Lo creas o no, están a punto de cumplirse 4 años de la edición de ‘El Madrileño‘, uno de los grandes discos multiplatino que ha dejado esta década en nuestro país. Tras tamaño macroproyecto, la deriva musical de C. Tangana está siendo inaudita. No hace colaboraciones significativas, solo alguna muy anecdótica, y del disco de rap que llegó a terminar circa 2020 no se sabe absolutamente nada. Ya ha bromeado en alguna ocasión con que saldrá sólo cuando se muera.
Si en 2021 rechazaba el nombre con el que el gran público le conoció, e insistía en que le llamáramos «El Madrileño», ahora firma como Antón Álvarez la dirección de un documental. Hay quien ha empezado a hablar de la carrera musical de C. Tangana en pasado, pero ojo porque el artista está en la carrera de los Goya por ‘La guitarra de Yerai Cortés’, en concreto en las categorías de Mejor Canción y Mejor Documental. Lo que no es de extrañar porque si algo ha sabido hacer este artista a lo largo de su carrera ha sido reinventarse a base de eso, documentarse. No hay más que recordar el día que decidió samplear a Joselito.
Yerai Cortés era uno de los secretos mejor guardados de la industria musical. Había actuado en tablaos y teatros de Madrid y Sevilla. Terminó siendo fichado para la gira ‘Sin cantar ni afinar’ -de la que han salido otros talentos como pablopablo- y ahora embelesa con su arte a la guitarra en escenarios como Monkey Week, donde ejerció nada menos que de maestro de ceremonias.
C. Tangana ha querido dedicarle ‘La guitarra de Yerai Cortés’, seducido por supuesto por su habilidad a este instrumento, sobre todo en esta segunda o tercera etapa de su carrera en la que se centró en el folclore patrio -otro ejemplo sería su inesperado himno para el Celta de Vigo-, pero también por un secreto de su historia familiar, que es en verdad el centro de la película.
Si algo hemos visto en la discografía de Antón Álvarez es que sabe cómo contar una historia. Puede ser una más ostentosa, o puede ser una más tierna, pero el artista siempre sabe cómo atrapar tu atención. En esta cinta lo consigue, nada más empezar, situando a Yerai Cortés a la búsqueda de una lápida de alguien que quiso mucho y añora. Una mujer llamada Tania, como su novia. A partir de ahí, ‘La guitarra de Yerai Cortés’ realizará un viaje excitante a través de los padres de Yerai -tremendo par de secundarios, a cuál más pintoresco y carismático-, que por supuesto no deja de lado la música. Entre lo mejor de la cinta, está por supuesto su puesta en valor del flamenco y la tradición gitana, recordando al trabajo previo de Isaki Lacuesta.
Álvarez tiene un protagonismo absolutamente descomunal en plano, para tratarse del director. Parece que ha querido asegurarse que su numeroso público no se pierda nada de esto, ni ninguno de sus modelazos. A veces queda la impresión de que la familia habla con él, más por las ganas que tienen de convencerle de que se marque un featuring en el disco de Yerai, que por sus cualidades como entrevistador o periodista. Lo bueno es que cupo mucho humor en este rodaje, lo cual no es nada fácil en medio de una historia tan truculenta. El featuring que querían no se ha conseguido aún, pero si hay Goya a Mejor Canción, veremos a Yerai y a Antón recogerlo, mano a mano.