Durante las últimas dos temporadas y pese a que su origen noruego no facilita demasiado las cosas, ni tampoco tratar de desarrollar un proyecto novel en mitad de una pandemia, girl in red se ha convertido en uno de los nombres clave para una generación. El proyecto de la cantante Marie Ulven, que acaba de cumplir 22 años, es tan modesto como las minúsculas que usa, pero necesario. Sus canciones hablan de cosas como la salud mental, se circunscriben en la comunidad LGTB+, y lo hacen con la frescura pop-rock desprejuiciada de gente como Tegan & Sara y Ladyhawke.
Es fácil comprender por qué Taylor Swift ha asegurado en sus Stories que tiene este disco puesto en «modo repeat». girl in red ha ido convirtiendo su tema ‘we fell in love in october’ en un hit millonario desde su edición en 2018, mientras muchas otras pistas han ido sumando adeptos, como aquella ‘dead girl in the pool’ que pasaba por nuestra lista de las mejores canciones de 2019. Y ahora lo que encontramos en ‘if i could make it go quiet’ es perfectamente comprensible por cualquier seguidor/a de la autora de ‘Red’ y ‘1989’. Pop de melodías recordables, que en ocasiones no le hace ascos al indie o al hip hop, con letras que unas veces van sobre superar una ruptura y otras sobre tratar de quererse a una misma sobre todas las cosas.
El disco empieza a degüello con uno de sus grandes estribillos, el de ‘Serotonin’, la cual pasa después a unas estrofas rapeadas, y deja momentos tan divertidos como ese «I don’t la-ba-deh-deh-ba-dеh / Da-da-da-brah-la-da-da». girl in red nos está hablando sobre depresión («cuando hay control, lo pierdo / soy increíblemente impulsiva / tengo tanto miedo de terminar haciendo algo estúpido, pero intento contenerlo»), sin que ‘if i could make it go quiet’ resulte un álbum turbulento. Al contrario, es revitalizante en algunos de sus puntos, como sucede en otra de las grandes canciones, ‘You Stupid Bitch‘, en la que se postula ella misma como la mejor para su chica con la seguridad de una rapera.
Hay algo que se echa de menos una vez que pasa ‘Serotonin’ y es el efecto sorpresa que produce ese inesperado rapeado. Sea por la colaboración de FINNEAS o no, pues este es el único tema que ha co-producido el hermanísimo de Billie Eilish, lo cierto es que el álbum pasa a sonar algo estándar. ‘Did You Come?’ tiene un punto electro pero no deja de parecer un reprise de la primera pista; ‘Body & Mind’ se basa en un ritmo que podría haber hecho Britney con Max Martin en 1999; y a última hora el disco decide cerrarse con una canción algo genérica llamada ‘I’ll Call You Mine’ y un instrumental medio optimista medio «new age» llamado ‘it would feel like this’… que no va a ser el favorito de nadie.
Pero tampoco podemos decir que girl in red y su mano derecha Matias Tellez hayan hecho un mal trabajo en el resto del álbum. Marie también reconoce en Taylor Swift una de sus mayores influencias, etapa country incluida, y en ese sentido ‘rue’, que recibe su nombre de la «prota» de ‘Euphoria’ y versa sobre la ansiedad y un episodio de depresión que llevó a la cantante a dormir en la cama de su hermana una buena temporada, es interesante: se queda a las puertas lo mismo de desarrollar una vena country, que de incorporar un bombo tecno.
En la línea, ‘.’ (sic), habla sobre los celos hacia la nueva novia de una ex, incorporando guitarras indie y efectos fantasmagóricos; mientras ‘Apartment 402’ cuenta con una buena base rítmica y un desarrollo interesante para una canción que también habla sobre el vacío, la desesperanza y su momento más oscuro. Con un final optimista (además ella ya dice que está pensando en el siguiente trabajo), lo mejor de ‘if i could make it go quiet’ es su falta de miedo para abrirse en canal, como se aprecia en ‘hornylovesickmess’, donde habla sobre estar sin follar, o ‘midnight love’, sobre la decepción de alguien que no termina de dárnoslo todo, sobre no se conformarse «con una medalla de plata» cuando la que se busca es «la de oro». Habrá que esperar a su segundo álbum para asegurar cuál le corresponde de verdad.