Parte de la redacción evalúa el nuevo single de Kanye West, que cuenta con Travis Scott como artista invitado.
«No está nada claro que a Kanye West se le haya pasado la fiebre gospel, y está por ver lo que nos depara ‘God’s Country’ –el título ya denota que, efectivamente, parece la segunda parte de ‘Jesus Is King’–. Pero al menos en lo sonoro, ‘Wash Us In the Blood’ nos retrotrae a una era mucho más fructífera y apasionante en lo creativo: la de ‘Yeezus‘. Una base obsesiva y dura, asfixiante, sin tregua en lo rítmico y con un flow rotundo, que además de fuerza tiene gancho, conforman el tuétano de este buen tema… por el que Travis Scott pasa un poco de puntillas. Además, aunque la idea de «bañarse en la sangre de Cristo» está, una vez más, inspirada por sus creencias rayanas en el fundamentalismo, en este caso lo emplea para atajar desde su perspectiva la problemática racista, que llega a calificar de «genocidio» y que habla de la esclavitud. Sí, el mismo hombre que llegó a aseverar que tal violación de los derechos fundamentales fue «una opción». Pese a sus contradicciones, ‘Wash Us In the Blood’ crece con las escuchas, y más aún con su potente videoclip que, extrañamente, ¿suena mucho peor de lo habitual?». Raúl Guillén.
«El mejor momento de ‘Wash Us in the Blood’ es cuando parece que será una canción de hip-hop sonido tribal y experimental igual de excitante que ‘Accelerate‘ de Christina Aguilera… canción que el mismo Kanye produjo, y que fue una de las mejores de su año. Pero no, al final Kanye no ha llamado a su cuñado Travis Scott para participar en su mejor composición precisamente. A pesar de sus buenas intenciones como canción política, tan necesaria en estos tiempos aunque venga de esta persona que ha dicho barbaridades indecibles sobre la esclavitud, ‘Wash Us in the Blood’ muestra a un artista estancado y que sigue operando en piloto automático. Por decir algo bueno, al menos no dura un minuto y medio». Jordi Bardají
«Tan poco apetecible es que un renovador como Kanye West vuelva a los sonidos de hace 7 años como cierto es que ‘Wash Us in the Blood’ seguirá sonando moderna en las correspondientes playlists de 2020 tantísimo tiempo después. Es más fácil hallar algo interesante en esta espinosa producción que en el 95% del top 100 de hoy. Después está lo de la temática y el videoclip. Protestas callejeras por la muerte de George Floyd se entremezclan con imágenes en vida de otras personas abatidas como Breonna Taylor y Ahmaud Arbery, conciertos, servicios religiosos de ‘Jesus Is King’, otras de Grand Theft Auto V, el cameo final de la hija de Kanye… Un WTF de popurrí que suponemos realzado por ese verso de la canción en el que, convirtiendo «kanye» en verbo, dice algo así como: «no quieren que yo «kanyee» / no quieren que Kanye sea Kanye / quieren fichar a un Kanye fake / quieren que haga un ‘Ye’ calmado / por eso los llamo Calm-ye (…) Quieren editar las entrevistas / quieren que sean interludios (…) ya sabes que lo que sale en las noticias es «fake». Una reivindicación con orgullo, pues, de su era ‘Ye’, centrada en su bipolaridad desde su misma portada, que puedes odiar y amar a la vez». Sebas E. Alonso.