caduco, sino de vigencia y frescura.
Junto a ellos, ideal y modestamente, podría sonar la fabulosa ‘Drogas nuevas
’, el deslumbrante primer single de ‘Un extraño entre las rosas’, pero también muchas otras de sus canciones. Y es que Algora apuesta como nunca por el pop con melodías claras, directas y preciosas, que a diferencia de las de su más esquivo disco pretérito, buscan descaradamente instalarse en nuestras cabezas y movernos con bases agitadas y sencillas. ‘Disco mágico’, ‘Fotos en los gimnasios’, ’Dondiego’, ‘El último hombre de Europa’, ‘Estrella fugaz’… el abanico de posibles singles (o de posibles favoritas del público, al menos) es enorme. Y además se ve favorecido por una inteligente secuencia sin apenas baches, en permanente ascensión.En virtud de esa mayor eficacia comercial (y emocional, a qué decir) se le puede achacar que renuncie a la audacia en lo creativo, a ese aura de artista no acomodaticio y a contracorriente que siempre le ha acompañado… si es que se puede decir que no lo sea hacer en 2020 un disco que suene como el debut de Mecano, claro. Lo que es sí que es irrenunciable es su integridad como letrista, con textos tan cuidados y bonitos como inmisericordes y cruentos, sin renunciar a un fino humor.
En ellos no se conforma con exponer y afear el exceso de ego y hedonismo (‘Fotos en los gimnasios’) en el mundo de la noche (‘Dondiego’, como la famosa flor de hábitos nocherniegos, que contiene la contundente frase “solo quieres bailar, nunca quieres follar”) o la esclavitud de las redes sociales (‘El último hombre en Europa’, ‘Estrella fugaz’) y las apps para ligar/follar (‘Chicos transparentes’). También se posiciona políticamente contra el ultracapitalismo (‘Reflexiones de una vieja lavadora’, que también tiene algo de los hermanos Cano en lo lírico, o ‘Poesía de la distopía’, maravillosa historia con atisbos de experiencia real), el racismo y la homofobia (que como los propios protagonistas de ‘Elaid y Tiberiu’ también caminan terriblemente de la mano).
En realidad todos estos temas se mezclan e interrelacionan constantemente con pequeños guiños y sentencias, en general dejando una sensación de desazón y derrota constante. Curiosamente es ‘Disco mágico’, el tema que abre el disco, el único que aporta algo de luz en el pesimismo generalizado: aún apuntando a la desazón por lo artificioso y vacuo del mundo moderno, apuesta por la música, el arte, como único y gran salvador para todos. Por delante incluso del amor. Algora presentará ‘Un extraño entre las rosas’ el 12 de marzo en Velvet Club de Málaga, el 28 de marzo en Boogaclub de Granada (junto a Vicente Navarro), y el 6 de mayo en Costello Club de Madrid, dentro de la programación de Sound Isidro 2020.
Calificación: 8,1/10
Lo mejor: ‘Drogas nuevas’, ‘Disco mágico’, ‘El último hombre en Europa’, ‘Poesía de la distopía’, ‘Dondiego’
Te gustará si te gustan: los primeros Mecano y el synthpop británico de los 80.
Escucha y cómpralo: en el Bandcamp de El Genio Equivocado.