Kelly Lee Owens no se va por las ramas y, en su disco más accesible y pop, deja las cosas muy claras. ‘Dreamstate’, el título, es exactamente el lugar -el estado- de ensoñación y elevación al que llevan estas diez composiciones, y no hay ningún misterio en ‘Love You Got’ cuando Owens canta de manera repetida que se encuentra “deseando la pura euforia”. De euforia el álbum va sobrado; de misterio, no tanto.
‘Dreamstate’ es el cuarto álbum de Kelly Lee Owens. El anterior, ‘LP.8’, se adentraba en bosques más oscuros y distorsionados. En contraste, ‘Dreamstate’ ofrece una experiencia muy familiar, amena e inmediata de puro subidón, tirando de trance-pop y tecno blandito. Owens, que posee una agradable voz, canta en la mayoría de pistas, insuflándolas de humanidad.
La producción vuelve a ser exquisita, y ahí tampoco hay misterio: Kelly Lee Owens siempre ha tenido muy buen gusto, y aquí lo vuelve a demostrar valiéndose tanto de acid (‘Dreamstate’) como de chill out (‘Time Is’). El sonido es suave y envolvente y, sobre todo, homogéneo, tanto que nunca adivinarías en qué pistas participa Tom Rowlands de Chemical Brothers, en cuáles Bicep y en cuáles George Daniel. La visión etérea de Owens prevalece.
Aunque a veces se pasa de etérea. La búsqueda del trance en ‘Dreamstate’ es deliberada y muy eficaz en cortes de títulos tan gráficos como ‘Higher’ o la… atmosférica ’Air’. No cabe duda de que Owens aplica un tacto elegante a todo lo que hace, pero se echa de menos que vaya más allá, que las canciones vayan un paso por delante de lo que prometen ya títulos como ‘Sunshine’ o ‘Air’.
No cabe duda de que los fans de Owens hallarán un tesoro en producciones tan bien resueltas como ‘Air’, de cuidadísimo crescendo, o ‘Time Is’, un homenaje sofisticado al sonido Ibiza. Pero resulta que el título de ‘Dreamstate’ es prácticamente un spoiler de todo el disco. Y hablando de spoilers, ‘Dreamstate’ acaba con la balada flotante/balsámica de rigor. Se agradece, aunque ya la esperaras.