Los Enemigos: «Ahora estamos en un momento muy fraternal, muy unidos»

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Los Enemigos: «Ahora estamos en un momento muy fraternal, muy unidos»


En 2014, tras una reunión lucrativa –algo reconocido abiertamente por ellos– obrada dos años antes, ‘Vida inteligente’ suponía el regreso discográfico de Los Enemigos tras tres lustros. Ahora, seis años y un par o tres de discos por separado de Josele Santiago y Fino Oyonarte, reducen ese lapso considerablemente y han publicado este 6 de marzo ‘Bestieza‘, un nuevo trabajo en el que, haciendo honor a su título –un palabro acuñado por ellos– su rock truena fuerte y rápido.

Sobre este nuevo álbum hemos charlado por vía telefónica con Josele Santiago, mientras se recupera en casa de un inoportuno esguince de tobillo que le tiene en reposo. «Es puñetero, pero no pasa nada», tranquiliza, seguramente con la mente puesta en las próximas fechas de presentación del disco. Una ya extensa gira por España que comienza en la Sala Capitol de Santiago el día 20 de marzo y que cuenta con fechas muy especiales como el 17 de abril en la Sala Apolo de Barcelona, el 1 de mayo en el festival murciano Warm Up 2020 y el 29 de mayo en La Riviera de Madrid. [Foto: Óscar Carriquí.]

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‘Bestieza’ es un disco muy potente y directo, ¿y puede que también el más corto de vuestra carrera?
No lo sé, la verdad. Es posible.

¿De dónde parte la idea de hacer un disco así de inmediato?
Son las canciones las que van teniendo ideas, no hay un concepto detrás de esto. Las canciones van pidiendo, vamos probando, y a todas les sentaba bien un poquito de caña y aceleración. Fuimos siendo cada vez más bestias y, excepto a tres de las diez, que son más medio tiempo, van a una velocidad y a una zurra considerable. Como les sentaba bien, se la dejamos puesta. Y ahí están, nos cuadraban así, no le dimos más vuelta y nos metimos al estudio.

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Aunque están ‘La costumbre’ y ‘Rey Pescador’, todas duran menos 3 minutos.
De «one, two, three», sí… (Risas)

«A todas las canciones de ‘Bestieza’ les sentaba bien un poquito de caña y aceleración. Fuimos siendo cada vez más bestias»

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Pero, ¿habéis descartado canciones por ser demasiado largas?
No, no, ya te digo… Esto es lo que había, no solemos tener mucho material de sobra. Cuando reunimos estas diez… No sé, tenían una coherencia y un peso específico importante. Lo vimos en el local y dijimos «¿para qué más?» Además, teníamos muchas ganas ya, que había pasado mucho tiempo desde ‘Vida inteligente‘, han pasado cosas en el seno del grupo… y teníamos ganas de sentirnos ya activos.

Está producido por Carlos Hernández Nombela, que se ha convertido en un nombre muy importante en el ámbito independiente. ¿Por qué le escogisteis? ¿Qué discos producidos por él os han decidido a contar con él?
La verdad es que Carlos es amigo nuestro de hace tiempo, nos estuvo haciendo la P.A. [Nde: es decir, fue su técnico en directo] a Los Enemigos en los 90. Hemos seguido su carrera, claro. Y aunque él, como buen profesional que es, puede hacer de todo, le conocemos bien y lo que le pone es esto. (Risas) Nosotros le llamamos «bestieza», él lo llama «zurra», llámalo «punk»… Era la persona ideal. También le hemos seguido en sus discos con Airbag, con Triángulo de Amor Bizarro, el sonido que le saca a Carolina Durante… encajaba bastante en lo que queríamos para las canciones: guitarras crudas y distorsionadas, muy urgentes. Se le ocurrió a Fino: «¿llamamos a Carlitos?» Y dijo que sí enseguida, en cuanto oyó las canciones, porque a él le pone este tipo de contundencia.

¿Me equivoco, o hay más coros que en ninguno de vuestros discos? ¿Por qué?
Es verdad que hay en todas o casi todas. Antes había (coros) más puntualmente, pero es un tema que teníamos bastante trabajado. En este caso se imponía como contrapunto al guitarreo, porque no es sólo guitarreo, hay unas melodías muy curradas. Estaban pidiendo a gritos unos coritos, que además es uno de los puntos fuertes de Carlos. Y bueno, que Chema, Fino y David están ya muy curtidos en esto, también había que aprovecharlo. Fue muy divertido de grabar, trayendo cada uno su arreglito… hasta que ves que te pasas de frenada, y tienes que recular. Pero están muy currados, entran como un guante.

¿Dirías que eso es, a su modo, significativo del momento que vivís ahora como grupo?
Es posible, ahora estamos en un momento muy fraternal, muy unidos, muy contentos con la entrada de David (Krahe)… Pero es algo que, como te decía, hemos trabajado toda la vida, desde ‘La vida mata’, en ‘Ouija‘ por ejemplo.

«Manolo Benítez decidió irse con los Porretas… y bueno, ya está, está en los Porretas»

Mencionabas ahora la incorporación como guitarrista de David Krahe. ¿Cómo vivisteis la salida de Manolo (Benítez), que llevaba tantos años con vosotros?
Bueno, Manolo decidió irse con los Porretas… y bueno, ya está, está en los Porretas. Nosotros buscamos un sustituto y el que más cerca estaba era David, porque trabaja conmigo hace mucho tiempo, tanto en acústicos como con la banda, conoce el repertorio enemigo a la perfección y somos amigos desde que éramos pequeños. Entonces… estaba claro. Lo intentamos, vino al local, encajó de cojones de bien en todos los aspectos. Y Manolo… pues está en los Porretas.

¿Y qué dirías que ha aportado David a vuestro sonido y a este disco?
Pues que tiene una paleta de colores muy amplia, porque él es un guitarrista muy versátil, tiene muy trabajado el tema de efectos, los colores precisamente, es muy minucioso y muy entusiasta en el trabajo. Una banda lógicamente agradece todas estas cosas, y se nota, se nota mucho.

«Cuando te sale una canción así tan redonda es un subidón muy grande. Tampoco se puede comparar con un orgasmo. ¡Esto dura más!»

Siete mil canciones’ es un pedazo de primer single, que marca el tono del disco. ¿Qué se siente cuando surge una canción así, que imagino pronto será favorita del público, si no lo es ya?
Hombre, cuando te sale una canción así tan redonda es un subidón muy grande. No se puede comparar a nada, porque tampoco se puede comparar con un orgasmo. ¡Esto dura más! (Risas) Pero es algo así.

Al principio parece que ese tema habla un poco de encontrarse desubicado en el mundo actual, pero termina siendo una canción de amor, ¿no? ¿Es un poco un buen compendio del aspecto lírico del disco?
Sí, bueno, es un disco que no da la espalda a disfrutar de la vida y a afrontarla con esperanza, a pesar de que estén las cosas como estén. Esta es una canción muy romántica, sí es verdad, porque habla de desubicación pero desde la cabezonería del desubicao. Es, como quien más y quien menos, busca el amor. Pero ahí está el tío en sus trece, y no hay Dios que lo saque. (Risas)

En algunas letras da la sensación que planteas una renuncia a militar en nada. Me refiero a letras como “La capitulación expande mi mente (…) / Nada me hace más fuerte que desertar”, de ‘Sacrilegio sideral’, o “Es mi armadura, pura discreción” de ‘Rey pescador’. ¿Es una especie de posicionamiento vital o político?
Bueno, yo escribo en primera persona porque me gusta ponerme en el personaje, pero nunca he estado en prisión y ahí está ‘Desde el jergón’, nunca me he suicidado y ahí está ‘septiembre’, etcétera, etcétera. En este caso, el ‘Rey pescador’ es muy irónica, estoy hablando en la piel de un santurrón, que todos conocemos a alguno. Y… ¿cuál era la otra que decías?

«Siempre quiero que haya una historia delante, no me gusta sentar cátedra»

‘Sacrilegio sideral’.
Sí, es un… ese posicionamiento, esa tendencia existe, ese no identificarse con nada. Pero siempre quiero que haya una historia delante de eso, no me gusta sentar cátedra, y tampoco quiero renunciar a la narrativa, que para eso estamos. Aquí hay un tema que siempre me he planteado: cuando ves a un sin techo, todos tienen una historia detrás y, en un día concreto, se tuvieron que ir de casa. Salieron de su ciudad, de su pueblo, y parece que bastantes de ellos… se alegran, ¿sabes? (Ríe) Tiene un punto de conexión con los cínicos, con ‘La Secta del Perro‘, que también está presente en otras de estas canciones y me apasiona. «Sacrilegio» es sobre un tío que se va, se pira, y es un poco la peliculilla de ese día concreto, me pareció interesante captar ese momento. Me gusta trabajar con imágenes, a veces en movimiento. Si son en movimiento, mejor, de hecho. Es una escena bastante nihilista.

¿Prefieres mantener un poco el misterio sobre el trasfondo de tus canciones?

‘La ofensa’, con frases como “eres gente, puta gente, que no va a sobrevivir, ojalá revientes”, es una de las letras más iracundas…
¡Ahí me pongo en la piel de un hijoputa! (Risas) Un hijoputa que además ni se arrepiente ni nada. Me interesa también ese tema del mal.

¿Habla sobre el mal?
Sí, siempre me ha interesado y está ahí. Además ahora parece que vuelve con fuerza, sobre todo en la literatura sudamericana, (ahí) se trata mucho. A mí me encanta, es un tema que me fascina de toda la vida. Y bueno, este es un poco eso, un hijoputa hablando…

«En ‘La ofensa’ me pongo en la piel de un hijoputa»

En el puente de esta canción suena de fondo un discurso o una arenga de fondo. Tiene un cariz político, entonces…
Claro, claro que sí. Eso está situado… Hay muchas situaciones históricas en las que esa frase (Nde: “Hoy finges no saber, mañana fingirás no recordar”) encajaría a la perfección. Pero yo la escribí pensando en la república de Weimar, justo antes de la ascensión del nazismo, que es una época fascinante y que tiene muchas similitudes con la actual. Por eso cuadraba perfectamente el altavoz este, antediluviano.

Fino Oyonarte adopta la voz solita en ‘Océano’. No es la primera vez que canta él un tema vuestro, pero tampoco es frecuente. ¿Cómo decidís que lo haga?
Siempre o casi siempre mete alguno en cada disco, desde ‘Gas’, si no recuerdo mal. O incluso dos.

O sea que es ya una tradición.
Sí, sí. Generalmente siempre es uno de los que componemos a medias. En este caso hay tres (Nde: los otros son el segundo single ‘Vendaval’ y ‘Mar de sendas’) y podía haber cantado los tres, porque canta de puta madre. Pero bueno, por mantener un poco de cohesión y unidad, se quedó uno y me dejó a mí los otros dos.

Cuando hablabas hace unos meses con mi compañera Mireia, decías que creías que podíais haber hecho más conciertos juntos, los dos solos, de las que habían salido. ¿Habéis hecho algún avance sobre eso, mirando al futuro?
Sí, lo recuerdo. Sí estaría bien, pero ahora estamos centrados en Enemigos. Igual cuando dejemos de girar con ‘Bestieza’ puede que sea el momento, pero ahora estamos muy centrados en eso y muy por la labor, además. Hay muchos bolos y el futuro inmediato se presenta movido, divertido y… tenemos ganas de ensayar, imagínate de tocar… (Risas)

Estáis en modo Enemigo.
Sí, muy Enemigo. Y esto necesita una base sólida y no distraernos con nuestras movidas, tenemos que concentrarnos todos en ‘Bestieza’.

¿Tienes alguna fórmula ya para dirimir si un tema que te sale va para Enemigos o es para ti?
No. (Ríe) Palabra que no. Nadie me cree, pero es así. Luego es cuestión de meterle vatios o no, o meterle otro tipo de arreglos. Pero en la manera de componer la verdad es que no.

¿Puede ser que tus letras más abstractas sean para Los Enemigos y las más personales o íntimas, para tus discos solo? Es una impresión que tengo yo.
Puede ser, a lo mejor. No lo había pensado, es posible. Pero vamos, visto desde dentro… ¡es hilar muy fino! (Risas) Yo tiro p’alante y no me planteo eso tanto. Pero sí es posible, sí.

«Este disco ha salido de esa energía, de ese sentirnos vivos»

Antes hablabas de los bolos. Cuando os reunisteis en 2012 no tuvisteis problema en admitir que fue porque os ofrecieron mucha pasta. Ahora parece que hay también una demanda más constante, por parte del público. ¿Creéis que es por cierta nostalgia de una etapa concreta?
Cuando nos juntamos en 2012 lo hicimos por una oferta muy difícil de rechazar, pero nos sentimos a gusto en la furgoneta, en el escenario, nos sentíamos vivos. Y con el tiempo, resulta que no nos faltaba razón. La cosa está ahí, tiene espíritu, tiene músculo, tiene fuerza… y hemos seguido a pesar de algún bajón o alguna crisis que otra, como es normal en todo organismo vivo. Y ahí estamos, este disco ha salido de esa energía, de ese sentirnos vivos. Y de dar muchas vueltas también por la península, porque no han faltado bolos en estos años y hemos cogido la inercia que teníamos antes del parón aquel de los 2000.

Pregunto esto porque hace poco veíamos también el regreso de 091. Salvando las distancias, porque ellos hacían mucho más que no publicaban disco, veo un paralelismo con vuestra situación, hay mucho interés por un grupo que en su momento no fue quizá tan bien valorado como debía.
En su caso creo que es incluso más exagerado todo esto, porque en su momento, no sé bien por qué, nadie les hizo ni puto caso. Hay un poco de justicia poética en el caso de 091. En el nuestro no lo sé, porque, si te fijas, nosotros vivimos de la música desde el año 93 o 94, dejamos de tener otros curros y otros apaños por ahí. Hemos sido más afortunados que ellos.

«A pesar de que yo he escrito la mayoría de las canciones, no me sentía moralmente autorizado para tocar el repertorio entero yo solo»

Y cuando nos separamos lo hicimos por voluntad propia, no fue por presiones externas o que no hubiera curro. Al contrario, lo hicimos en un momento muy dulce, nos salían bastantes bolos. Pero bueno, nos sentíamos así. Y, si no lo hubiéramos hecho, quizá no nos hubiéramos vuelto. Porque siempre te queda esa espinita de «hostia, podíamos haber seguido»… Y luego el repertorio también tira mucho. (Dices) «joder, es una pena que esté ahí muerto de risa». A pesar de que yo he escrito la mayoría de las canciones, no me sentía moralmente autorizado para tocarlo entero yo solo, más allá de una canción de vez en cuando. Lo suyo era tocarlo con Los Enemigos, y estas cosas, que teníamos por la cabeza, nos dimos cuenta de todo en cuanto empezamos a ensayar. Estas circunstancias han ido empujando, empujando… y aquí sigue andando el carro.

Has dicho antes que Carlos os llevó la P.A. y él va frecuentemente con grupos en directo. No sé si la idea es contar con él también en la gira de presentación.
Sería de puta madre, pero él está muy liado ahora. Está con Carolina Durante y con Triángulo de Amor Bizarro, creo, que sacan ahora un disco por cierto. Por nosotros encantados, pero dudo que tenga tiempo.

Tronaréis igualmente.
Eso sí. (Risas)

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