La vida de Pablo Rouss no se ha parado durante los últimos meses, por ser jurado de Operación Triunfo. Cada lunes grababa el programa en Cataluña, y cada martes cogía el AVE de las 9.50 para a la 13.00 estar en Madrid y grabar en el estudio. En su currículum encontramos muchos de los mejores hits de Belén Aguilera, entre muchos otros. Y sobre todo en 2023 terminaba de preparar un segundo disco en solitario llamado a ser el más importante, aunque no sea el más famoso, de toda su vida. Esta vez sin artistas invitados, ‘Asintomático’ está inspirado plenamente en la muerte de su madre.
Pregunto a Rouss cómo ha aguantado este ritmo durante los últimos meses. Responde, tajante: «Poniendo el foco. La gente piensa que mi vida solo ha girado alrededor de OT, que un poco también, pero es solo un 25% de mi tiempo. El otro 75% son un montón de producciones y mi propio proyecto, que tenía que atender. Equilibro las dos cosas».
¿Cómo has podido seguir produciendo mientras ha durado OT? Sobre todo mentalmente, con esa presión social.
Sí es muy agotador mentalmente. Pero tengo la suerte de tener una estabilidad emocional bastante jevi. Aun así, me ha costado digerir la opinión pública no constructiva. La constructiva me ayuda a verme desde fuera como yo no me veo. Mucha gente me dice que en persona soy totalmente diferente. Pero es que en la tele solo tengo 3 minutos. Tienes que ser conciso, que se te entienda, decir algo que les sirva [a los concursantes]… Todo eso con todo lo que supone hacer una gala en directo. No puede haber fallo ni error. Lo que les digas va a misa. Es muy difícil ser tú mismo en un tiempo tan pequeño.
¿Qué crítica te ha dolido más?
Intento no darle importancia. Lo que más me ha dolido es que hayan metido a mi madre de por medio. ¿Qué necesidad? Y en medio de la promo de un álbum que habla sobre eso… Ha habido comentarios no constructivos que digo «¡qué pena!». Me han dicho «se te ve muy frío», y yo soy lo contrario de esto. Todo mi entorno social me ha dicho «tú no eres así, tú no tienes esa barrera entre la gente y tú». Pero la tele y nuestra posición de jurado genera esa barrera inconsciente. Al final estás en una situación de tensión. De «a ver lo que digo, cómo lo digo…» No es una situación de palique tranquilo, como ahora contigo, en la que podemos hablar de OT, de la vida, de mi disco… Va a ser muy relajado. Ahí estás decidiendo no el futuro, pero sí quién sí y quién no. Tengo 29 años y llevo 10 años en esto, pero aun así me siento el hermano mayor. A alguno le saco 3 años. Les tengo un cariño especial, les he visto crecer durante 3 meses y me hace ilusión ver que chavales como yo se han lanzado a un monstruo tan grande como OT.
¿Qué has aprendido en este tiempo?
A relativizar. No todo el mundo va a tener una opinión positiva respecto a ti. He aprendido de las opiniones de gente que ha escrito desde la educación. Y a salir de la zona de confort en la que estaba desde hace años de trabajar, trabajar y trabajar en un lugar en el que controlaba todo. Esto ha sido descarrilar a tope y encontrar el centro, porque OT te hace balancear mucho.
Has dicho de manera muy determinada y nada más empezar la entrevista «yo tengo una estabilidad emocional». ¿Cómo se llega ahí y qué quieres decir?
Me viene desde pequeño. Cuando has experimentado cosas que sí tienen importancia… Creo que la vida te pone en situaciones que a la fuerza te enseñan que hay cosas con importancia y cosas que no. Las que no la tienen, no hay que dársela porque solo te va a hacer sufrir. He sido una persona muy independiente. Siempre he vivido bien conmigo mismo. Siempre he intentado construir ese tesón desde mí mismo, afrontando esa montaña rusa que es la música. Y más yo que vengo del underground, donde tienes que construir pieza a pieza, hasta llegar al castillo.
«Quería hablar de la muerte como una fase de la vida que no hay que esconder en un cajón»
Estás hablando de cosas que tienen importancia y tu disco habla de la muerte de tu madre. Pero lo llamativo es que es un disco alegre, como se ve en canciones como ‘Ojalá’ o ‘Despedidas’.
Quería tratar el tema de la muerte como una fase de la vida que existe y que no hay que esconder en un cajón, en una caja de Pandora. No se habla de ella todo lo que se debería y eso implica que tengamos emociones reprimidas. No es una sensación agradable porque crees que nadie te va a entender. Este es un disco que yo necesitaba hacer porque siempre me he tomado la vida de una manera muy positiva, muy alegre, muy de mirar para adelante. Pero a veces tienes que pensar las cosas, de corazón y hacer autoanálisis, porque tendemos a guardar cosas en ese cajón mágico. Hasta que metes otra cosa más y explota. Yo vivía en esa vorágine de no permitirme el lujo de estar mal y de entender lo que estaba pasando.
La muerte es un tabú, incluso no se habla con amistades muy cercanas. El «luto» era el luto de nuestras abuelas, y ahora es algo que se supera como buenamente puedes. Nadie te dice cómo, ¿no?
‘No me presiones’ habla sobre eso, sobre esa incomodidad de la gente intentando consolarte. Y tú solo quieres estar mal, desaparecer, y que cuando vuelvas, la gente siga ahí. El proceso de la muerte es algo que no vas a entender. Hay quien se lo toma de manera catastrófica. Yo me lo tomé bien, todo lo bien que te puedes tomar esto. Y luego salieron esos males, esas preguntas que creía que tenía apartadas pero realmente no. A la gente que haya vivido algo parecido, el disco le va a ir hasta el fondo y le va a ayudar a entenderse un poquito más. Porque está escrito desde una verdad tan cruda y real que es un storytelling apto para todos los públicos.
‘No me presiones’ habla sobre esa incomodidad de la gente intentando consolarte. Y tú solo quieres estar mal, desaparecer, y que cuando vuelvas, la gente siga ahí.
De hecho, el lenguaje es muy coloquial, con frases como «estoy cagado», «mierda», huyendo del tono poético y trágico de este tipo de discos. Es muy de la calle.
Totalmente, pero no lo he hecho por la gente, el disco viene de la necesidad de contar algo. Lo he contado desde un punto de vista tan puro, de contárselo a un amigo, que por eso hay gente que me escribe y me dice «esto es lo que tenía en mi cabeza, transformado en canciones». Belén [Aguilera] escribe mucho así, es muy espontánea. Es metafórica pero es cruda y real. Trata las emociones de manera realista y a mí eso me gusta mucho.
¿De dónde te viene esto de ser tan alegre ante la vida?
Mi madre vivió 10 años de cáncer, de manera frenética. Fue una montaña rusa de altibajos. Siempre ha sido muy positiva, con esa necesidad de ayudar a los demás. Siempre intentaba esconder su malestar, lo que supone a nivel físico el cáncer, que te deja molido. Era la que ayudaba a los demás. Por eso creo que los problemas no tienen importancia. Que una persona que se está muriendo te diga «mañana será otro día, no te acordarás de esto, no te preocupes» es cuando te das cuenta de que todo lo que te ha pasado en la vida no tenía importancia. Que ojo, cada uno decide a qué le da importancia y a qué no. Pero a veces deberíamos hacer cierta autocrítica, como «no voy a sufrir por esto porque no merece la pena».
En un disco tan especial que la palabra «especial» se queda corta, ¿a qué canción tienes más cariño?
Con la que más he llorado es con ‘La pena’. Es la más cruda. La escribí en 30 minutos. Fue cuando tu cerebro hace clic «me acabo de quitar un peso de encima». Entonces decidí hacer un álbum para soltar todo lo que tenía que soltar. Siempre he vivido con la sensación de tener algo a medias. Y cuando empecé a escribir, conseguí sanar y resolver cosas que hacía tiempo que no conseguía resolver con la música. Porque llevo 200 producciones en 3 años, más mi disco de colaboraciones. Necesitaba sentarme y escribir algo de corazón que de verdad me ayudase. Y este disco ha sido esto. 100%.
Me gusta ‘Punto y aparte’ que empieza con una voz con Autotune o Melodyne. ¿Quién es el pionero de usar el Autotune con un efecto triste? ¿James Blake, Bon Iver? Todos habíamos escuchado a Cher, Daft Punk… ¿Pero en cuanto a ese efecto tristón?
No te sabría decir quién es el pionero o la pionera pero Cher me explotó mucho la cabeza en su momento. Era tratar la voz como un instrumento. Llevar la voz más allá que de manera orgánica. Ha ayudado a entender el discurso melódico de manera más artística, no solo como una manera de contar una historia. Por eso me gusta tanto Max Martin, el autor de tantos hits de los 2000. Es un matemático.
Yo por eso lo odio. Es más un matemático, que un artista.
(risas) Yo soy fan, 100%. En mi vida soy bastante matemático, muy metódico. Me gusta mucho su manera de entender la música, las melodías. Soy muy friqui de las melodías. Sus melodías es como si estuvieran construyendo una letra. La música que más me ha funcionado ha sido construyendo de esa manera. Los tiempos han ido cambiando y TikTok ha cogido mucha fuerza y la balanza se ha ido decantando hacia las letras. Porque en TikTok estás leyendo muchas veces, no solo escuchando.
Belén Aguilera nos hablaba mucho, cuando vino al podcast, de cómo ha construido letras desde la música pop.
Tiene una jerga muy suya, que ya es totalmente identificativa de su persona, y ha conseguido salvaguardar las melodías, que es algo súper complicado. Y desarrollar su música hacia algo más indie, más alternativo, pero manteniendo esa parte tan pop que tiene. Es muy jevi.
¿De qué te sirve estar encasillado cuando la música es un hervidero de información que te va a ayudar a construirte como persona?
Una de las cosas que más me ha gustado de OT es ver a gente joven haciendo una ranchera, ‘Zombie’, canciones de urban… ¿Cómo has vivido tú la evolución de las etiquetas? Me extraña incluso verte usar la palabra «indie» ahora que está todo tan mezclado.
Las etiquetas son irrelevantes. Yo vengo del metal, del hardcore… Éramos muy nicho. Me gustaban Pantera, Slipknot, y a la vez Justin Bieber y Katy Perry. Estaba en la mitad de dos mundos y yo quería beber de todos y construir a partir de ahí, no elegir. La apertura de mente de la sociedad, con las redes sociales, ha permitido que la gente no quiera encasillarse. Encasillarse es ponerse barreras. La música está ligada con la evolución personal. ¿De qué te sirve estar encasillado cuando la música es un hervidero de información que te va a ayudar a construirte como persona?
¿No se reían de ti en ciertos ambientes por escuchar a Justin Bieber y Katy Perry?
¡No! Yo lo viví de manera muy natural. Siempre había comentarios, es verdad. Pero yo hice terapia de choque. Empecé con 21 años, como técnico de sonido de gente como Skunk DF, Hamlet, que tenían 20 o 25 años de carrera. Eran mis padres. Yo era muy hardcoreta, muy metalero. Pero empecé a hacer mucha producción vocal, haciendo algo más mainstream, y la gente encantada. Yo pensaba: «¿Quieres ser ese nicho?» A muchos les gusta evolucionar hacia el mainstream y no lo quieren reconocer.
¿Crees que este background tan variado fue lo que te llevó a ser jurado de OT? ¿O tu carácter optimista?
Yo creo que es que soy muy joven y he trabajado con artistas súper diferentes: Vanesa Martín, Sebastián Yatra, David Bisbal, Recycled J, Hens, Pole… Urbano, rock, pop, indie, electrónica… creo que tengo un abanico musical y un criterio muy abierto para poder opinar… no me gusta la palabra «juzgar», para opinar de chavales que tienen un sueño y verlo de manera global, y no encerrarme en mi criterio de «esto me parece bien» y «esto no lo entiendo». Este ha sido uno de los puntos por los que me han podido coger. Tengo mucho carisma y mucha personalidad. Aunque no se ha visto.
No se ha visto en el programa por el factor Buika. Yo mismo no puedo respirar cuando habla. No se sabe si va a decir algo bueno o malo. No quiero pensar lo que es tenerla al lado.
Si a mí me enfocasen cada vez que habla Buika… Hay un par de planos en que se ve un poco que me estoy llevando las manos a la cara. La quiero mucho porque es muy real. Lo primero que dice es lo que piensa. A veces le he dicho: «¿Pero por qué has dicho eso?». Ella te lo argumenta y lo entiendo. Es que no tienes tiempo real para enrollarte mucho. Tienes un pinganillo para que te digan «no te enrolles». Es un poco injusto. Mi labor es difícil y no solo eso, sino que tienes handicaps todo el rato que te impiden estar 100% satisfecho con tu participación.
El carisma no está relacionado con un carácter fuerte. El carisma para mí es centrarme en cosas positivas y llevarlas a otro nivel
Dices que no se ha visto tu carisma. La impresión que dabas es que te esforzabas en no hacer daño a los concursantes. Como el día de las puntuaciones.
Me gustó mcuho un meme de Twitter que decía que yo era el profesor de Educación Física que ponía un 9 a todo el mundo. El carisma no está relacionado con un carácter fuerte. Yo tengo un carácter, no fuerte, sino sólido. Yo construyo desde lo positivo. Ariel Rot me preguntó en una entrevista el otro día qué haría si Bisbal me trae un tema de mierda. Y yo dije: «me la ha dicho para pillar». Lo que yo haría es buscarle un punto. Vamos a coger tu movida y vamos a llevarla a otro nivel. Centrarme en cosas positivas. El carisma para mí es eso. No tienes que ser llamativo. Sino que la persona que tengas delante quiera seguir escuchándote. Para mostrar ese tipo de carisma necesito una conversación larga, para que tú te puedas enganchar a lo que estás haciendo.
Hay un momento de la vida en que confundes ser borde con ser carismático.
Exacto. ¿Tú que quieres? ¿Generar odio o amor? Yo no me hago un disco de 22 colaboraciones si no tengo relación de respeto con gente de la industria.
A ver si te he entendido. Si alguien te trae un tema y no te gusta, te fijas en la única línea o gancho que te gusta, pero sí o sí haces algo con él.
Yo nunca digo «huy, esto no», porque entiendo que el artista tiene un criterio suficiente para presentarme solo cosas que le gustan. Lo que te voy a decir es: «vamos a encauzarlo». Mi labor es llevar lo que tienes a otro nivel. Pero no decir «solo me gusta esto». Si solo me gusta la parte más característica, mi labor no es que me flipe, sino que le flipe a la gente. Yo quiero salir del ego de mi persona, porque la música no solo es tu pensamiento y no se trata de que me guste a mí. En la música es todo súper subjetivo. Todo desde el respeto.
¿Qué productores son referente para ti y quién crees que pueda pegar en el futuro?
A mí me lleva volando la cabeza bastante tiempo esta persona: ODDLIQUOR. Me parece un productor súper completo, creativo, ha entendido muy bien la música, no solo el mainstream sino la musicalidad completa: letra, melodía, música. Dos productores que admiro son Tumbao y D3llano. Tumbao hace mucho hit, mucho urbano. Y con D3llano trabajo mucho mano o mano y creo que tendremos un hueco.