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Pros y contras de ‘Dejar el mundo atrás’, el éxito de Netflix que ha cabreado a Elon Musk

‘La sociedad de la nieve’, ‘Maestro’, ‘Nyad’, ‘Rustin’… Como es habitual en Netflix, las últimas semanas del año las dedica a sacar toda su artillería pesada, los títulos más esperados y “oscarizables”. No por casualidad, todos los mencionados han recibido nominaciones a los Globos de Oro. Curiosamente, su mejor película de 2023, la extraordinaria ‘El asesino’, ha sido completamente ignorada en los premios (la ausencia de Fincher como mejor director es tan incomprensible como la de ‘Poker Face’ como mejor serie de comedia).

‘Dejar el mundo atrás’ era una de las películas más esperadas de su catálogo. Por el libro de Rumaan Alam (Salamandra, 2021), que fue un exitazo en EEUU; por su director, Sam Esmail, autor de ‘Mr. Robot’ y ‘Homecoming’; por sus productores, el matrimonio Obama; y por su potente reparto: Julia Roberts, Mahershala Ali, Ethan Hawke, Myha’la Herrold, Kevin Bacon… ¿Ha cumplido las expectativas?

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Lo mejor de ‘Dejar el mundo atrás’
1. El fin del mundo desde los Hamptons. Ni aliens, ni zombis, ni catástrofes naturales. Tampoco políticos remangados, militares hipermotivados o héroes anónimos. El apocalipsis según Esmail (y Rumaan Alam) son dos familias bebiendo vino en un casoplón en un clima de inquietud, extrañeza y desconfianza. Un drama íntimo y existencial, con ecos del cine de burgueses de Haneke, más enfocado en la reflexión que en la acción. La película funciona muy bien como generador de debates y representación de los miedos, miserias y dilemas de las sociedades occidentales.

2. La puesta en escena: entre Shyamalan y un piloto de dron borracho. La cámara de Esmail da más vueltas que Bisbal en un concierto. Hay una acumulación de encuadres torcidos y planos cenitales que parecen más un ejercicio gimnástico que artístico. Sin embargo, conforme la acción avanza, adquieren significado. El director consigue crear una eficaz sensación de descontrol y desorientación, la representación formal de una realidad en plena desintegración, de un mundo que se está poniendo del revés. Esta decisión estilística, unida a una concepción del suspense heredera de Shyamalan con algunos toques de Jordan Peele, da como resultado un thriller apocalíptico-paranoico muy atractivo e interesante.

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3. La secuencia de los Tesla. Y que Elon Musk, según lo que ha escrito en su red social (“Teslas can charge from solar panels even if the world goes fully Mad Max and there is no more gasoline!”), no se haya enterado de qué va esa escena.

Lo peor de ‘Dejar el mundo atrás’
1. Los subrayados verbales. Hay partes de la película que parecen una mala obra de teatro. Personajes que más que dialogar entre ellos, da la sensación de que están hablando al espectador, explicándonos de forma poco sutil, casi aleccionadora, lo que nos espera si seguimos así.

2. La metáfora de los animales. Sobre todo el abuso de las escenas con ciervos. Si actuaran así por alguna anomalía medioambiental, tendría un pase. Pero si, como parece, se utilizan como señal de advertencia ¿divina?, incluso, estirando el hilo interpretativo, como forma de reforzar el discurso del filme (jugando con la idea de que somos menos vulnerables en manada), como alegoría no está muy lograda.

3. Lo inverosímil de la premisa inicial. No voy a desvelar demasiado. Solo dejo una pregunta: ¿de verdad alguien que tiene una mansión como esa, en la zona más pija de Nueva York (y del mundo), tiene necesidad de alquilarla a precio de familia de clase media de Brooklyn?

‘La sociedad de la nieve’, ‘Maestro’, ‘Nyad’, ‘Rustin’... Como es habitual en Netflix, las últimas semanas del año las dedica a sacar toda su artillería pesada, los títulos más esperados y “oscarizables”. No por casualidad, todos los mencionados han recibido nominaciones a los Globos...Pros y contras de 'Dejar el mundo atrás', el éxito de Netflix que ha cabreado a Elon Musk