Javiera Mena nos ha dado una grata sorpresa presentándose a Eurovisión. La chilena residente en España -aunque tampoco había de serlo, si no, que se lo pregunten a la canadiense Céline Dion ganando por Suiza- había publicado hacía unas semanas una canción llamada ‘Culpa’ que ha resultado ser su tema seleccionado para las semifinales del Benidorm Fest.
Mena encaja por completo en Eurovisión porque lo suyo es el europop, el italo disco, el HI-NRG británico, etcétera. ‘Culpa’ es una canción de base dance 90’s que nos habla de libertad en un certamen que no puede ser más LGTB+. Invita a dejar atrás eso, la culpa, y a darlo todo en la pista de baile.
Es además el primer adelanto de un disco que estará dividido en 3 partes y se dará a conocer el año que viene, como ella explica: «A pesar de que lo estamos entregando en diferentes partes, todo forma parte de un solo concepto. Es un disco que cuenta con tres lados, el lado más baladista, el lado de los mid-tempos – en los cuales incluimos instrumentos orgánicos como saxo, flautas traversa, arpa – y el lado más disco que cuenta con canciones como ‘Culpa’ o ‘Flashback’».
Sin embargo, de un tiempo a esta parte, las canciones de Javiera parecen más enfocadas en la producción (ahora junto a Pablo Stipicic) que en la melodía, y ‘Culpa’ no es una excepción. Sin necesidad de irnos a ‘Espada’, es menos inmediata que ’Sufrir’ o ‘Luz de piedra de luna’, y cabe también que nos preguntemos cómo será su representación en vivo: el directo de Javiera es más tipo «quiero morir en una discoteca llena de maricas» que de lucimiento vocal diva-eurovisiva, como fue también el caso de La Casa Azul, que quedó 3º en una semifinal nacional. Con ‘La revolución sexual’, nada menos.
En el lado opuesto, ‘Culpa’ tiene sus bazas: la deriva de canción está salpicada de trucos que pueden dar mucho juego en cuanto a puesta en escena. Está el drop antes del segundo verso; está la incursión del órgano tremebundo tipo Justice en el puente, carne de cañón para que el cuerpo de baile que suele acompañar a Javiera se luzca; y está el subidón final vocal. En lugar de repetir de manera holgazana todo el estribillo, se repite solamente parte de él.
Literalmente «lejos del bien y lejos del mal», ‘Culpa’ encierra un mundo de posibilidades escénicas: quizá Javiera no va a Benidorm con todos los deberes hechos, pero sí con varios ases en la manga. ¿Ahora empieza el trabajo de verdad?