Sila Lua: «Puedes hacer un concepto para una canción, pero un álbum siempre va a brillar más»

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Sila Lua: «Puedes hacer un concepto para una canción, pero un álbum siempre va a brillar más»

Sila Lua es una de las revelaciones nacionales que nos ha dejado el año 2022 a través de su disco de debut ‘ROMPE’. Una historia conceptual en la que se conjugan diferentes géneros vinculados tanto a lo urbano como a lo alternativo, sobre la que hemos querido profundizar con la artista. Nos encontramos en un barrio céntrico de Madrid a la caza de un bar no demasiado ruidoso en el que poder grabar la conversación.

Es un placer escuchar el origen de la historia de este complejo álbum, su visión sobre el mismo o el porqué de contar con una banda sobre el escenario únicamente compuesta por mujeres, incluso en cuanto a técnica de sonido. Podréis comprobarlo este sábado 28 de enero en Madrid como parte de la programación de Inverfest, y posteriormente en Salamanca (10 de febrero), Ourense (11 de febrero), Murcia (17 de febrero), Valencia (18 de febrero), Bilbao (9 de marzo), Pamplona (10 de marzo), Donosti (11 de marzo), Sevilla (17 de marzo), Granada (18 de marzo) y Barcelona (21 de abril). Además, JENESAISPOP invita -junto a un acompañante- al concierto de Conde Duque a los 5 primeros que enviéis un mail a jenesaispop@gmail.com con el asunto SILA LUA MADRID, indicando vuestros nombres y apellidos.

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‘ROMPE’ es un disco conceptual, ¿puedes presentarlo para quien todavía no te conozca?
Nace de la imagen de un barco rompiendo las olas: por eso se llama ‘ROMPE’. Toma como hilo conductor el mar, su cultura, esa poesía, esa inmensidad. Yo quería transmitir ese empuje tanto en la producción como en las letras. También es un primer viaje para mí, como si me subiera a un barco yo sola buscando aventuras.

En el disco también hablas de una historia que le pasó a tu abuela, ¿no?
La primera canción, ‘La hija del capitán’, es la única en tercera persona. Cuento -con un poco de imaginación- la historia de mi abuela y su padre, que murió en un naufragio, al lado del Sáhara. La canción es un requiem. Es una despedida y tiene algo de militar en las percusiones. Digo que le echo imaginación cuando esa niña, tras la muerte de su padre, también decide lanzarse al mar como su padre. El resto del disco ya es en primera persona y es la historia de esa niña que ya ha crecido.

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Y que eres tú…
Uso esa historia de mi abuela y su padre para encarnarme y poder contar la mía. Siempre hay ciertas metáforas, pero todo es autobiográfico. Son cosas que me han pasado, pero ordenadas de manera bella. Quería que el viaje fuera de más convulso a menos convulso. ‘ROMPE’, al principio del disco, es una canción muy violenta, llena de dudas. Las primeras canciones son más como preguntas, de escupir más. Y luego hay una parte que empieza con ‘Makara’ y sigue con ‘Viaje al fin de la noche’ que es como más juguetona. El disco termina con ‘Xoias novas’ y ‘Mi nombre’, que ya son canciones más del corazón, más comprensivas, menos convulsas.

¿Te has agobiado con que todas las canciones encajasen en ese concepto o en esa narrativa?
Todas tienen una palabra o una referencia al mar. En ‘Viaje al fin de la noche’ no hay nada marítimo, pero viene de un libro que cuenta aventuras. También es un «viaje». Para mí era importante, a nivel lírico, usar el mar para contar una historia. No que todo fuera sobre el mar. ‘La hija del capitán’ puede ser la canción más obvia, pero otras usan el mar como metáfora para contar algo distinto.

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‘Tanta vida’ es una canción anterior, para una serie, ‘La edad de la ira’, que pensé que quedaría peor encajada, pero resulta que es de las que más usan el mar como metáfora.
«Guardo mares desbordados»… Es verdad que la hice por y para la serie, pero al escribirla, yo ya estaba envuelta en este concepto. Entonces salió así. Me dijeron que la pusiera al final, pero me encajaba en el número 9. Pienso que ahí va muy bien.

¿Has tenido dudas sobre qué te podía encajar y qué no, de las canciones que ya habían salido previamente?
He escrito todo, palabra por palabra, por y para el disco. No hay nada reciclado. Hay cosas antiguas que saldrán o no. Me parecía bonito hacerlo al revés, como debe ser: primero pensar el concepto y luego crear todo a partir de ahí. Me ayuda a mi creatividad tener clara una dirección. Antes ya había hecho un EP de arquetipos femeninos, porque estuve una época obsesionada con la mitología griega. Aunque luego abrí el concepto y metí a Rosalía de Castro.

«Con ‘ROMPE’ quería sentar las bases de mi proyecto, que la gente entienda de qué voy»

En la industria es muy habitual meter luego bonus tracks para añadir streamings y demás… Como Bad Bunny recuperando ‘Callaíta’ para ‘Un verano sin ti’.
En ‘Callaíta’ creo que tuvo que cambiar la instrumental y la metió en el disco para que la gente se diera cuenta… Yo quería sentar las bases de mi proyecto, que la gente entienda de qué voy. Yo creo que es distinto cuando estás entre álbumes, lanzando singles… puedes hacer movimientos más inteligentes a nivel márketing. Para mí los álbumes son importantes. Puedes hacer un concepto para una canción pero un álbum siempre va a brillar más, es un concepto más complejo.

La canción que más me llamó la atención del disco en principio fue ‘Patrón’ y me sorprendió ver que no estaba entre las que tenía mejores números…
Yo tampoco lo entendí mucho, pero era muy rara. Cuando la saqué pensé que era súper buena, pero supongo que es difícil (risas).

Es un tema feminista, contra el patriarcado, y la producción es muy interesante. ¿Qué me puedes contar sobre ella?
Esta canción la empezamos mi productor y yo. Yo quería hacer como un trip hop y tenía la letra, con una métrica rara. Luego pensé que sería interesante meterle cuerdas. Con este álbum he aprovechado para hacer cosas que no había podido, como grabar con un cuarteto de cuerdas. Las cuerdas tienen una cosa desgarradora y el mensaje encaja muy bien. Invité a LaTorre, una cantante ecuatoriana, a que la cantara conmigo, y su parte le da luminosidad. Si no, habría sido muy dura, porque uso palabras muy fuertes, como «guerra», «aborten», «suiciden»… y ella es más melódica y la abrió mucho. ‘Patrón’ también es por el patrón del barco… Pero es verdad que habla sobre mujeres y sobre el machismo como problema transversal. Hablo de nosotras y sobre ellos.

«‘Patrón’ es sobre el machismo como problema transversal (…) pero no me interesa la política»

¿Para ti es importante que la música tenga un mensaje?
No, me divierte también la música que no. No tiene por qué. Me gusta la poesía, no me interesa la política. De hecho me aburre la gente que es muy «mensajera». Lo que pasa es que inevitablemente hay cosas que salen. Para mí es imposible no hablar de algo que me importa o me interesa.

‘Viaje al fin de la noche’ tiene esta frase «si consigues que me corra, me caso contigo». No sé si aquí hay algo de reivindicación, si va de que hay gente que es un paquete follando…
(risas) Cada vez que la canto en directo, ya sale la risita… Pero en este caso no era en plan feminista sexual. Lo que digo es que «voy tan ciega, que si aun así consigues que me corra, me caso contigo». Está basada en una historia real y esta persona me llamó cuando se dio cuenta. Me dijo: «¡pero Sila!». Y dije: «pues ya lo siento» (risas). Me dijo: «no, si me gusta…» Y vino a la presentación del disco. Me apetecía hablar de las profundidades del mar, figurando un after. Tuve esta experiencia, y quedaba perfecto.

¿Qué podemos esperar de tu gira?
Actúo en Inverfest, son 11 fechas por toda España, se irán añadiendo más. ¡Espero que todo el mundo compre tickets! Voy con una percusionista y una DJ. La DJ lleva la cabeza de conejo del vídeo, queremos hacer una historia performática, más que conciertos. Habrá partes urbanas, partes tecno… Busco crear ese viaje con luces y canciones, vestuario, y con diferentes géneros. Que haya de todo.

¿Ha sido buscado que todas las músicas seáis mujeres?
Mi DJ, Greta, lleva un año y medio conmigo, me la presentó mi productor, es la hostia. Sí he buscado una teclista femenina. También voy con técnica de sonido mujer, me ha costado encontrarla. En la presentacion quería 4 percusionistas y rollo tribal, pero no encontré 4 percusionistas mujeres.

En el contexto político actual, me parece un mensaje político potente, abiertamente feminista, aunque decías que no te interesaba la política…
Sí, pero bueno. Para mí es algo poético. Yo soy mujer y represento ciertas cosas, me gusta rodearme de otras mujeres talentosas. Si tocaran mal, no las llevaría.

Bueno, estáis empezando. Todo el mundo toca mal al principio. Las bandas de chicos, también.
Yo soy solista, ¡si les pago es para que toquen bien! (risas)

«‘REDUXER’ de alt-J fue una inspiración. Como si yo fuera una indie que quiere ir de rapera o una rapera que quiere de ir de indie»

¿Has trabajado con referentes concretos en lo musical?
Nos hemos dejado llevar por la música, sí había «drums» concretos y a veces pensaba: «vamos a hacer algo parecido». Pero cuando haces música, todas tus referencias están reflejadas. Me gusta mucho la música urbana y yo vengo de ahí. Pero me siento más alternativa, y hay un disco de alt-j que sí ha podido ser una referencia. Hicieron un disco de remixes llamado ‘REDUXER’, a partir de su disco ‘relaxer’, en el que invitan a raperos y productores de urban. Fue una inspiración, pero más en lo conceptual. Como si yo fuera una indie que quiere ir de rapera o una rapera que quiere de ir de indie. Como no atarse a ningún sonido concreto. Que en el disco pueda haber un poco de todo.

Ahora que dices lo de alternativa, en el disco hay cosas que suenan deliberadamente desagradables, como sucias y oscuras…
Este disco ha sido una experimentación. Mi sonido ya era oscuro. Yo empecé estudiando producción musical, hice mis beats, y luego me di cuenta de que me gustaba más hacer canciones que producir. Empecé a colaborar con más gente. Pero para mí es importante estar delante en todo el proceso. Yo no canto la letra y otra persona hace los arreglos. He estado un año y medio en el estudio con mi productor. Las canciones han pasado por ritmos distintos. Ha sido una búsqueda de ver qué le iba a cada canción. Hay algo de mi sonido que tiene cierta oscuridad, suciedad… pero la mezcla es súper limpia, súper pop. La mezcla es como si fuera de Ariana Grande (risas)

¿Te ha llevado un año y medio grabar este disco, entonces?
Ha pasado por diferentes procesos. Estuve en Brasil con Duda Brack y comparábamos hacer un disco con un embarazo. Nunca he estado embarazada pero nos reíamos mucho diciendo que es como hacer un álbum: primero estás toda contenta, y luego a los 3 meses empiezas a vomitar. Entras con energía, pero luego dices: «Dios mío, pero si no tengo nada, ¿cómo voy a hacer este castillo?». Y a la mitad ya te empiezas a sentir bien, ya te dicen si está sano, puedes verlo… Hay altibajos, pero cuando tienes 3 o 4 canciones vas viendo que puedes continuar. Y vas teniendo fe de que el concepto es bueno. He crecido mucho como música, he tenido la oportunidad de seguir creciendo, como con el cuarteto de cuerda. Hay guitarristas, pianistas, percusionistas… Han sido sesiones y experiencias inolvidables. Y eso te «crece» como artista.

Antes de grabar, me comentabas que habías hecho unas sesiones con Marcel Bagés. ¿Y eso?
Hace un año. Cuando escuché ‘Clamor’ flipé, hablé con él, y me dijo que pinchaba ‘Quiero llorar‘ en algún festival. Le dije: «Voy a Barcelona». Estuvimos 2 días en el estudio, pero no acabó de salir nada. ¡Pero es muy majo!

¿Cuándo das el trabajo por acabado?
Hice muy bien en ponerme una deadline… Siempre puedes regrabar voces pero ya tenía las 11 canciones, sabía el orden y hemos estado 1 o 2 meses con arreglitos de última hora. Con esos arreglitos me podía haber tirado otros 6 meses…

«Yo pensaba que si la segunda canción que había hecho, había gente que la buscaba en Shazam en Brasil, Rusia, Ucrania… es que iba por buena dirección. Ahí me puse a hacer el álbum»

¿Sirve de algo sonar en ‘Élite’? Está muy bien entrar en playlists, pero tengo la teoría de que eso no lleva a la gente a tus conciertos…
Sí sirve. Fue un empuje emocional. Cogieron 2 canciones antiguas. ‘Nada’, que fue una de las que escogieron, fue la segunda canción que hice en mi vida. Antes tenía 3.000 o 5.000 plays. Los plays vienen de Shazam, no de las playlists. Yo pensaba que si la segunda canción que había hecho, había gente que la buscaba en Shazam en Brasil, Rusia, Ucrania… es que iba por buena dirección. Ahí me puse a hacer el álbum. Si hubiera lanzado el álbum al mes se hubiera traducido más… pero bueno. Hasta ‘Élite’ yo tenía 8.000 o 10.000 oyentes, no me escuchaba nadie. Llegué a 200.000. Ahora he bajado obviamente, pero esa gente que me escucha ahora es la que está medio pendiente.

¿Cómo te ves en 5 años años? ¿Qué inquietudes tienes? ¿Te agobian los números?
Los números no me importan. Me gustaría hacer la música que me gusta, con buenos medios. Los buenos profesionales cuestan dinero. Me interesa seguir desarrollando mi proyecto y aportar mi visión. Si resulta en un hit, pues muy bien. Me gustan los artistas de álbum, de conceptos, los que van creciendo, más que los que tienen un hit. Aunque un hit siempre viene de puta madre (risas).

Creo que este disco no está muy preocupado por un hit. No sé si es lo que buscabas con ‘ROMPE’ o ‘Viaje al fin de la noche’, pero no me ha dado esa sensación.
Estoy sentando las bases, es lo que quería con este álbum: empezar a sacar singles, explorar… Estoy con la gira, esto no ha hecho más que empezar. Yo quería que fueras a una plataforma y que la gente tuviera claro de qué va Sila.

Te compararán mucho con FKA twigs, pero veo una chulería más tipo Luz Casal en cómo cantas por ejemplo ‘Eres para mí’.
¡Me lo han dicho! Me lo decía una amiga gallega. Creo que es por el tono de voz, lo tiene grave como yo. Luz Casal y FKA twigs… ¡me gusta ese mix!

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