Love of Lesbian publica estos días su décimo álbum, ‘Ejército de salvación’, un trabajo que gira en torno al concepto de amistad. Para contar esta historia, Love of Lesbian cuenta con la colaboración de algunos de los artistas destacados del pop hispano, concretamente de Jorge Drexler, Amaral, Leiva, Zahara y Rigoberta Bandini. Es un disco lleno de esos himnos edificantes que Santi Balmes y compañía saben hacer tan bien: canciones como ‘Contradicción‘ o ‘Tesis’ se pueden contar ya entre las más destacadas de su carrera.
JENESAISPOP ha podido reunirse con Santi Balmes, Jordi Roig, Oriol Bonet y Julián Saldarriaga, que llega más tarde, pero llega; en las oficinas de RAC1 en Barcelona para comentar en profundidad el contenido de ‘Ejército de salvación’ y también para echar la mirada atrás a sus casi 30 años de trayectoria. Hablamos de sus artistas esenciales, esos que les «salvarían» la vida, de cuándo es idóneo colaborar con otro artista y cuándo no, o de la esclavitud de las redes.
¿Qué dice este disco de Love of Lesbian en 2024?
Santi: El álbum es una alegoría, en un 80%, de nuestra amistad, de nuestra convivencia y manera de entender la banda. Algunas bandas están montadas por supermúsicos, pero nosotros fuimos amigos antes que banda. Es un disco que habla de varias facetas de la amistad, desde su vertiente mas positiva, como ‘La hermandad’, hasta la más dolorosa, que sería la de ‘Una conversación pendiente’ o ‘Qué vas a saber’.
¿Y el 20% restante a qué se dedica?
Santi: Sería el amor romántico, la vertiente de ‘Tesis’, por ejemplo, que sigue la línea de canción de amor de toda la vida. En este disco, el amor romántico ha sido sustituido por una reflexión sobre la amistad. Aunque ‘Ejército de salvación’, la canción, está dedicada a una pareja, está enfocada desde el recuerdo de esas personas que forman la columna vertebral de la vida de una persona, que la sostienen, en referencia a la amistad o a la lealtad, dos factores que no son necesariamente pasionales.
El disco habla de “ese núcleo duro de amistad, hermandad y cariño tan necesario para esta vida”. ¿Se pone demasiado énfasis en el núcleo romántico y menos en el de amistad?
Oriol: Puede ser cierto que en el arte se le da más importancia a lo pasional, a la relación de pareja, pero creo que la vertiente de amistad es más rica porque conlleva una mayor responsabilidad. Nosotros como banda convivimos más que con nuestras parejas. Como canta Santi en ‘Ejército de salvación’, la pasión es un tiempo muy corto; lo bonito es saber cruzar la frontera entre lo pasional y lo que viene después, cuando de la pareja se pasa a la amistad, sin que acabe siendo rutinario. Se le da demasiada importancia al enamoramiento, pero es más importante lo otro. Cuando desaparece todo eso, ¿qué queda?
Santi: Me parece interesante tratar una decepción desde el punto de vista no de una pareja, sino de una amistad. De eso habla ‘Qué vas a saber’ con Amaral. Ahora mismo hay personas de 15, 16, 17 años encerradas en su habitación, desgarradas por una amistad, porque se han discutido con un amigo. Si lo piensas fríamente, hay muy pocos discos o canciones que hablen de la amistad. De esto nos hemos dado cuenta después de escribir las canciones, que había un tema común.
¿Qué áreas de la amistad exploráis en este disco?
Jordi: Las hemos vivido todas. Hemos vivido evidentemente mucho confort dentro de la banda, pero también desolación, soledad…
Santi: Conflictos no resueltos…
Jordi: En la pareja siempre tienes el comodín de la pasión. La pasión ayuda a suavizar las cosas después de una pelea. Entre amigos toca hablar y resolver las cosas.
La comunicación ha sido clave en Love of Lesbian, ¿no? Para manteneros como amigos y banda.
Jordi: Ha sido un aprendizaje de años, hemos crecido como personas… A veces el diálogo ha sido difícil. Hay una parte emocional que no te permite tomar decisiones empresariales con la frialdad necesaria, se mezclan cosas… Muchas veces toca separar ser amigos de ser empresarios.
Santi: Estar en una banda como Love of Lesbian implica estar abierto emocionalmente, por ejemplo en un concierto o en un proceso creativo y, a continuación, estar en un aeropuerto tomando decisiones frías. Pasamos de la frialdad absoluta a momentos muy emocionales que solo podemos explicar nosotros porque los hemos vivido en un escenario. Es una mina riquísima para echar mano de ella en un disco.
¿El disco se piensa desde la idea de traer artistas invitados, o estos vienen después? No son canciones escritas con voces invitadas en mente.
Santi: Nunca me he puesto a escribir algo con una intencionalidad comercial o de colaboración, pero durante el proceso creativo te empiezan a surgir nombres, en esa voz que podría pegar en determinada canción… Nunca trabajas haciéndote un encargo a ti mismo. A mí me ha pasado que editoriales me han escrito para proponerme una colaboración con un «artista del mundo mainstream que necesita un tema downtempo que hable de desamor con referencias estilísticas a la música urbana mezclando con pop”. Yo no puedo trabajar así. Lo he intentado, pero tengo que conocer antes a la persona, llevarme bien con ella y, a partir de ahí, saber lo que quiere haciendo un ejercicio de empatía.
Me quedo con ganas de saber qué artista te propusieron…
Santi: Te hablo de mails que envían agencias dirigidos a muchos compositores a la vez, en los que a veces ni te dicen el nombre del artista en cuestión. Una vez me llegó una propuesta para componer una canción para Sergio Dalma e hice la prueba, me puse a escribir una canción una mañana, pero siempre me pasa lo mismo: escribo una canción, me mola mucho y me la acabo quedando. Con Sergio Dalma -con todo el respeto que le tengo- no llegué a ningún lado porque ya estaba condicionado a hacer algo más comercial y no me encontré a gusto. Si desde el principio me proponen quedar con él, comer con él, conocerle y averiguar cuáles son sus inquietudes actuales, aún puedo escribir algo que lleve su esencia. Lo que no puedo hacer es intentar escribir una canción para Sergio Dalma, sin conocerle, basándome en su hit de hace 30 años. Estas propuestas tan frías que llegan por mail, por mi parte, van directamente a la papelera.
En otro escalón mas mainstream, gente como Taylor Swift o Lana Del Rey trabajan continuamente con Jack Antonoff por una cuestión de afinidad creativa, pero también porque comparten una amistad y se encuentran cómodos trabajando juntos. Da la impresión de que ya no se reúnen dos artistas en un estudio para estar incómodos, y que de ahí pueda salir algo interesante. ¿No os da miedo caer en ciertos vicios componiendo desde ese lugar de amistad?
Oriol: Lo que pedimos a una colaboración es que se dé con una persona que admiramos y que sume a la canción, con una persona que sabemos que va a hacer algo que nosotros no podríamos hacer. Las colaboraciones en este disco, además, nacen desde un lugar de agradecimiento, porque con Eva, Leiva, Zahara… hemos compartido escenario. Para nosotros era bonito capturar en un disco la esencia de esos momentos que hemos vivido juntos.
«Santi: Con Sergio Dalma no llegué a ningún lado porque, a la hora de componerle una canción, ya estaba condicionado a hacer algo más comercial y no me encontré a gusto»
¿Fue pan comido conseguir las colaboraciones?
Santi: No fue fácil encontrar fechas. Eva vive aislada prácticamente; Jorge Drexler está que medio planeta es su casa. Trabajar con Rigoberta ha sido fácil, porque ha grabado en Barcelona, pero cuadrar con el resto de artistas ha sido más complicado. Nos hemos adaptado a sus agendas. Yo, por ejemplo, me he pillado unos cuantos AVEs para ir a Madrid.
Jordi: El disco se empieza a grabar en principios de 2023, entre junio y septiembre se continúa la grabación en Barcelona y, después, ha sido todo viajes a Madrid para cerrar las colaboraciones. Ha sido un año aproximadamente de grabación. En el caso de Eva, ella prefiere trabajar en su zona de confort, que es su estudio de grabación propio, en el que trabaja asiduamente. Así que nosotros hemos ido a trabajar con ella, y no al revés.
Santi: Yo he visto a Eva trabajar en la canción con el setlist de su gira de verano delante, porque estaba ocupada con eso al mismo tiempo.
¿Y cómo ha sido compartir estudio con Jorge Drexler?
Santi: Ha sido muy curioso ver su proceso, ver cómo analiza una canción, cómo la disecciona. Él ha estudiado medicina y parece que aplica un método parecido a la composición: primero hace un análisis muy matemático de la melodía de la canción y, cuando tiene computada la secuencia de notas, le insufla su humanidad y su personalidad, rompe con esa perfección matemática, y empieza a proponer cambios. Hace un proceso 360.
¿Y Leiva?
Santi: Con Leiva hemos trabajado más por WhatsApp. Él es muy intuitivo y grabó su parte casi en la primera toma. El nombre del disco ha sido una propuesta de él.
Jordi: El titulo lo teníamos, porque es el de una de las canciones del disco, pero él vio que el disco se tenía que titular así.
Santi: El disco se iba a llamar ‘Mis vecinos los humanos’. No descarto usarlo algún día. Pero Leiva vio que en la canción ‘Ejército de salvación’ está la columna vertebral del álbum. Es la primera vez que una persona externa propone el titulo de un trabajo nuestro.
¿Qué me podéis decir de ‘Tesis’ con Zahara?
Santi: En esa cancion canto la peor frase que puedo cantar en una canción, que es “Ya no siento nada”. Te puede doler alguien, puedes amar a alguien, pero no sentir nada es lo peor que te puede pasar.
¿Cuál sería vuestro ejército de salvación musical? Esos artistas esenciales en vuestra vida. Decidme tres cada uno.
Santi: Johnny Marr, Robert Smith y Jonny Greenwood. Os jodéis porque no podéis repetir, comeos un poco la cabeza (NdE: se pelean por el vocalista de The Cure).
Jordi: Ian Curtis, Liam Gallagher y Bruce Springsteen. Yo, últimamente, he hecho un camino de retorno con Bruce y ahora le defendería hasta el final. Antes, si escuchabas a Springsteen, estabas desactualizado. Pero asistí a uno de sus últimos conciertos, descubrí parte de su repertorio de los 70 y 80 y estuve de rodillas ante él todo el rato.
Oriol: Te digo tres de España: Antonio Vega, Enrique Bunbury e Iván Ferreiro.
(Llega Julián Saldarriaga). Faltas tú.
Julián: Me gustan mucho Broken Social Scene, The War on Drugs y Twin Shadow.
Son más contemporáneos que el resto de opciones.
Julián: Hombre, Broken Social Scene tienen sus años.
Santi: Yo he descubierto ahora a Ca7riel y Paco Amoroso. Ahora con el Tiny Desk han explotado. Drexler, por lo visto, es súper colega de ellos. Y hay unas chicas de Barcelona que se llaman Marala que son muy jevis. Combinan música tradicional con electrónica a dolor y son muy buenas.
«El “hype” ahora está no en nosotros sino en Arde Bogotá o Viva Suecia, que son los que están recibiendo los palos»
En ‘La Hermandad’, Santi canta “Como nunca estuvimos de moda / De moda no podremos pasar”. ¿Nunca habéis sentido que estáis de moda?
Santi: Siempre hemos tenido complejo de banda anómala que no encaja en la escena. Pero se te quitan las manías cuando descubres que ‘Out of Time’ es el álbum con el que R.E.M. lo petaron, a pesar de que ellos decían que en medio de la eclosión del grunge no pintaban nada. Muchas bandas tenemos un complejo de no estar de moda, de ser odiosos y odiables.
¿Y os sentís así por lo que leéis sobre vosotros o ya de base?
Santi: En el infausto año 2012 todo se convirtió para nosotros en una oleada de admiradores y odio, sucediendo al mismo tiempo. Ahora ya no nos pasa tanto porque todo se ha asentado más para nosotros, nos hemos ganado esa medalla de respeto dentro de la escena. El “hype” ahora está en Arde Bogotá o Viva Suecia, que son los que están recibiendo los palos. Los haters son como estorninos: vuelan hacia donde huelen sangre fresca. Nosotros ya no tenemos sangre fresca por ningún lado (ríe)
Pero tiene que ser reafirmante mantenerse en el tiempo.
Oriol: Nosotros tenemos la sensación de ser una banda atemporal. Es verdad que con ‘1999‘, no sé si estuvimos de moda, pero lo petamos mucho. Pero ahora en un bolo tocamos una canción de ‘Maniobras de escapismo’ (2005) y se lleva fantásticamente bien con una cancion que está en este nuevo disco. Esto abarca toda la trayectoria discográfica de Love of Lesbian, y que nuestras canciones se lleven bien las unas con las otras, nos da la razón en este aspecto.
En ‘1999’ estabais en todos lados.
Santi: No podemos decir que no estuvimos de moda, lo estuvimos, pero era tentador expresar esa frase en una canción. A veces son concesiones…
¿Alguna canción que retiraríais de vuestra discografía para siempre?
Santi: (piensa) ‘Radio Himalaya’, aunque la escuché hace poco y no está tan mal…
Oriol: Quizá no las retiraría, pero hay canciones que, con el paso del tiempo, las habríamos resuelto de otra manera.
Santi: A ‘Psiconautas’ le cogí manía porque Ricky Falkner (su productor) me la hizo odiar. Decía: “pero cómo puede ser que a la mejor canción melódica que has escrito en tu vida le metas esa letra”.
«Antes vendíamos 3 Razzmatazzs con un tuit; ahora el trabajo en redes es un desgaste severo»
¿Algo que decir sobre la separación de Leire Martínez y La Oreja de Van Gogh?
Santi: Yo no quería decir que voy a ser el nuevo cantante de La Oreja de Van Gogh, pero las cosas se han precipitado.
Julián: A mí me parece más noticia que Carmen Boza haya entregado las armas. Carmen ha puesto en redes que está hasta el coño de tener que crear contenido todo el rato, que esa necesidad le ha provocado un quiebro mental, que está agobiada teniendo que estar siempre sacando música, y que se retira de los escenarios.
Desde fuera parece que es un poco lo que hay, que son las reglas del juego y quien quiere las acepta, jugando a su manera, y quien no, no. ¿Cómo lo veis vosotros?
Santi: Yo no quiero hacer demagogia con este tema, porque Love of Lesbian tiene ya mucho ganado. Te tienes que poner en la piel de una persona que está empezando.
Julián: Nosotros venimos de MySpace, hasta hace poco llevamos las redes nosotros y es un desgaste severo: no va solo de colgar cosas, de informar, y de usar las redes como te apetezca, que es la parte divertida; es que también va de subir anuncios, carteles, de comunicar información sobre entradas, de contestar a los fans… Eso es un agobio y tiene que llevarlo alguien externo. Nosotros tenemos un community manager desde hace un par de años. Es muy diferente al contexto de hace unos años. En otra época, nosotros colgábamos un tuit y con ese tuit vendíamos todas las entradas.
Santi: Vendimos 3 Razzmatazzs con un tuit.
Oriol: No colgábamos pósters en la calle porque ya lo teníamos todo vendido.
Jordi: Antes de MySpace el artista dependía de aparecer en un fanzine, en una revista, de que le pinchasen en Radio 3. Pero nada de eso dependía de nosotros. Las nuevas plataformas quitan poder a los de siempre pero, a su vez, usarlas se ha convertido en una especie de esclavitud, y perdón que use esta palabra, pero usar las redes hoy en día es un esfuerzo y un trabajo constantes. Y destacar es difícil porque en las redes hay mucho ruido.
Santi: Además, la imagen se homogeneiza mucho. Ahora desde el escenario el grupo se hace un selfie con el público detrás y, en la leyenda de la imagen, escribe una frase tipo “intentando asimilar lo que ha sucedido hoy”, y te das cuenta de que todos los grupos suben lo mismo. Al final estás consumiendo el mismo contenido todo el rato. Ahí vale la pena pensar si existe alguna alternativa a lo que ofrecen las redes hoy en día, porque tú puedes currarte un post de Instagram, y la realidad es que la gente lo va a leer sentada en la taza del váter, y si te enrollas mucho, hace scroll para arriba y a seguir mirando…