La crisis climática está en boca de todos tras el estreno de ‘No mires arriba’, que se ha convertido en la tercera película más vista de la historia de Netflix en solo 11 días, pero es un tema que lleva preocupando a Caliza desde hace varios años. En ‘El descenso‘, su nuevo disco, la compositora y productora madrileña plasma su preocupación por el devenir de la humanidad en una serie de canciones que hablan sobre el cambio climático desde varios puntos de vista y que conforman su trabajo más accesible hasta la fecha, y uno de los mejores discos de 2021. Caliza lo presentará el 29 de enero en la gala de Reyes de Siroco, en Madrid, y JENESAISPOP ha hablado con ella vía mail sobre el que está siendo el Disco de la Semana en el site.
No conocía el concepto “eco-ansiedad” hasta que escuché tu disco. ¿Cómo llegas a él? ¿Cuál es tu relación con este concepto?
El término en sí es un palabro como otro cualquiera de los que surgen hoy en día. Imagino que lo descubrí dentro del contexto del activismo climático, pero antes de tener una palabra para describirlo ya era algo que llevaba sintiendo algún tiempo, que me preocupaba incluso desde niña o adolescente. Haber comprendido que las condiciones biofísicas que sustentan la vida están desmoronándose y que el margen de tiempo se reduce sin que se estén tomando medidas no es una sensación muy agradable. Súmale el hecho de que a la mayoría de la gente esto le puede preocupar de una manera muy secundaria si acaso, pero no lo tiene interiorizado como un hecho fundamental que cambiará sus vidas, que lo cambiará todo. Por ello es aún más frustrante y solitario.
Hay algo bello en tu retrato de un mundo en ruinas, en Nuestros restos. ¿Te atraen especialmente este tipo de expresiones artísticas distópicas?
Me atraen especialmente, sí, y cada vez me siento más alejada de las historias optimistas o livianas, de las narraciones actuales que obvian la certeza (o al menos la altísima probabilidad) de un futuro muy feo. Pero, por otro lado, necesito desconectar, por lo que te comentaba antes de la llamada «eco-ansiedad». No puedo estar todo el día leyendo, escuchando y viendo obras distópicas porque acabaría explotando.
¿Has visto ‘No mires arriba‘? ¿Qué opinas?
La vi hace unos días, sí, y tengo opiniones encontradas al respecto. Como película me parece bastante floja, el tono humorístico creo que no está bien pillado, es larguísima y ni siquiera el gran elenco de actores está a la altura. Por otro lado, me dejó muy mal cuerpo porque es absolutamente certera retratando cómo la clase política, los medios y la opinión pública están ignorando el consenso científico sobre una cuestión de vida o muerte como es la crisis climática y ecológica. Para mí esto queda bastante claro, aunque por supuesto cada cual ha hecho ya la lectura que más le conviene sobre lo que representa el meteorito.
¿Qué es lo que más valioso que has aprendido del movimiento Extinction Rebellion?
He aprendido muchísimas cosas, pero creo que la principal es la auto-organización, coordinarse entre un grupo de personas de manera autónoma, cada una con un rol, sin una jerarquía pero con cierto orden y un plan, a base de apoyo mutuo y confianza en el otro. Al principio no era lo que más valoraba pero ahora creo que es una dinámica que daría muchas tablas en una situación de caos.
¿Cuán importante ha sido para la composición de este disco el libro de The KLF sobre cómo escribir un hit?
Ha tenido más importancia de lo que podría parecer. Aunque en apariencia pueda ser un disco más denso que los anteriores, muchas canciones contienen estructuras más clásicas, estribillos más claros, menos desarrollos instrumentales y las canciones creo que van más al grano (con excepciones). Por ejemplo, ‘Fiesta del colapso’ tenía al principio la estructura del hit de The KLF aunque le acabé metiendo tijera y cargándome algunas partes, y ‘La transacción’ se acerca mucho a esa estructura también. Creo que en ninguna canción llego a seguir las instrucciones al dedillo, pero sí que me ha influido a la hora de quitarme algunos prejuicios.
El disco es muy variado. ¿Es una manera de que el mensaje llegue a la gente o de demostrar las diversas caras que tiene la crisis climática? ¿Ambas?
En cuanto a las letras, sí, me he esforzado bastante en que, aunque todas giren en torno a lo mismo prácticamente, cada canción tenga un punto de vista propio. Cuando ya tenía unas cuantas canciones y decidí que ese iba a ser el tema del disco, me daba miedo que fuera una monserga, repetirme como el ajo o caer en topicazos. Pero creo que he conseguido que no lo sea. Musicalmente es variado porque no intento hacer un estilo muy cerrado, simplemente intento, en la medida de mis posibilidades, llevar cada canción hacia donde considero que debe ir. Creo que habría sido igual de variado aunque el tema hubiese sido otro. También he intentado darle una cierta unidad utilizando el mismo instrumento en varias canciones. La instrumentación es bastante consistente de una canción a otra; el cambio más drástico puede estar tal vez en las canciones que llevan batería tocada, pero creo que Raúl Pérez hizo un buen trabajo mezclando y no queda demasiado raro. Ha sido muy importante el tracklist, ordenar el disco de manera que no sean muy abruptos los cambios y que resulte coherente.
‘Adaptación’ me parece sobrecogedora por cómo habla de pasado y futuro, con recuerdos de tu hermano y vuestra infancia. Tiene una melodía muy pura, como inocente, ¿es significativo que cierre el disco?
Me alegra un montón que te guste ‘Adaptación’, es de mis favoritas del disco, si no la que más. Empieza con un ritmo 12/8 que se va deshaciendo poco a poco y contiene muchos sonidos de ambiente, sobre todo de VHS familiares, que es un elemento recurrente en todo el disco. Fue de las últimas que compuse y tenía claro que sería el cierre; coloqué al final del todo un sample de mi abuela, muerta hace más de 20 años, que encontré entre los vídeos familiares y que funciona de conclusión para el disco. La melodía es dulce y la letra, sin llegar a ser esperanzadora, sí que tiene algo de aceptación, de estoicismo, que también era algo importante para acabar el disco. Me da un poco de rabia que por ser tan larga y ser la última, seguramente será de las que la gente menos escuche.
¿Es importante para ti aclarar que ‘El descenso’ es un disco realista más que pesimista, o crees que el pesimismo es inevitable en este caso?
Sobre todo me gustaría aclarar que no es un disco apocalíptico en un sentido fantasioso. Creo que hay gente que lo ha interpretado un poco así, como una historia un poco tremenda fruto de mi imaginación. Es un disco pesimista precisamente por hablar de un tema importante de manera realista, sin falsas esperanzas, o al menos así lo veo yo. Pero bueno, tampoco estoy publicando un paper en la revista Nature, es un disco de pop, y por ello está bien que pueda estar abierto a interpretaciones. De hecho, si no fuese tan urgente difundir la importancia de la debacle climática y ecológica, hubiera preferido no explicitarlo tanto en la nota de prensa, en el texto de Bandcamp o en las entrevistas porque creo que las letras son lo suficientemente abiertas como para que puedan tener más lecturas.
‘El descenso’ no es un disco apocalíptico en un sentido fantasioso
La visión pesimista que se percibe del disco quizá viene de la nota de Bandcamp en que especificas que el disco está influido por la «visión desesperanzada de la vida que tenía tu hermano». Lo comentábamos hablando de ‘Otra torre más‘, cuyo estribillo parece eminentemente negativo: «el siglo XXI sobra». ¿Podría ser ese el punto más negativo o desesperanzado del disco o ni siquiera ese lo percibes así?
Pues la verdad es que no percibo esa parte en concreto como lo más negativo. Es una frase tan exagerada que tiene un punto paródico, como de coña. Creo que, de hecho, es de las canciones del disco con más toques de humor, de socarronería o de exageración, siendo bastante oscura. Veo otros momentos más turbios, como en ‘Abandona’, que es una canción mucho más luminosa, pero por contraste el mensaje me parece más devastador. O en la instrumental ‘El gran filtro’, que me parece súper malrollera. El disco es bastante negativo porque si no lo fuera, estaría mintiendo, no estaría siendo sincera con mi visión del mundo ni con el tema que trato. Pero no creo deje un sabor tan, tan amargo al final, creo que transmite un cierto estoicismo, o al menos eso intento, tal vez desde fuera no se entienda del todo así.
‘Abandona’ parece que va a hablar sobre sacrificarse por el bien común, pero en realidad trata sobre abandonar la idea del mundo tal y como lo conocemos, ¿o se cruzan ambos temas?
Habla un poco de ambas cosas, sobre abandonar las aspiraciones capitalistas que hemos mamado desde que nacimos, primar el bien común sobre los anhelos individuales, que es un tema recurrente en todo el disco. Gran parte de lo que deseamos contribuye a nuestra propia destrucción. Pero no querría de ningún modo que se entienda como una culpabilización al individuo, pues más bien habla de la necesidad de un cambio radical de mentalidad.
En La Marea has dicho que “hay que replantarse cuestiones a todos los niveles”; en lugar de solo reducir plásticos, por ejemplo. ¿Crees que se le da demasiada importancia a la responsabilidad individual y no tanta a la gubernamental?
Cuando se centra tanto la atención en lo que hace un individuo, se tiende a igualar a todos, como si todo el mundo tuviera la misma responsabilidad o repercusión. Así es fácil aceptar que gubernamentalmente no se haga nada, porque nos conformamos con exigirnos a nosotros mismos, como consumidores, mejores decisiones, avergonzándonos de estarlo haciendo mal. Pero hay muchísimos estudios que demuestran cómo la población más rica genera infinitamente más emisiones que el resto, o cómo un número muy reducido de empresas contamina más que países enteros. Si esto sucede es porque existe marco jurídico y cultural que lo permiten.
¿Cómo viviste la reacción ante la campaña por la reducción de carne de Alberto Garzón, incluida la frase de Pedro Sánchez y su frase sobre el chuletón al punto?
Fue bastante lamentable porque evidencia la falta de intención que existe por parte del Gobierno de que cambien las cosas. De hecho, en vez de un vídeo divulgativo promovido por un pobre ministro con pocas competencias, deberían imponerse medidas reales y bien planificadas para cambiar totalmente la industria cárnica, y tantas otras industrias. Pero estas industrias no lo van a permitir, y el presidente pierde el culo en mostrarles su apoyo antes de reconocer que contribuyen a un problema gravísimo y que la única solución es una reconversión total. No creo que sea cuestión de ignorancia, sino un posicionamiento muy deliberado. Ahora ha habido una nueva polémica por un artículo de Garzón en The Guardian, pero la verdad es que no he visto aún de qué va el asunto esta vez.
Otra de tus preocupaciones es el espionaje digital. ¿Cómo describirías tu relación con internet? ¿Evitas dar tus datos lo máximo posible o una vez en la rueda ya es imposible salir?
Me paso el día rechazando cookies, me fijo en tener desactivado Siri en el móvil, pero poco más. La verdad es que es un tema que tengo pendiente, informarme mucho mejor y encriptar bien mi paso por internet. Me espanta cómo se están utilizando nuestros datos para dirigir nuestro consumo y nuestro pensamiento, y el poder que están acumulando las grandes empresas tecnológicas. En momentos de bonanza puede parecer inocuo, pero me aterra pensar en qué pasará cuando las cosas se pongan más y más feas y toda nuestra información esté a su disposición.
Me espanta cómo se están utilizando nuestros datos para dirigir nuestro consumo y nuestro pensamiento
En cuanto a ‘La transacción’, ¿te interesan los sistemas económicos alternativos o simplemente reconoces que el actual es totalmente nocivo para el medio ambiente y debe ser sustituido?
No soy ninguna experta en economía pero sí me interesan mucho otros sistemas de organización de sociedad que no tengan el PIB como medida de éxito y que no se basen en el crecimiento infinito. Por ejemplo la «economía del donut» planteada por Kate Raworth, un modelo económico que equilibra cubrir las necesidades humanas básicas y respetar los límites planetarios. También hay otra teoría económica que se llama «limitarianismo» que sostiene que, al igual que la extrema pobreza es algo a erradicar, también lo es la extrema riqueza, y que hay un límite de capital que una persona puede disfrutar, por encima del cual todo es mera acumulación superflua. Este excedente se dedicaría a solucionar problemas colectivos, como el climático. Sinceramente, no tengo ni idea de hasta qué punto son modelos realmente factibles, pero desde luego que el actual es absolutamente inviable y creo que va a colapsar dentro de no mucho.
En producción, en tipo de acordes, el disco suena brumoso y sombrío muchas veces. En Bandcamp has especificado todo el tipo de sintetizadores, Rolands, etcétera, que has usado. ¿Cómo has llegado a estos sintes en concreto?
En los últimos años he ido aprendiendo un poco sobre armonía, y la elección de acordes va siendo algo cada vez más consciente, es algo en lo que me fijo bastante. En cuanto a los sintes, la verdad es que soy cero cacharrera y todos los que tengo (3 en total) los he comprado por indicación de Betacam o Álex Marull. El disco está sobre todo hecho a base de software, antes usaba el Garageband o el Logic a palo seco pero ahora he incorporado algunos plugins (que creo que también me ha pasado Betacam, de hecho). Luego hay arreglos que sí que están grabados con mis sintes o con otro que tenía Raúl Pérez en su estudio, pero no es algo que me obsesione. De hecho, cada vez que me compro algo nuevo me atora bastante el hecho de tener que aprender a usarlo.
¿Qué productores/as te resultan próximos? Vienen a la mente escuchándote cosas como Kelly Lee Owens e Hidrogenesse, pero tampoco te creas que lo terminamos de ver claro como influencias…
El último disco de Kelly Lee Owens ha sido una influencia, especialmente el tema ‘On’, en concreto para ‘Abandona’, pero en general como punto de partida para la mezcla de sonido, como referencia para Raúl a la hora de entender por dónde tirar. Hidrogenesse me encantan, el de Alan Turing es uno de mis discos favoritos y, aunque no lo había pensado hasta ahora, seguramente me influyera para hacer un disco «temático». Se me da fatal reconocer mis propias influencias, me gustan mucho Jenny Hval, Marie Davidson, Carla dal Forno, Spellling o grandes referentes como Kate Bush o Laurie Anderson, pero no creo que luego haya realmente un parecido claro. En el disco he ido pillando ideas puntuales de Fleetwood Mac, de Erik Urano o The Caretaker, por ejemplo. Tengo un gusto bastante indiscriminado.
Todavía creo que me identifico más como batería que como cantante, y eso que apenas la toco ya
En cuanto a voz, ¿cómo valoras el tratamiento y evolución que le has dado? ¿La usas como un instrumento más, cada vez estás más cómoda al respecto? Ya casi no nos acordamos, ¡pero te conocimos como batería de grupos con otro vocalista al frente, en general!
La verdad es que la voz es algo cada vez más importante en mi música, y creo que he mejorado mucho en los últimos años, me doy cuenta por ejemplo cuando escucho cómo cantaba en el primer disco. Esta vez la he puesto en un plano muy principal, está muy alta, a veces incluso pienso que igual me he pasado. Aparte de la voz principal que puede ser más estándar, hay bastante trabajo en los coros o en otras pistas vocales como ad libs o jadeos rítmicos, está muy procesada en algunos momentos, pitcheada en agudos, en graves… Es un elemento muy presente en este disco. Pero sí, me ha costado y me sigue costando verme como cantante, es algo en lo que me gustaría mejorar todavía y soltarme más, coger más confianza. Todavía creo que me identifico más como batería que como cantante, y eso que apenas la toco ya.
¿Cuánto te afectó la muerte de Franco Battiato? Le menciones en una de las pistas. ¿Te ha influido mucho?
Me dio bastante pena ya que es un artista al que admiro mucho, de hecho las estrofas de ‘Entonces’ las compuse ese día, inspiradas por su muerte. En esta canción en concreto intento imitar un poco ‘Voglio vederti danzare’ en cuanto a la manera de construir el tema, sobre un elemento arpeggiado pero sin batería, que es algo que me flipa de la canción. En la letra hago referencia a su figura y su música como algo que me devuelve un poco la fe en el mundo. La música como un elemento redentor, de sublimación, que es una sensación que me provocan sus canciones.
¿Cómo se relacionará el directo de ‘El descenso’ con su mensaje?
He diseñado un vestuario, que es el que llevo en el vídeo de ‘Nuestros restos’ y en directo, e intento en la medida que lo permita la sala proyectar unas imágenes un poco acordes. Me encantaría tener la capacidad de hacer un diseño de directo un poco más espectacular o actuar en algún sitio más especial relacionado con el tema del disco, pero por ahora es hasta donde he llegado. A ver qué consigo.