Música

Ed Sheeran convence a 70.000 en Madrid con romanticismo edulcorado

Alrededor de 70.000 personas se juntaron ayer en el Estadio Metropolitano de Madrid durante la primera de las dos fechas que hace Ed Sheeran en la capital. El artista, que iniciaba la gira europea del Mathematics Tour, se presentaba en un escenario 360, bordeado con una suerte de cinta de correr -a baja velocidad, evidentemente- en constante movimiento. Más alejados, en las esquinas y en cuatro escenarios distintos, se encontraban los músicos.

El concierto comenzó sobre las 21:10h, tras una cuenta atrás en la que el público se animaba cada vez más. Ed Sheeran apareció con su habitual estilo casual y sin grandes pretensiones, llevando una camiseta de Madrid y unos pantalones negros. ‘Castle On the Hill’ inauguró el set, donde ya aparecieron los primeros fuegos artificiales, humo de colores y llamaradas para acompañar la euforia melódica de la canción. Siguiendo esa línea festiva, llegó la rockera ‘Blow’ antes de acercarse por primera vez a su territorio más natural y donde más cómodo parece sentirse: las baladas.

‘The A Team’ de su disco ‘+’, una de sus mejores canciones, iluminaba la grada con las linternas de los asistentes mientras la interpretaba con gran sentimiento. A nivel vocal, Sheeran estuvo perfecto toda la noche, demostrando que es un cantante más capaz de lo que las grabaciones de estudio nos permiten percibir, y es precisamente en eso momentos íntimos cuando más brilló. En cambio, en las composiciones con instrumentaciones más recargadas el sonido en la grada perdía algo de nitidez (probablemente por la magnitud del estadio).

Algo no tan común en los macroconciertos de este calibre y que es digno de admiración es que Sheeran renuncia, en cierta medida, a la espectacularidad. Y sí, hay pirotecnia y luces de colores, pero más allá de esos adornos, no hay bailarines, ni coreografías, ni cambios de vestuario o de escenografía. Él está solo en el escenario con su guitarra, prácticamente todo el tiempo, lo cual dice mucho de la confianza que tiene en sus canciones y en su saber hacer como intérprete. Pese a la falta de todo lo mencionado, en ningún momento daba la sensación de desgana o de que el espectáculo estuviese descuidado. De hecho, los fans parecían enormemente satisfechos con cada movimiento o frase que enunciaba su ídolo. El público, no se desconectó del show ni un segundo.

Hubo tan solo dos canciones donde Sheeran estuvo acompañado en su escenario. En la primera, invitó a Tori Kelly para cantar ‘I Was Made for Loving You’, una colaboración de 2015 que es la primera vez que cantan juntos en directo. La preciosa voz de la cantante se compenetraba de manera perfecta con la de Ed Sheeran, ofreciendo un baladón romántico muy bien integrado en el set. En la segunda ocasión, apareció la violinista Alicia Enstrom para acompañarlo en el folk-pop de ‘Galway Girl’.

Sheeran, que lanza su nuevo disco ‘Play’ en septiembre, aprovechó para adelantar ‘Sapphire’, un single que sale la semana que viene y que era la primera vez que cantaba en directo. Se trata de una canción pop animada, con ciertos tintes Imagine Dragons. Del mismo proyecto, también presentó los dos primeros sencillos: ‘Azizam’ y ‘Old Phone’. Esta última, uno de los mejores temas que ha lanzado en bastante tiempo, trata sobre el descubrimiento de su teléfono de hacía diez años, en el que vio conversaciones antiguas que le provocaron emociones intensas.

Muy dado a dar contexto sobre sus canciones a lo largo del concierto y a interactuar con el público, Ed Sheeran comentó que ‘Eyes Closed’ iba dedicada a un amigo suyo que murió repentinamente. El artista hizo una breve reflexión sobre cómo a menudo las pérdidas llegan sin avisar, motivando al público a vivir y disfrutar el momento.

Hacia la mitad del show, Sheeran anunció que a partir de ahí los asistentes tendrían que cantar con él. Venían todos sus hits, la artillería pesada. El estadio rugía con el sentimentalismo de ‘Thinking Out Loud’ y ‘Perfect’. También con la versión de ‘Love Yourself’ de Justin Bieber, todo un himno de amor adolescente que, de nuevo, hizo que el público encendiera la linterna de sus teléfonos. Por supuesto, en esta recta final, no faltaron algunas de sus canciones pop más emblemáticas y animadas como ‘Bad Habits’, con la que cerró, o ‘Shape of You’.

Terminaba así una velada protagonizada por grandes historias de amor, baladas intensas y furor adolescente. Ed Sheeran demostró que no necesita grandes alardes para conquistar a 70.000 personas. Para los no-fans, las más de dos horas que duró a veces podían hacerse un poco arduas, pero es justo reconocer que el cantante inglés ofreció un buen espectáculo, y especialmente, a nivel vocal, estuvo muy acertado. De vez en cuando, uno puede permitirse pasarse con el azúcar.

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Publicado por
Fernando García
Tags: ed sheeran