Música

Karol G tiñe de rosa el Bernabéu, con flores, complementos y Amaia Montero

La victoria de España en la Eurocopa fue emocionante. No así los fastos de celebración, descritos en El País como una «despedida de soltero cutre», con mobiliario urbano destrozado y una pequeña crisis internacional desencadenada por dos jugadores que tuvieron a bien gritar «Gibraltar español» encima de un escenario. Y eso que ninguno era Carvajal, ese gran patriota capaz de ponerse por encima del presidente del gobierno, elegido democráticamente por los españoles. Con este ambientazo de feliz convivencia dejado por el fútbol, el Santiago Bernabéu parecía el último sitio al que acudir en tu fin de semana libre. Por suerte, lucía como un espacio seguro tomado por la colombiana Karol G, que lo abarrota estos días hasta en 4 ocasiones consecutivas.

El concierto visto este domingo era el segundo de ellos, y el público acudió mayoritariamente vestido de rosa. Sobre todo chicas portando sombreros de cowboy de este color, faldas, camisetas y complementos, pero también algunos chicos y chiques se animaron, consiguiendo que entre las prendas y los kilos de maquillaje, fuera claro que el Bernabéu sería durante estos días otra cosa. «No entiendo nada», exclamó un chico en el Metro de Nuevos Ministerios al ver toda la marabunta rosa que se le estaba echando encima. Ni en el estreno de ‘Barbie’ se había visto tanta gente vestida de este color.

Por si había poca expectación con los 4 Bernabéus de Karol G, los conciertos van a ser diferentes. El sábado no hubo invitados, y el domingo se vivieron momentos históricos al respecto. Ahora todo el mundo se pregunta qué puede pasar en las que van a ser la penúltima y la última noches de toda la gira.

El tour que presenta el exitoso ‘Mañana Será Bonito‘, que comenzaba el verano pasado en Estados Unidos, después ha viajado a Latinoamérica y ahora concluye en Madrid tras otras 14 fechas en Europa y Reino Unido, se orquesta en torno a una historia animada. La de una sirenita llamada Karolina a la que se heló el corazón por desamor. Con su presentación se abre el concierto -5 minutos antes de tiempo-, y con su continuación se estructurará todo el set, dejando tiempo para la artista para cambiarse entre acto y acto, mientras observamos a su alter ego pelear con un tiburón y después unirse a él. La historia terminará con un mensaje de superación y una recomendación para aprovechar el momento tratando de ser feliz.

Ya las dificultades para seguir la narración de este cuento vaticinaron que el sonido en el Santiago Bernabéu no será el idóneo, y los problemas no se resolverán a lo largo de la noche. Mientras los vecinos se quejan del ruido, como si no llevaran años conviviendo con todo tipo de ultras locales y hooligans visitantes, el sonido no es todo lo nítido que debería dentro del estadio. Una cuestión que se lleva arrastrando décadas y que se ha llevado por delante shows de los mismísimos Rolling Stones. Karol G se ha currado un concierto con banda, con varias integrantes femeninas y un batería que se pasa 2 horas y media recreando beats de reggaeton probablemente fabricados con cajas de ritmo, pero si en algún momento puedes seguir las letras, solo es gracias a las chicas que gritan cada frase a tu alrededor.

Con más de una treintena de temas, el repertorio es generoso en hits. Comienza nada menos que con ’TGQ’, cautivador incluso sin Shakira, deja sonar tan pronto como en la primera mitad ‘Tusa’, se desprende de ‘BICHOTA’ sin necesidad de darle demasiado protagonismo, incorpora ya en la penúltima parte ‘Si antes te hubiera conocido’ y deja para el final, seguidas, ‘MAMIII’ y ‘Provenza’. Esta última incorporando en su segunda mitad un innecesario remix de Tiësto en clave EDM. Lástima porque era su mejor canción (en su versión original).

Pero Karol G hace funcionar los momentos baladescos, como esa adaptación de ‘Bleeding Love’ que es ‘Contigo’; o los rancheros, como ‘Gucci los paños’. En pos de la integración de 60.000 personas, se han repartido pulseras luminosas entre el público, y la noche se teñirá de diversos colorines según el tema. En algunos incluso conviven varios e intermitentes, dejando momentos más o menos poéticos como la acústica ‘El Barco’, que habla de pájaros que vuelan, por lo que las lucecitas recrean el batir de sus alas.

Aunque nada como la sorpresa de los invitados. Apareció Sech para cantar ‘Dañamos la amistad’ cuando nadie le esperaba porque hacía un año que ambos no actuaban juntos; y sobre todo apareció una artista que entendíamos ajena al universo Karol G. Esta anunció hacia la mitad del show que iba a subir a cantar una artista española que hacía dos años que no aparecía en un escenario (algo que no era del todo cierto), y mientras tú te preguntabas qué artista española del entorno urban o latino podía ser esa que aguantara dos años sin subirse a un escenario, el suelo se abrió para que por una escalinata apareciera Amaia Montero, como recién llegada del más allá.

Tamy Mauri (Live Nation)

Hay que decir que las proyecciones en el suelo son un acierto, pensadas para el público que ve el escenario desde muy lejos y muy arriba en el graderío (por ejemplo gatos en ‘Gatúbela’), y las flores a los pies de Karol G y Amaia Montero tuvieron todo el sentido. La colombiana, rosa en mano, aseguró que la música de esta artista la había acompañado a lo largo de sus «atardeceres», y ambas -sobre todo Amaia- se arrancaron con una versión de ‘Rosas’. El estadio se vino abajo, interpretando a voz en grito el estribillo de esta canción, y la escena, envuelta en humo blanco, no pudo resultar más mágica. En ocasiones Karol G no hacía más que elevar los brazos en busca de una ovación incluso mayor, pero ese momento en que animó a Amaia Montero a tomar toda la parte central del escenario valió más que el dúo mejor preparado, por todo lo que tuvo de metafórica. Era su esperado gran comeback, y frente a 60.000 personas.

Al término del tema, Montero dio las gracias. Una pena que la acústica y el griterío generalizado no nos permitieran entender todo lo que decía. «Ha sido un día increíble para mí, y ha sido de la mano de Karol (…) Este momento lo voy a guardar para toda la vida», indicó, tranquilizando a su fandom, muy preocupado desde la que fue su última aparición en redes sociales. Historia de España.

Con este pequeño detalle, Karol G se ganó el corazón de los madrileños, y revalidó su estatus de estrella del pop. Por encima de géneros como el reggaeton, pues ‘Provenza’ por ejemplo ni siquiera tiene el beat correspondiente, Karol G cantó, bailó (‘Mi cama’ tiene una de las coreografías más curradas, pañuelito mediante) y entretuvo durante dos horas y media. Miles de personas salieron de allí cantando ‘Si antes te hubiera conocido’ por las escaleras, por las calles, por el Metro. En Twitter es una canción odiada por su parecido a ‘Despechá’. Salid a las calles y escuchad al pueblo, porque la realidad es otra.

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Publicado por
Sebas E. Alonso