Si quieres una dosis de positividad concentrada, escucha la música de Caloncho. El artista mexicano lanzó ‘Tofu’, su quinto disco, a finales del año pasado y recientemente ha dado sus primeros conciertos en España después de 3 años sin visitarnos. También ha estado en París y Londres, por ejemplo.
A base de pop rock, folk y un toque de psicodelia, Caloncho utiliza su música para mandar al mundo mensajes de armonía y libertad. Asimismo, su faceta de activista por el medioambiente brilla en el proyecto Día a día, un programa de reforestación anual. Esto también lo ha implementado en su rutina de trabajo a través de «actos diarios que no sean tan nocivos, desde la manera en la que me alimento yo y mi equipo hasta la perspectiva que tenemos sobre el uso del plástico de un solo uso».
Me reúno con Caloncho en la sala de cine de Casa de México, en Madrid, para hablar sobre su amor por el reggae, el efecto de su música en las personas y cómo mantenerse positivo en un mundo cada vez más oscuro. El artista acaba de publicar dos singles nuevos, ‘Palacama’ y ‘Fairy Michelle’.
Se cumple un año desde tu último disco, ‘Tofu’. ¿Ha evolucionado de alguna manera tu percepción del disco o cómo lo veías desde que lo sacaste hasta ahora?
Lo escuché recientemente en un avión, tras un año de publicarlo. Y me gusta mucho (risas). Normalmente siento que después de que lo escuchas tanto y lo tocas, como que se va desgastando un poco la emoción. Pero en este caso la verdad es que me siento muy cómodo. Es mi quinto álbum publicado y he tenido todo tipo de procesos. El primer disco fue 100% compuesto por mí y el segundo ya tuvo más colaboradores y como que ha ido entre que abriendo y cerrando la puerta para permitir que entren más personas a creativamente hacer. ‘Tofu’ fue muy íntimo. Componer o crear con alguien más es mucho de ceder y en este caso siento que se me permitieron muchos caprichos personales. A nivel creativo, es muy satisfactorio.
Siempre decís que cada proceso es diferente, pero, ¿tú prefieres hacer las cosas tú solo o con colaboradores?
Un poco las dos, porque haciendo las cosas solo no tienes con quién rebotar la pelota ni con quién jugar. A mí, ese rebote me gusta mucho, pero es medio contradictorio. Una vez que abres la puerta a trabajar con alguien, ya no necesariamente vas a aterrizar tu idea y no siempre se siente bien.
¿Por qué decides empezar el disco con una bachata?
Siendo honesto, era la primera que estaba lista. Es bachata, pero también tiene reggae, no sé si lo percibiste. Tiene los steppers del reggae.
«El reggae es la música que más me gusta escuchar y con la que más he conectado en la vida»
Tu música siempre tiene algún toque de reggae. Tengo entendido que empezaste por ahí.
Es la música que más me gusta escuchar y con la que más he conectado en la vida.
¿Por qué crees que has conectado tanto con el reggae?
Tiene que ver con que fue la primera música que decidí, o sea, con la que conecté yo personalmente como un adolescente en búsqueda de identidad. Antes de eso pues seguro escuchaba lo que escuchaba mi papá o un poco mis gustos infantiles. Y me gustó mucho todo lo que venía alrededor de ese género porque es muy misterioso. Todo lo rasta, que es como parte del reggae roots, es súper misterioso y profundo, espiritual, enigmático… Por otro lado, el reggae que se hacía en Estados Unidos, en California, que tiene como una subcultura de surf y skate. Era justo una etapa en la que yo hacía mucho skate y por lo mismo que se retroalimentaba. Era patinar y escuchar entre reggae y ska. Y siendo un niño, eso es como: wow, aquí pertenezco.
«Todo lo rasta es súper misterioso y profundo, espiritual, enigmático»
Sin embargo, no solo has explorado el camino del reggae en tu música.
Sí, entre música mexicana, folk, algo de rock and roll, baladas, bachata, cumbia… Aunque todo eso se puede asociar al reggae.
En ‘Superdeli’ hablas de «dejar fluir». ¿Cuánto tiene que ver esto con tu proceso creativo?
Sí, aunque hay algunos límites. Estos son muy útiles para poder serle fiel a un concepto y es mucho más fácil crear con límites definidos en función del concepto.
¿Antes de ponerte a hacer la música?
Sí, por ejemplo, yo tenía claro que con ‘Tofu’ quería hacer un álbum que se sintiese acogedor. No hay reverberación, y quería que el álbum tuviese esa sensación. Para eso, pues hay una restricción creativa que es hacer cierto tipo de microfonía. Muchos efectos están cancelados, como grandes reverbs, grandes delays… Todo tenía que ser cercano.
Volviendo al reggae. Tu música, sobre todo, irradia positividad y tranquilidad.
Sí, y eso lo entendí más tarde. Hoy en día lo reconozco. Es la música que me gusta escuchar a mí también. El reggae es vehículo de muchos intérpretes y compositores que ponían ahí su discurso de protesta y me llevé esa herencia.
¿Por qué te diste cuenta después?
Al principio me decían que mi música sonaba como a playa, pero no es como que lo tuviera en mente previamente.
¿Y te lo tomaste bien?
Sí, porque me encanta la playa (risas). No tiene nada de malo. Si me hubieran dicho que mi música suena a alcantarilla, pues ahí sí.
¿Tú sueles leer comentarios de tus fans en vídeos o lo que sea?
Lo hago, sí.
Entonces te habrás dado cuenta de que todos los vídeos, de tu música o entrevistas que has hecho, están llenos de personas relatando cómo tu música les ha ayudado durante una depresión o en mitad de un tratamiento de una enfermedad muy grave, por ejemplo. ¿Cómo se siente formar parte de estos momentos tan importantes en la vida de estas personas?
Me parece honestamente asombroso y agradezco que me lo compartan y que la música les funcione de alguna manera, porque una vez más, no sé si lo platicamos, pero yo sí creo que la música es eso. Es alivio, es bálsamo, es refugio, es santuario. Yo también siento que le debe pasar a las personas que hacen música y que les digan que su música les ayuda. No me doy ese crédito porque no siento que sea yo, sino la música.
«Mi misión como compositor y cantante es promover esto: ama y disfruta»
¿No te sientes responsable?
No necesariamente, yo creo que le deben de decir mucho también eso a Bad Bunny. La música es un lugar y hay gente que tal vez baila cuando se siente mal y acuden a su música.
Creo que tú también lanzas mensajes muy directos en tu música.
Eso sí es a propósito. A mí me funciona mucho esta frase, pues te la pongo en esta canción y espero que te sea útil.
¿Has recibido este tipo de feedback en persona?
Sí, y es poderoso. Es muy fuerte. Hay una canción, por ejemplo, que se llama ‘Somos Instantes’. Yo no tenía esta lectura, pero como que gente que ha perdido algún familiar, algún ser querido, le ha sido útil y para mí ha sido fuerte que lo relacionen con eso. La construcción fue desde ahí. La experiencia vital es breve, así que disfrútala y aprovéchala, pero no veía tanto la muerte dentro de esta narrativa. Es a lo que me refiero. No es solo uno, sino también la interpretación de la gente que escucha y el poder de la música.
Y tú, ¿por qué haces música?
Ya llegué a esa conclusión. Mi misión como compositor y como cantante es promover esto: ama y disfruta. Eso es como que podrá parecer superfluo, pero realmente no entiendo por qué más lo haría. Es promover que ames lo que sea que tengas que amar: a una persona, tu trabajo, tu tiempo… y que lo disfrutes.
Teniendo en cuenta cómo está el mundo, ¿tú como te mantienes positivo?
Le he dado muchas vueltas a este tema todo el día.
«¿Cuál fue la infancia de un maldito político corrupto y violento? ¿Qué vivió esa persona para andar jodiendo a más personas?»
Siendo tu música tan positiva y llena de paz, felicidad… No es necesariamente un reflejo fiel del mundo.
Totalmente de acuerdo, esa es la misión. Yo siento que una persona que está en esa vibración de saber reconocer lo valioso que tiene a su alcance, de amar y de disfrutar su realidad en la medida de lo posible, hizo un trabajo de introspección. Supongo que, esta capacidad también aborda muchos temas en su vida y podría llegar a decir que es una persona integral, que seguramente es consciente de quién es y dónde está. Una persona así, posiblemente tenga el anhelo de salud mental y física. No creo que esa persona ande haciendo guerras. No creo que esa persona ande queriendo acaparar más de lo que necesita. No creo que quiera hacerle daño a las personas que tiene a su lado. No creo que ande por la vida destruyendo. Por ahí va. Cuidar las infancias, cuidas a las personas y cuidarse a uno mismo. Creo que si todo el mundo hiciera ese trabajo, la realidad sería distinta. ¿Cuál fue la infancia de un maldito político corrupto y violento? ¿Qué vivió esa persona para andar jodiendo a más personas?
Le habría faltado escuchar más reggae.
Exactamente. Entonces, no es necesariamente la música, pero si uno anda dentro puede poner mensajitos de esos. Es un vehículo y le va a llegar a más personas.
¿Sabes cuando estás muy triste y te pones música triste y eso, de alguna forma, te reconforta? ¿Crees que es más poderoso un mensaje directamente positivo y abogando por el amor o un mensaje algo más oscuro?
Yo también lo percibo y lo he sentido. Es medio confuso, porque… hay placer en la desdicha. Hay placer en sentirse jodido, no identificado y no comprendido. Y por eso mucha gente vibra en esa onda, pero puedes tener placer desde otro sitio que posiblemente te haga salir más fácil o sentirte mejor más rápidamente. Yo creo que, al menos mi misión, es justo eso. Lo podrás identificar en las letras, aunque no está fácil tratar de acomodarlo en una canción. El reggae lo hace mucho, pero dentro de mi escena no sé qué tanto se está realmente haciendo en función de canciones que te hagan programarte en algo positivo, constructivo.
No es lo más común, no.
Exacto. No es tan sencillo, tampoco.
¿Es una vía de escape?
¿La música?
Sí.
Yo no lo veo así.
Antes has dicho que es un refugio. Una vía de escape es otra cosa, ¿no?
El entretenimiento te distrae. Y es una industria. Por eso trato de poner algo chido ahí. No en todas las canciones, porque me es difícil, pero está chingón tratar de poner algo ahí, ¿no? Que no solo sea algo que te divierta sino algo que te haga pensar también. Que te haga sentir o pensar en sanar.
Si me permites, ¿te puedo leer un comentario del vídeo de ‘Wacha Checa’?
Sí, claro.
He cogido este comentario, pero podría haber cogido otros 50. Es de una persona llamada «micheleparedes4229», y dice así: «Ando saliendo de un cáncer de tiroides, al igual que mi esposo. La música de Calonchito me ha hecho un bien quél nunca tal vez sepa, ya que esto que me pasó me hizo valorar comer un pedazo de pan, me hizo valorar a mi familia y coss tan pequeñitas que antes daba por hecho».
Qué bello, ¿no? Esto me súper conmueve, siendo honesto, porque también he tratado de promover eso, de encontrar placer en algo muy simple. Eso lo aprendí recientemente haciendo el disco previo, que aprendí de epicureísmo. Es decir, que el fin último de la vida es la felicidad. No un placer desmedido como promueve el hedonismo, sino como la ausencia de dolor. El «no dolor» es suficiente y es lo mismo que el placer. Entonces, esta persona hablando acerca de algo tan cotidiano como un trozo de pan… Hay algo ahí, algo muy valioso y no tiene nada que ver de repente con promover bienes materiales o meter marcas y cosas así en las letras. Que lo escriban ahí es increíble.
Lo de meter marcas en las letras, ¿a qué te refieres?
No sé, si…
Sé exactamente a lo que te estás refiriendo (risas).
O sea, también vale. No lo estoy criticando. Hay espacio para todos, pero yo siento que hay una responsabilidad bien cabrona y lo puedo ver con mis hijas. Si tienes en tu poder la manera de impactar a muchas personas, sobre todo gente joven, programémoslos con algo chingón, no con cosas autodestructivas y destructivas también del tejido social. También siento que no me corresponde. Yo soy músico, nada más.
Esto igual es muy cliché, pero lo voy a preguntar igual, ya que estamos hablando de ello. ¿Qué es para ti la felicidad?
Yo lo percibo como una sensación sostenible de no dolor en lo cotidiano, sencilla e inmediata. No tener hambre es suficiente motivo para estar feliz. Estar acá es suficiente motivo también para poder llegar a ese concepto de felicidad. Es como una manera inmediata de poder reconocerlo y sentirlo. No tiene que ser necesariamente meter un gol. Eso se debe de sentir increíble, pero sí, es más bien una noción sostenible y cotidiana. Es también hacer el trabajo de ver qué tienes y ver qué es lo que no te falta, en lugar de lo que no tienes. Perspectiva.
