El “Ave Fénix” La La Love You ha protagonizado uno de los mayores ascensos del indie-pop que se recuerdan. Pocos grupos pueden venir a la mente que empezaran postulándose para Eurovisión, sacaran otro disco y después lo petaran casi 10 años después con un single suelto en plena pandemia mundial. ‘El fin del mundo’, claro, llegó unos meses antes, en diciembre de 2019, anticipando la catástrofe sin saberlo, y sin saberlo catapultaba la carrera de La La Love You al nivel de ser capaz de programar hoy una fecha en el WiZink.
No hace falta hablar de los números ni de los Discos de Oro y Platino de La La Love You: ya lo hemos hecho. Quizá la noticia que deja ‘Blockbuster’, su tercer disco, es que el éxito no ha afectado al componente adolescente y naíf de su música lo más mínimo. Aquí directamente reconocen que “la vida adulta es aburrida” (‘Willy El Tuerto’), bailan el “Huki Huki” o te invitan al “sofá de su Keli” mientras “tú pones la peli”, en un uso de la rima y de la semántica “teen” con la que no me topaba desde que leía la revista ‘Loka’ allá por el año 2006.
A veces el salto entre lo bobo y lo adulto (o viceversa) en las letras de ‘Blockbuster’ provoca un cortocircuito mental, como cuando en ‘Mantita y peli’ nos encontramos con que la vocalista “ha perdido la batalla por ser un zorrón” y que ahora “lo que quiero es jugar al parchís” y pasar “tardes de recreo en el jardín”.
‘El fin del mundo’ representaba una evolución en el sonido de La La Love You: producto de la experiencia acumulada por el grupo desde que debutara en 2008, era -y sigue siendo- su mejor canción y, a la vez, era tremendamente adolescente -en el mejor de los sentidos- en su retrato de una decepción amorosa que se equiparaba en envergadura al mismísimo apocalipsis.
El protagonista de ‘Blockbuster’ sigue siendo un eterno adolescente, idealista, enamoradizo y permanentemente instalado “en la parra escuchando discos de punk-rock”, pues, no por nada, los Ramones aparecen retratados en la portada. Afortunadamente y aún a riesgo de no haber madurado demasiado, a La La Love You los hits se les siguen cayendo de las manos, y en ‘Blockbuster’ han dado con unos cuantos.
Es un poco raro que ‘Blockbuster’ empiece con un dueto, pero Samuraï seguramente no tiene la culpa de que ‘El principio de algo’ sea la mejor canción del disco, otro de esos tiros de pop-punk festivalero que a los de Parla tan bien se les dan. Rematadamente naíf, la ’Polaroid’ de La La Love You fotografía a una “modelo” que es igual de loser que el protagonista y que solo es una “estrella en su corazón”. ‘Himno (para los que están jodidos)’ lo dice todo con su título. En clave disco-chic, ahora pasado por supuesto por autotune, ‘Quiero quedarme para siempre’ con RENEE es la producción más interesante del álbum.
Otro de los mejores momentos de ‘Blockbuster’ llega con ‘Bang Bang’, una colaboración con Delaporte que suena 100% inspirada en el pop-rock “cheesy” de los 80. Como pasaba en el disco de La La Love You anterior, en cuanto llega la segunda mitad se hace evidente que ‘Blockbuster’ habría funcionado mejor con un poco de tijera: las melodías del grupo no son tan dinámicas como para que ‘La canción del verano’ o ‘Canción a quemarropa’ no parezcan relleno, a veces se acercan peligrosamente al terreno casposillo de Pereza o El Canto del Loco (‘Los ojos, chica, no mienten’) y la intensidad pop-punk alargada en 40 minutos se hace bola. De hecho, la pista final, ‘Mierda, te quiero’, en clave de pop lo-fi, es casi un Oasis en el desierto.
El cuarteto aún es capaz de capturar cierta esencia macarra en momentos contados de ‘Blockbuster’. ‘Todo mal’ empieza como una balada, pero pronto se transforma en algo que podría haber triunfado en la Movida. Es puro punk su letra tirada como sin pensar, dedicada a una persona a la que todo le va mal: “te llevé un ramo de flores y tienes alergia al polen” o “te pedí una chorrillana y resultaste ser vegana” son rimas graciosísimas en su ridiculez. En la línea de La La Love You, el protagonista se echa a sí mismo la culpa por el desastre, pero está claro que ellos siempre han sabido qué hacer para llamar la atención del público. Ahora somos los demás los que vamos detrás.