Julieta es una de las revelaciones recientes del pop catalán. Sus singles ‘Tu juru ju’, ‘T’enxules’ o ‘Cari’, situados en la confluencia de pop anglo y música urbana, amasan millones de streamings, y es el caso también de sus colaboraciones con Oques Grasses, Mushkaa o The Tyets. Sus conciertos cuelgan carteles de «todo agotado» y la barcelonesa se ha ganado el apodo de «catalan dream». ’23’ es el tercer disco de Julieta Gracián y su debut en una multinacional (Sony Music).
’23’ es difícilmente un álbum con todas las letras. Apenas contiene 8 pistas y la última es una extraña adaptación de ‘Amigos para siempre’ de Los Manolos desprovista de toda su alegría original, pero insuflada de melancolía. Como carta de presentación, ‘5AM‘ (2023) era más satisfactorio y completo.
En búsqueda constante de su identidad sonora, Julieta entrega un repertorio tímido y correcto cantando en catalán (‘Els contes’), castellano (‘Tornado’) o en una mezcla de ambos idiomas (‘Taxi’). Vocalmente, elige un susurro gimoteado similar al de Britney Spears o Lana Del Rey. Y, con estas premisas, mezcla dembow suntuoso y cuerdas en ‘Loba’ (la mejor canción del disco), bachata y sintes brumosos en ‘L’amor de la meva vida’, o trap y reggaeton en ‘Taxi’, que tampoco olvida el componente atmosférico del proyecto.
Pero lo que ’23’ tiene de corto, lo compensa con su paleta sonora, que elige la fusión constante de estilos con la producción de Phoac, alias del también barcelonés Pau Vehí. Es llamativa la influencia del pop norteamericano: ‘M’oblido d’oblidar-te’ recrea el sonido de las baladas de Ryan Tedder sumando autotune y sonidos de pájaros. ‘Tornado’, con matices country, evoca a la antigua Halsey. Y ‘Bruna’, dedicada a una amiga, pasa de la guitarra acústica a una suerte de house íntimo.
’23’ es un trabajo melancólico, dedicado al paso del tiempo -tanto que se titula con la edad de Julieta al grabarlo- y a lo efímero de la vida. Acorde a este concepto, ’23’ encuentra un camino en la confluencia de ritmos de pop, club y profundidad emocional, transmitida mejor en las pistas de club tristón que en las baladas y su excesivo uso del reverb. Aunque ‘Jean Blau‘ merecía ser la novena pista. Quizá detrás de toda esta bruma se encuentre la verdadera Julieta.