La muerte es un terreno fértil que explorar creativamente y muchos artistas le han dedicado sus mejores discos: pienso en ‘The Soft Bulletin’ de los Flaming Lips, ‘A Crow Looked at Me’ de Mount Eerie (con uno de los mejores títulos de la historia) o ‘Carrie & Lowell’ de Sufjan Stevens, el mejor disco de 2015 para esta redacción. ‘But Here We Are’ de Foo Fighters está evidentemente dedicado a Taylor Hawkins, batería original de Foo Fighters, que murió el año pasado a los 50 años durante la gira del grupo en Colombia; pero también a la madre de Dave Grohl, Virginia, que fallecía a los 84 años poco después.
La pérdida de dos seres queridos en un solo año ha hecho mella en Dave Grohl a nivel psicológico, como lo haría en cualquier persona. En las letras de ‘But Here We Are’, Grohl pide que alguien le “rescate” de la miseria (‘Rescued’), se muestra “incapaz de superarlo” (‘Under You’), espera que “el sol vuelva” sin garantías de que vaya a hacerlo (‘Show Me How’), se sumerge en un mar de nostalgia mirando fotos viejas (‘Under You’), echa de menos el “hogar” que un día conoció (‘The Glass’) y se muestra incrédulo por que alguien como Hawkins haya podido morir tan joven (‘Beyond Me’).
Cuando en ‘The Glass’ Grohl espera que la “tormenta pase”, cuando en ‘The Teacher’ habla de “pasar página” o de “aprender lecciones», cuando en ‘Rest’ recuerda que “la vida es solo un juego de azar»… da la sensación de que son tópicos que ya has escuchado antes, quizá por su universalidad. No hay fondo en los textos, pero sí son inmediatos. Y esa inmediatez también se traduce en la música.
Porque no, ‘But Here We Are’ no es un trabajo que por dedicarse a la muerte suene pesado o plúmbeo, que se arrastre en el lodo. Las canciones suenan catárticas, liberadas, elevadas, quizá por el mismo motivo. Y dejan la sensación de que, grabarlas, para Grohl ha sido sanador. Escucharlas también lo es.
El rock duro de antaño se vuelve a suavizar en ‘But Here We Are’, y la producción de Greg Kurstin, presente también en ‘Medicine at Midnight‘ (2021) y ‘Concrete & Gold‘ (2017), favorece unas canciones que pueden ser melódicas y poderosas. El single ‘Rescued’ sobresale en la secuencia, pero el tema titular es especialmente emotivo y pone los pelos de punta. La amabilidad del sonido contrasta con el griterío screamo de Grohl y con algunos arreglos: ‘Hearing Voices’ contiene punteos a lo The Cure y ‘Show Me How’, otro de los singles, se acerca al shoegaze: en otro de los momentos emocionantes del álbum, la hija de Grohl, Violet, canta en la canción: “yo me encargaré de todo ahora, ¿quién me enseñará cómo hacerlo?” De repente la mirada de la muerte se postra sobre Grohl: él es el padre que un día Violet perderá.
En ocasiones, Foo Fighters crean magia con sencillez, como cuando en ‘Rest’ Grohl canta: “descansa, ahora puedes descansar, ahora estás en un lugar seguro”. Las canciones de ‘But Here We Are’ también ocupan una cómoda zona de confort musical, pero el poder de las melodías puede sobrecoger, como en ‘Under You’. No siempre los experimentos funcionan, ahí está el punk-rock de ‘Nothing at All’;, pero hay que aplaudir que Foo Fighters se atrevan a incluir una canción de 10 minutos como es ‘The Teacher’. Hasta ‘Rest’ trae ecos slowcore… Hay una evolución en el sonido de Foo Fighters que en ‘But Here We Are solo se intuye, pero al menos ellos no olvidan entregar buenas canciones.