Pop-rock, qué cosa, ¿os acordáis? ¿Ahora que Zahara se entrega a la electrónica con y sin _juno? ¿Ahora que Aitana hace música house? Incluso había un programa musical de televisión llamado casi en honor de aquello, ‘Rockopop’, cuando el «género» -si es que puede considerarse tal- parecía que iba a estar siempre ahí. ¿Como se titularía ahora? ¿Drill&trap? ¿ReggaeFolk? Quedan pocos artistas entregados al pop-rock como tal y Chica Sobresalto, el proyecto de Maialen Gurbindo, está entre ellos.
Si en su disco anterior ‘Sinapsis‘ se construyó en base a la ciencia, donde las canciones se llamaban cosas tan raras como ’Oxitocina’, ‘Progesterona’ o, de manera más comprensible, ‘Endorfina’ y ‘Selección Natural’, este es más fantástico. Habla de brujas y astros. Chica Sobresalto dice querer ser «una artista que es de ninguna manera y de todas a la vez». Aglutinar a varias en una, como todas las personas, en realidad. Quien no haya sentido una contradicción viviente ahogándole en el pecho, que tire la primera piedra.
‘Oráculo’ sí agradece la fidelidad a una línea artística. Ahí no hay desencuentro alguno. Las canciones pueden ser más synthpoperas, como ‘La Estrella‘; o más rockeras y polvorientas, como ‘El Juicio’. Pero son todas representables por un cuarteto de batería, bajo, guitarra y teclados. No hay beats latinos, ni guiños al folclore nacional, ni drops de drum&bass. La referencia clara es Zahara, con quien Chica Sobresalto ha colaborado en el pasado. ‘La Estrella’ recuerda a ‘Santa‘ lo mismo que ‘El Juicio’ a ‘La pareja tóxica’.
Y el álbum es todo un festival de exorcismos personales y profesionales. Los propios de una persona que está buscando su lugar en el mundo y en la industria musical. «De vez en cuando me pregunto si sigo componiendo para mí o para el resto», dice la letra de ‘La Estrella’, donde recuerda tristemente cómo de pequeña tenía menos problemas de autoestima. «Quería ser como Madonna, confiaba mucho más entonces en mí que ahora». ‘Testamento de una decepción’, a piano, habla abiertamente de «abandonar el barco» y «reencarnarse en un funcionario». ‘El hogar’, de quererse a una misma, y ‘Poquita cosa’ es otra que busca la reafirmación de la autoestima. «Demasiado asimétrica, para vender pintalabios en Instagram», lamenta.
‘Oráculo’ se beneficia de lo descarnado que es. ‘La muerte (en Twitter)’ cierra el álbum hablando tanto de «correrse en tu boca» como de «no rendir cuentas a nadie». Y a veces de lo ácido y autocrítico. «Ahora que abrirse en canal es tan mainstream / Toda la sangre por el suelo como una peli macabra de ‘Saw'» es la primera frase de ‘El Desorden’, un tema aparentemente más influido por los Beatles.
Otras veces, la temática es más ligera. Rafa Val, convertido ya casi en superestrella tras el año de éxitos que están teniendo Viva Suecia, arropa en el poético estribillo de ‘El Milagro’. Celia Becks aparece en un tema que plantea la poligamia y la bisexualidad, llamado ‘La monogamia’. Y Veintiuno, que también cuestionaron el poliamor en un hit con Love of Lesbian, son los invitados en ‘Poquita cosa’.
Es muy evidente que su carrera musical no está dando la felicidad a Chica Sobresalto. Son muchas las confesiones de momentos duros y de inseguridad que se dejan caer por ‘Oráculo’. Hasta el punto de que grandes fragmentos de las letras son pura terapia para todes, como también lo son esos momentos más hedonistas. Una dicotomía comprensible por todos que suma un aliciente más: varios guiños a la imaginería popular, desde Rocío Jurado y la «fuerza de los vientos» (‘La Torre’) a ‘Pena, penita, pena’ de Lola Flores (‘Poquita cosa’), pasando por el ‘Corazón contento’ de Marisol (‘El lío’).
Chica Sobresalto actúa hoy 25 de mayo en la Sala Paqui de Madrid. Más fechas, en su web.