«Soy un desastre en mi alcoba / un desastre en el coche / un desastre mental / un desastre en el amor». Este es el leit motiv de ‘Stuck In My Head’ la canción de cierre del nuevo álbum de Arcade Fire, el primero que publican tras varias acusaciones de abusos a su líder, Win Butler, que argumentó que tales relaciones fueron consentidas y en una etapa turbia de consumo que dejó atrás en pandemia. ¿Lo queréis más claro? En un momento dado de la canción, grita: «¡Dejo este trabajo! Dejo este trabajo!».
¿Qué podían hacer Arcade Fire después de la polémica? ¿Un disco confesional? Difícil porque se terminarían victimizando. ¿Un álbum sobre salud mental? No cuando te estás excusando en el consumo de alcohol para justificar un comportamiento que probablemente tenga otra causa. ¿Algo político? No hay nada más político ahora mismo que la violencia de género. ‘Pink Elephant’ tiene algo de todo eso sin decantarse por una cosa sola. El disco empieza con una intro tipo John Carpenter, después pasa a sonar a los Pixies, más tarde a New Order, a continuación a Primal Scream y, tras varios volantazos, termina sonando a Arcade Fire en su cenit. Las letras del álbum, que están sufriendo un exhaustivo escrutinio en busca de una respuesta, dan idéntico número de giros.
‘Pink Elephant’ recibe su nombre de una cita de la novela de Curt Siodmak ‘City in the Sky’ (1974): «¡Dile a un hombre que no debe pensar en un elefante rosa y no podrá quitarse a esa bestia de la cabeza!». Lo que Arcade Fire han intentado quitarse de la cabeza pero no han podido tiene que ver con las relaciones personales y también con lo político, esto último presente en ‘Alien Nation’.
Imágenes sobre «amigos falsos» y «familias falsas» han inundado siempre sus letras, que a menudo han versado sobre la decadencia y la hipocresía de la sociedad. Aquí emergen varios matices. En el tema titular, Win pide a alguien que deje de pensar en él: «tenía la sensación de que mi vida por fin había encontrado un sentido / Yo no pienso en ti». Por su parte, las dos canciones más bailables y electrónicas incomodan en su retrato de escenas de seducción. ‘Circle of Trust’ pretende ser una danza a dúo, en un «entorno seguro», y tampoco parece el momento de disfrutar de un texto como el de ‘I Love Her Shadow’: «la conocí a la luz de la luna / agarrando la mano de alguien / y me di cuenta de que soy un hombre celoso». Arcade Fire no están concediendo entrevistas para promocionar o explicar el verdadero cometido de este álbum… ¿por qué será?
Con créditos únicos de Win Butler y Régine Chassagne, y la producción de Daniel Lanois, conocido sobre todo por su trabajo junto a U2 en sus mejores años, ‘Pink Elephant’ vuelve a probar que, musicalmente, lo que Arcade Fire hacen, siempre lo harán bien. De ‘Funeral’ a ‘Reflektor’, pasando por ‘Neon Bible’, el grupo canadiense ha hecho rock épico, música disco, pop de cámara, y aquí lo mismo bordan técnicamente un electropop como ‘Circle of Trust’, un tema que pide a gritos ser single, como una canción de hoguera como producida a finales de los años 60, ‘Ride or Die’.
La principal pega, ciñéndonos a lo musical, es la excesiva concisión. Un disco con una intro y dos interludios pedía un mayor desarrollo que un álbum de 10 pistas en total, casi cada una de un género musical distinto, de su padre y de su madre. Culminando con una producción de redención tan clara como ‘Stuck In My Head’, y promocionado con un single sobre el cambio, con una progresión tan Arcade Fire como es la del «grower» ‘Year of the Snake’, ‘Pink Elephant’ podría haber sido un gran disco doble, con 22 pistas, sobre cometer errores, pasar un calvario y pedir perdón. Lo que ha escogido ser, en cambio, es un álbum variado, discreto en cuanto a forma y dirección artística, que suena a proyecto de transición, hasta ver cómo están los ánimos sociales y políticos, dentro de tres o cuatro años.