En ‘After Hours’, The Weeknd sigue explorando el sonido ochentero de ‘Starboy’, como es evidente en el single principal, pero no todo lo que nos gustaría tras el éxito de ‘Blinding Lights’. Esa parte más ochentera del álbum llega tan solo en parte de su segunda mitad, cuando aparece la propia ‘Blinding Lights’, después ‘In Your Eyes’ y después ‘Save Your Tears’. No es casualidad que las tres estén firmadas por Max Martin y también por Oscar Holter, aunque lo más llamativo no es lo italo que suenan una detrás de otra, sino que cada vez van recordando más y más a la canción melódica italiana incluso por encima de influencias como Moroder o Chromatics. Ese tramo es la gran sorpresa del álbum porque no se compone de réplicas de ‘Blinding Lights’, pero es muy coherente con ella.
Sin embargo, hay muchas otras cosas en el largo de 56 minutos. El canadiense va un poco más allá en ‘After Hours’ gracias a la participación de Oneohtrix Point Never en varios temas. El proyecto de Daniel Lopatin ha sido durante años uno de los secretos mejor guardados de la música electrónica experimental anglosajona, pero en los últimos años se ha labrado una exitosa carrera como productor de bandas sonoras (‘Good Time’, ‘Uncut Gems’) y también para otros artistas: el autor de ‘Replica’ ha trabajado con ANOHNI, FKA twigs o Tim Hecker, y si a alguien le extraña encontrar su nombre en un disco de The Weeknd hay que recordar que Lopatin compuso una de las canciones de su último trabajo de estudio
pensando en Usher. También ha trabajado con Iggy Pop o David Byrne y con Rosalía en un proyecto inédito, si bien obviamente ‘After Hours’ es el trabajo de mayor envergadura comercial en el que ha participado. Su tema más importante es ‘Scared to Live’, el que inspirándose en ‘Your Song’ de Elton John se presentó en SNL, y también figura en un interludio de 3 minutos por el que se asoma Kevin Parker de Tame Impala, y en la conclusión del álbum. Su presencia no es demasiado evidente.Al menos no tanto como los guiños al post-dubstep y al drum&bass que escuchamos en el primer tramo. ‘Too Late’ y ‘Hardest to Love’ parece que van a llevarnos a un disco muy diferente del que luego aparece: en verdad el tramo medio del álbum está lleno de medios tiempos y baladas que remiten con torpeza al primer The Weeknd. Los temas de Metro Boomin al menos escuchados «en diagonal» no parecen aportar demasiado. En cuanto a temática, volvemos a asistir a un viaje -a través de Las Vegas- por el desamor y los males de la fama, el tema recurrente de Abel Tesfaye y del que parece no agotarse. Ahí se percibe a un artista estancado.
Los seguidores de The Weeknd en Twitter han convertido #AfterHours en «trending topic» rápidamente, elogiando los diversos estadios por los que pasa y que «todas sus canciones podrían ser un éxito». De momento en nuestro foro de The Weeknd no ha entusiasmado tanto: Orenji dice “vaya coñacito de disco le ha quedado” y Dardo se suma: “me está pareciendo un poco flojo así en general”. En Popjustice hay mayor diversidad de opiniones, entre quienes piden que madure como letrista de una vez, quienes elogian que por fin haya integrado todos los «The Weeknds» en un solo disco como no había sabido perfeccionar antes y quien indica «que la primera parte del álbum es sólida pero la segunda es inmaculada».