“Esta va en especial pa mis fanáticos / que dan la vida por mí / y yo doy la vida por ellos” sentencia Anuel AA en el cierre de ‘Real hasta la muerte’, el primer tema de este disco (y también título de su debut largo en 2018). Y desde luego no es eso algo que se le pueda achacar a ‘Las leyendas nunca mueren’: a los fans del puertorriqueño seguramente les encante, pues está lleno de momentos personales, guiños a anteriores canciones (y anteriores beefs), menciones de quienes han sido “leyendas” para Anuel (luego hablaremos de esto), y mucha presencia del trap para quienes sintiesen que lo había dejado un poco de lado por el reggaeton más comercial. El fanservice queda claro nada más empezar, con los diez minutazos que dura ‘Real hasta la muerte’, que incluye todo esto que hemos mencionado. En ese sentido, nada que reprochar; todo un detalle. Pero claro, para quienes no somos sus fanáticos, la experiencia es bien distinta. No, la duración no significa que estemos ante algo parecido a ‘Safaera’, ‘Si mañana me muero’ o el ‘Leyendas‘ de Karol G: encima dura el doble que esas tres. Más bien, cómo explicarlo… a un hater de Taylor Swift le recomendaría escuchar el ‘All Too Well (10 Minutes Version)‘ antes que estos diez minutos.
“Te vamo a dar los tiros que ya tú has dao, ¡brr! / al frente de tu hijo y lo dejo traumao, ¡brr!” canta en un momento de la canción. Anuel explica que “quería hacer música más de la calle hace tiempo, y como estaba en probatoria tenía que cuidar lo que decían mis canciones porque aunque sea música se puede malinterpretar. Ahora por fin me sentí con libertad de poder expresar lo que quisiera en una canción”. No hace falta que lo jure, porque las traiciones, los tiroteos, las amenazas, lo bueno-que-en-verdad-es y demás se mencionan ochocientas veces tanto en esta canción (que contiene apariciones de Ñengo Flow o Myke Towers, y de amigos personales suyos) como en el resto del disco. También es cierto que los acordes del tema de Charlie Clouser para ‘Saw’ (usado como base en incontables temas de rap) nada más comenzar no auguraban nada bueno. La repetición constante es uno de los problemas de este disco, y cuando llega ‘Última Canción’ (no se ha roto la cabeza el muchacho) estás ya hasta las narices de escuchar la misma ídem una y otra vez, y de los “¡real hasta la muerte!”, “¡brrr!”, “¡los Illuminati!”, etc, que, lejos de ser ganchos que en otros artistas son eficaces (el disco conjunto con Ozuna al menos tenía eso), aquí son igual de “eficaces” que aquellas primeras temporadas de ‘La que se avecina’ en la que forzaban coletillas de los personajes para intentar conseguir el nuevo “un poquito de por favor” de ‘Aquí no hay quien viva’.
La voz de Anuel es la que es, pero el apartado lírico tampoco ayuda mucho. El autor de ‘Narcos’ no es desde luego alguien muy sutil: “toas mis putas son leyenda, sus culos y sus tetas son leyendas” o “chingando tol día, lowkey como Rauw con la Rosalía” canta en ‘Leyenda’; “si siente algo duro cuando te abrace / bebé, esa es la .22” en ‘1942’ (que grabó después de beber una botella de ese tequila); “todas me quieren comer, mi bicho es el menú” en ‘Esa Cruz’; “no frontee’, no frontee’ / que tu mujer está loca que yo la fueté” en ‘Rick Flair’ o, atención, “tú no eres Venezuela y él no es Maduro” en ‘Dictadura’ (donde mezcla la situación política venezolana con lo que parece ser un caso de maltrato en una relación). Hay que reconocer que veces las referencias que mete sí tienen su gracia, y al menos esbozas una sonrisa al escuchar en ‘Dictadura’ eso de “con él es ‘Amorfoda
‘ y conmigo es ‘Danza Kuduro’”, el “mis putas son fans de Bad Bunny, se quedan callaitas” de ‘Real hasta la muerte’ o -aquí tengo mi dilema entre lo gracioso y lo rídiculo- eso de “ponemos ‘La Casa de Papel‘, pero te lo voy a meter” (‘Súbelo’).Sí que destaca entre todo esto ‘Pin’, una balada en la que Anuel se muestra especialmente vulnerable con la ayuda de un piano, y que incluye al final la intervención sorpresa de Bad Bunny cantando unas líneas de ‘Amorfoda’. También es lindo el “cuando el amor no existía, hicimos el amor” de ‘Esa Cruz’, aunque ese tema se queda más en intento. Se puede argumentar que no venimos aquí a leer a Garcilaso sino a escuchar temazos (esta rima podría ser suya), y desde luego que sí, pero tampoco es eso algo que se cumpla aquí. Lo que hay es una producción chatarrera de temas que, como hemos comentado, son difícilmente distinguibles entre sí, y otros solo para fans en los que Anuel se pone más espiritual (los seis minutazos de ‘Una palabra’, que samplea a Carlos Varela, son un ejemplo). Y no será por falta de productores.
Figuran hitmakers como Tainy, Ovy On The Drums, Subelo NEO o el mitico Nely “El Arma Secreta”, además de anteriores colaboradores como Gaby Music (uno de los artífices de ‘China‘), M. De La Cruz, Mvsis (hermanos pequeños de Nely “El Arma Secreta” y Tainy, respectivamente), Dimelo Ninow, Foreign Teck, EQ El Equalizer, Chris Jedi, Cromo X o Mora, y otros no tan conocidos para el público general como FnZ (colaborador de Kanye West, A$AP Rocky), Mozart Muzik (Eladio Carrión, Cazzu), Hide Miyabi (Chris Brown, Lil Baby), Andre The Giant (Ñengo Flow), Wain (Paulo Londra), Bass Charity (Jhay Cortez), Boombox Cartel, Kabeh, Dim Crux, SAMUDAI o alguna rara avis como Todd Pritchard (colaborador de Tinashe). ¿Te parecen muchos? Pues no están todos. Y, aún así, no se puede decir que haya habido magia y tengamos un bop tras otro precisamente. Si acaso, ‘Súbelo’, y especialmente ‘Llorando en un ferrari’, en la que además se adivinan unos sintes más interesantes.
Anuel ha declarado que su sueño antes de ser cantante fue ser jugador de baloncesto, y que con este disco quiere por un lado hacer homenaje a las “leyendas” deportivas que le inspiraron (hay menciones a Michael Jordan, Kobe Bryant, Tyson, Pau Gasol, LeBron James, Conor McGregor, Grant Hill, Roberto Clemente o Yadier Molina, entre muchos otros), y a la vez ser él la propia leyenda/inspiración para muchos jóvenes. El cantante es propietario en su país de los equipos de baloncesto y voleibol de Los Capitanes de Arecibo, y patrocinador oficial de la liga de baloncesto femenino de Puerto Rico. Esperamos que el álbum logre ese loable cometido, igual que esperamos que a sus fans les encante la cantidad de regalos que hay para ellos aquí (seguro que sí). Para el resto de los mortales… next.