A Pedro Luis Domínguez Quevedo se le nota -al menos en las entrevistas- que el descomunal éxito de su colaboración con Bizarrap le ha dejado descolocado. Nadie podía esperar semejante éxito a nivel internacional: hasta entonces las «Sessions» del productor argentino habían funcionado muy bien, pero nunca hasta ese punto. Quevedo, que hasta el verano de 2022 llevaba tiempo sumando varios logros consecutivos en su carrera de manera más bien discreta, y llegaba por primera vez al número 1 de Singles España en febrero de aquel año con el atestado remix de ‘Cayó la noche’, en el que el canario era solo uno de ocho artistas implicados, de repente alcanzaba un éxito prácticamente inasumible, sin que a nadie le diera tiempo a procesarlo.
El éxito y los dilemas que plantea son temas recurrentes en el discurso de muchos artistas urbanos, y Quevedo no es una excepción. De soñar con sacar el «disco del año» en la intro y alentar el éxito de los artistas canarios (aparecen por aquí Cruz Cafuné) a recordar sus orígenes y tiempos más sencillos en el corte titular, que cierra el álbum con percusiones de hip-hop de corte industrial; ‘DONDE QUIERO ESTAR’ es otro disco que habla de fama, amor y familia sobre bases de reggaetón facilonas y efectivas que no buscan transgredir códigos sino simplemente hacerlo pasar bien. Como dice el propio Quevedo, ya hay otro tipo de músicas para eso.
¿Es ‘DONDE QUIERO ESTAR’ el disco del año? En lo artístico no, ni por ambición, ni por resultados. Quevedo no es un renovador de las músicas latinas ni pretende serlo, tampoco su ambición parece pasar por ahí, y el disco se conforma con darnos una generosa colección de canciones que funcionan por lo que son, ni más ni menos. Cuando funcionan, eso sí.
No es baladí que ‘DONDE QUIERO ESTAR’ cuente varios singles de éxito dentro de su secuencia, todos ellos aún presentes en los primeros puestos de la lista de singles española: la caribeña ‘PLAYA DEL INGLÉS‘ ha sido número 1 en España con la colaboración de Myke Towers, el reggaetón melancólico de ‘VISTA AL MAR’ se acerca a los 200 millones de reproducciones en Spotify, ‘SIN SEÑAL’ es otro pelotazo que se crece gracias a la producción de Ovy on the Drums, conocido por su trabajo con Karol G, y a esa letra dedicada a la búsqueda de uno mismo en medio del caos; y ‘PUNTO G’ es el hit actual de Quevedo, también efectivo.
Todos estos singles de Quevedo cumplen perfectamente su función. Después, el disco tiene otras cosas que ofrecer, para bien y para mal. En el lado positivo hay que comentar las trompetas triunfales de ‘AHORA QUÉ’, que solo pueden ser una respuesta al ‘INDUSTRY BABY‘ de Lil Nas X; o el instrumental de ‘YANKEE’, que, entre sonidos hipnóticos de xilófono, cambios de ritmo varios y una melodía de deje aflamencado, guía hacia una dirección que podría explorar Quevedo en el futuro, con la calma que encuentre cuando «desaparezca» en 2024, como canta precisamente en ‘AHORA QUÉ’, después de haber «coronado 2023».
No reinará este año si depende del sonido genérico de cortes como ‘DAME’, que recuerda demasiado a Bad Bunny cuando este ha publicado ya 800 discos de lo mismo; o esa canción que rima «muñeca» con «jaqueca» no de la manera más lograda; pero ‘DONDE QUIERO ESTAR’ convence menos cuando decide meterse en terrenos alejados del reggaetón. Loable la intención, en cualquier caso, pero las guitarras nu-metal de ‘LUCES AZULES’ apetecen muy poco, la composición orquestal de ‘ME FALTA ALGO’ digamos que no es tan emotiva como pretende, y los ritmos house de ‘CUÉNTALE’ tampoco andan cargados de gracia e inspiración.
‘DONDE QUIERO ESTAR’ es claramente un disco creado en torno a una serie de singles de éxito que mantiene el ritmo pero hace aguas en conjunto. Sin embargo, no es el despropósito que podría haber sido cuando llega tan poco tiempo después del fenómeno de la sesión 52 con Bizarrap. Quevedo no se podía permitir entregar un primer disco que fuera abominable, y en su debut demuestra que ese hit no tiene por qué definir su carrera.