Música

Blur / The Ballad of Darren

En 1995 el Brit Pop estaba en la cresta de la ola. Dominaba el mundo, o como mínimo Europa. Hasta un extremo realmente radical: Los 40 Principales radiaba aquellos hits de pop-rock. El fenómeno murió, pero no las canciones, y el público continúa escuchando hasta la extenuación cosas como ‘Wonderwall’, ‘Bitter Sweet Symphony’ o ‘Song 2’. Blur siguen vivos aunque sea dando conciertos de vez cuando y publicando un disco por década. Desde hace tiempo hemos asumido que Damon Albarn es un talento particular y versátil, válido para liderar proyectos como Gorillaz, sacar álbumes en solitario, escribir bandas sonoras, empaparse de sonidos africanos y mucho más que todo esto.

A pesar de lo que una persona puede cambiar en 8 o 12 años -así que imaginad cuatro-, Blur logran mantener su identidad en su 9º álbum, ‘The Ballad of Darren’. Y mira que composiciones como ‘The Universal’, ‘Country House’, ‘Tender’, ‘Parklife’ y ‘No Distance Left to Run’ tenían poco en común.

En esta ocasión, sabemos que estamos ante un disco de Blur por su mirada a su propio pasado, por su sentido del humor al retratar la sociedad (dicen, por ejemplo, que ‘Russian Strings’ va sobre Putin) y también por la buena ejecución que da la experiencia. ¿No es una genialidad que un grupo llenaestadios y capaz de liderar un festival como Primavera Sound en un año como 2023, vuelva con un single llamado ‘The Narcissist’.

Versando sobre adicciones y sobre la resistencia, ‘The Narcissist’ es una canción muy bien construida, una que podría permanecer en el repertorio de Blur dentro de 10 o 20 años, en tanto que constituye un himno sobre sí mismos, y sobre su propia resiliencia. «Seré la luz que brille en tus ojos / y probablemente tú me devolverás ese brillo / Pero no me caeré esta vez. Con Dios, haré caso de las señales», dicen, como dirigiéndose a alguien querido. De manera chanante, el Darren del título del álbum no es otro que el ex guardaespaldas de la banda, que después ha acompañado a Damon en su carrera aparte. El hombre que ha velado por la seguridad del grupo. Solo «Dios» sabe las historias que puede haber por ahí detrás.

El otro single principal del álbum, ‘St Charles Square‘, es uno de los pocos momentos rockeros de ‘The Ballad of Draren’, jugando con las guitarras glam, gritos y virguerías de post-producción, obra de Graham Coxon y el co-productor del álbum, James Ford, todo un profesional detrás de decenas de álbumes de éxito. La ejecución también es exquisita en el juego entre cajas de ritmo y punteos indie pop en ‘Barbaric’, una canción sobre invencibilidad («he perdido la sensación que tenía de que nunca perdería») que suena deliberadamente «loser», no victoriosa. Es como si Blur estuvieran contemplando su vida, abrazando también sus derrotas.

El disco fue escrito por Damon Albarn, en parte, en un hotel de Montreal, frente a un mural dedicado a Leonard Cohen. Abiertamente se han inspirado en el artista algunos de los momentos más tranquilos de este disco, y de hecho encontramos un breve tema, conformado tan sólo por una estrofa, un estribillo y un desenlace tipo Radiohead, llamado ‘The Everglades (For Leonard)’. La voz de Albarn es muy adecuada para este registro, él podría ser todo lo crooner que deseara, pero es verdad que esa parte del álbum suena mucho menos agraciada en este caso.

Hace poco recuperé el vinilo de ‘The Magic Whip‘, el disco de 2015 de la banda, y me sorprendió gratamente lo que encontré en él. No sé si influyó el susto de verme retratado en la contraportada (incluye un espejo), pero volvieron a sorprenderme gracietas como ‘Ong Ong’ y temas más tranquilos como ‘There Are Too Many of Us’.

En el nuevo, tras ‘The Narcissist’, hay que elogiar la contraposición entre power ballad ochentera y guitarras de ‘Goodbye Albert’, pero las últimas baladas del disco no presentan el carisma de ‘The Ballad’, el corte inicial, una recuperación de un tema que apareció en el EP de Damon llamado ‘Democrazy’ en el año 2003, y que ahora ya no dura 1 minuto. Casi que agradecemos que ‘The Ballad of Darren’ se haya completado en las últimas horas con dos pistas más, una de las cuales es la enérgica ‘The Rabbi’. Su estribillo «estaba perdido, y tú me salvaste» habría merecido más foco. Estábamos ante el disco más breve de Blur, de hecho continuamos estándolo, y corríamos el riesgo de olvidarlo demasiado pronto.

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: blur