Así pasaste de odiar a Isabel II a respetarla a través del pop

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Así pasaste de odiar a Isabel II a respetarla a través del pop

«Destrózame
y hierve mis huesos
No descansaré
hasta que ella pierda el trono
Mi objetivo es cierto
Mi mensaje, claro
Te llegó la hora,
mi querida Elizabeth».

Esa era la letra completa de ‘Elizabeth My Dear’, el tema más breve de ‘Stone Roses’ (1989). El debut del grupo británico, uno de los mejores discos de los años 80 con clásicos como ‘I Wanna Be Adored’ y ‘She Bangs the Drums’, traía esta canción que reflejaba el espíritu de una era. En concreto, la de Margaret Thatcher, que gobernó en Reino Unido entre 1979 y 1990, batiendo un récord de odio hacia las instituciones entre el pueblo y la música popular de la época.

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Margaret Thatcher maltrató a la clase obrera, teniendo que enfrentarse en consecuencia a letras críticas de gente tan dispar como Morrissey y Sinéad O’Connor, como Hefner y Elvis Costello. Hasta el pop más mainstream, por ejemplo de un grupo tan superventas como Communards, podía ser profundamente crítico con la primera ministra. ‘Breadline Britain’ advertía de que «privatizan hasta a tu madre», de que «la libertad y la democracia eran una tierra demasiado lejana».

En plena desconfianza hacia el gobierno a mediados de los 80, la monarquía también recibía lo suyo, por mucho que las relaciones entre primera ministra y monarca fueran tensas. A finales de los 60 ‘Her Majesty’ de los Beatles no había pasado de ser una travesura de 25 segundos incluida en ‘Abbey Road‘. En el texto Paul McCartney aseguraba que su Majestad «no tenía mucho que decir». Después declararía que el tema era un poco irreverente, pero se fotografiaría con ella reconocido como Sir y hoy está en primera fila entre quienes lamentan su muerte.

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Las cosas cambiaron con la revolución punk de Sex Pistols. ‘God Save the Queen’ (1977), que hablaba de «régimen fascista», de adoctrinamiento contra tus verdaderos deseos y de la inexistencia de futuro («¿cómo puede haber pecado cuando no existe el futuro?»), fue top 2 en Reino Unido pese a la censura de las radios. Luego siguió circulando como la pólvora durante décadas y el disco ‘Nevermind the Bollocks’ fue recurrente en las series medias convertido en un clásico del pop ya solo por su icónica portada. Hubo reediciones en los 90, en 2007, en 2012, en 2015 y las que quedan.

Aún muy popular en bares underground de los 80, los 90, los 2000, aun hoy, ‘God Save the Queen’ inspiró a toda una generación de músicos que en los 80 querían expresar su malestar contra monarquía y/o gobierno. Entre ellos estuvieron los mencionados Stone Roses y también su banda prima hermana Primal Scream: Bobby Gillespie declaró hace no mucho que «de pequeño puto odiaba a la familia real y todavía lo hago». Los politizados Housemartins, inspiración para artistas tan combativos como Nacho Vegas, apelaron a la Reina por «llenarse los bolsillos» en ‘Flag Day’. Y ni que decir tiene que el mejor disco de 1986, y uno de los mejores de los 80, recibía el título de ‘The Queen Is Dead’.

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Las citas antimonarquía de Morrissey son numerosas. Una de las más populares llegó a la muerte de Prince, a quien consideraba «verdadera realeza» y no a Isabel II «porque nunca le han preguntado a la gente si la quiere o no la quiere». La más certera es: «La monarquía es ante todo un negocio, y es importante para ellos que el público británico continúe financiando los estilos de vida excesivamente lujosos de la ahora enorme, derrochadora e inútil familia «real»». Pero nada, por supuesto, como encabezar un disco histórico de los Smiths con una canción de 6 minutos también llamada ‘The Queen Is Dead’, de vigoroso ritmo que incita a quemar contenedores. La larga letra, llena de humor y anécdotas, apela al famoso día en que un hombre se coló en Buckingham Palace y, entre otras cosas, plantea hablar con la destinataria «de pobreza, de amor y de leyes», cuando a ella solo le preocupa «la lluvia que le aplasta el pelo».

Aun así, las vibraciones tras la muerte de Isabel II son muy distintas a las del día de la muerte de Margaret Thatcher. Las canciones anti-monárquicas se fueron diluyendo, pasaron a ser más dulces, costumbristas o anecdóticas, como ‘Dreaming of the Queen‘ de Pet Shop Boys (1993), que retrata una ceremonia del té entre Neil Tennat, la Reina y Lady Di, a duras penas violentada por un desnudo.

Billy Bragg pasó de hacer canciones cínicas y críticas hacia las instituciones a cantar en 1997 ‘Rule Nor Reason’, en la que retrata a la Reina como una persona solitaria «que mira a través de la ventana y llora». O pasaron a ser ultra esporádicas, a diferencia de lo que sucedía en 1986. Hay que viajar muchos años -décadas- para llegar a 2019 y escuchar un insulto hacia la Reina en una canción relevante. slowthai, que declaraba en The Guardian que para él la única Reina era su madre, terminaba ‘Nothing Great About Britain‘ así: «Te respetaré solo si me respetas un poquito, Elizabeth, zorra» («cunt»).

Pero en general, los contenedores habían dejado de arder, al modo en que lo habían hecho durante los años 80. Hasta Johnny Rotten de Sex Pistols se había amansado, dejando declaraciones este año como «no tengo nada en contra de ella, sino de la institución. Tiene mucho mérito lo que ha trabajado». ¿Cómo negar su valor a una persona que llega a los 96 años haciendo lo suyo? Como dando la razón a aquella letra en la que Rotten afirmaba que «te convertirán en un imbécil», como dando la razón a quienes explican que nos hacemos más conservadores con la edad, poco a poco el desprecio se fue transformando en cariño. Y seguro que la durabilidad de los retratos de Andy Warhol, el posado para Annie Leibovitz o incluso la representación de Banksy al modo David Bowie tuvieron mucho que ver para establecer a Isabel II como icono pop.

Películas como ‘The Queen‘ y por supuesto las diversas temporadas de ‘The Crown‘, de lo mejor visto en televisión en los últimos años, han contribuido. En principio tuve mis reservas con esta serie. ¿Habría que ser monárquico para disfrutarla? ¿Te curaría de tu republicanismo con toda su propaganda? ¿Sería un interminable soap opera? Algo de eso había, pero también el retrato de una superviviente, que ha reinado en una considerable equidistancia durante 70 años, sobreviviendo a 15 primeros ministros -muchos muy ineptos- y sorteando todo tipo de vicisitudes, recurriendo a estrategias tan peregrinas como el arte de la danza. Por no hablar de la comicidad de sus «eye rollings» ante los desvaríos más «hooligan» de su propia familia.

La serie le hace un gran favor, hasta el punto de que desde Casa Real han reconocido su existencia, pero también ha mostrado algunos de sus errores, su insensibilidad grotesca, su incapacidad para llorar… lo que aunque sea paradójico, la humaniza a su vez. Referencia al sexo oral incluida, en el capítulo en que su esposo el Duque de Edimburgo -interpretado por tremendo galán, Matt Smith- se resiste en principio a inclinarse ante ella como manda el protocolo. Los Windsor dando para paja, quién lo diría.

Hoy Elton John, Mick Jagger, Ozzy Osbourne, Duffy… son muchos los artistas que lloran a Isabel II. Ya nadie se acuerda de cuando Ian Brown presentó ‘Elizabeth My Dear’ en un concierto hablando de «60 años de tiranía». Sólo hace 10 años. La bilis que soltaron Sex Pistols presentando ‘God Save the Queen’ en el Thames coincidiendo con los 25 años de reinado de Queen Elizabeth en 1977 se ha convertido en ternura, haciendo de unos y de otra algo entrañable más que polarizante. ¿Y sabéis lo peor? Creo que la idea me reconforta en estos tiempos tan crispados.

Hay algo cómico en que los medios traten de cazar lo que opina Johnny Rotten sobre Isabel II en 2022, como también de alguna manera tiene sentido que Pegasus la retrate como pin up aseverando que «la reina mola». Esto último quedó muy claro cuando en la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos de Londres, aquella en que intervinieron lo mismo Pet Shop Boys, que Spice Girls, que Fuck Buttons, ella se prestó a un gag histórico. La organización quiso reírse de la idea de que su osadía y viveza la llevaran también a tirarse en paracaídas acompañada de Daniel Craig en modo James Bond, a los 86 años. Allí estaba ella entre el público con ese mismísimo traje. La tontería lleva 57 millones de visitas.

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