Júlia Colom, desde Mallorca, es una de las nuevas voces de referencia del pop cantado en catalán, como demostró primero la aceptación de su debut, ‘Miramar’ (2023), donde la mitad de canciones eran tonadas tradicionales; y ahora el de ‘Paradís‘, un notable segundo disco compuesto principalmente por canciones originales, en el que Colom experimenta con sonidos vinculados al pop electrónico más actual.
Entre esas canciones se encuentra ‘Necessit‘, una de las Mejores Canciones de 2025 para la redacción de JENESAISPOP. A punto de presentar ‘Paradís’ en Madrid, el día 17 de enero, dentro del marco de Inverfest, conversamos con la de Valldemossa sobre este nuevo trabajo, la necesidad de referentes que se posicionen, y también del Benidorm Fest.
¿Qué buscas transmitir en ‘Paradís’? ¿Cuáles serían sus ideas principales?
Mi primer disco, ‘Miramar’, era muy teórico, porque era mi primer disco y quería que fuera una carta de presentación que me representara. En el disco mezclaba canciones originales con otras tradicionales. El segundo disco lo he afrontado poniéndome menos limitaciones conceptuales; he escrito desde la intuición, en lo opuesto a lo que hice en ‘Miramar’.
También era muy importante para mí que ‘Paradís’ tuviera una coherencia, y creo que lo he conseguido. ‘Miramar’ era muy ecléctico y terminé agotada de tener que explicar si yo, artísticamente, era una cosa u otra. En producción sí me limité mucho, aunque en concepto no tanto.
En las letras hablas de puertas que se abren, de una búsqueda de ti misma, de tu identidad. En canciones como ‘Sa nit i es dia’ parece que hables de una identidad que está en constante cambio.
En el disco hablo de buscar, de perseguir un ideal que no llega nunca, por eso se llama ‘Paradís’. Esta cuestión me atraviesa mucho porque me considero una persona muy conectada consigo misma y estoy en un punto de la vida en el que empiezo a preguntarme por expectativas vitales, qué se ha cumplido y qué no. Puede ser la edad, pero creo que es algo generacional. Llegas a una edad en la que empiezas a hacer un balance de tu vida. Muchos vemos que la realidad que esperábamos realmente no ha llegado.
En la teoría cultural se habla mucho de los futuros cancelados, una idea de Mark Fisher muy reproducida en los últimos tiempos. No sé si vas por ahí. Desde una perspectiva optimista está la idea de la utopía; Björk tituló así un disco.
Conozco ese disco. A mí lo que me parece peligroso es no reconocer una luz al final del túnel, no tener esperanza. Creo que hay que hablar de paraísos y menos de futuros cancelados, porque desde el pesimismo nos deprimimos y empezamos a pensar que ya no es necesario reivindicarnos en ningún sentido. Esa falta de compromiso realmente me preocupa y sí que veo que es muy generacional. Es difícil poner el pesimismo y la frustración sobre la mesa y a la vez hablar de utopías, pero creo que la vida tiene más sentido cuando te comprometes. Puede ser fuera de la música, no tiene que ser dentro del arte.
«La vida tiene más sentido cuando te comprometes. Puede ser fuera de la música, no tiene que ser dentro del arte»
Se habla de una necesidad de compromiso público; muchos artistas acaban en el punto de mira por no posicionarse públicamente sobre un tema. ¿Cuál es tu opinión?
No sé muy bien qué se ha de esperar de los músicos. Lo que sí creo es que hacen falta referentes que se comprometan; creo que no los hay, y eso no es bueno para nosotros como sociedad. ¿Los estoy señalando? No lo sé, no lo tengo claro. Pero sería muy bueno que la crítica y el compromiso público fueran algo normal y común. A mí me decepciona porque creo que hay cosas a las que no habría que darles tantas vueltas.
Algunos artistas operan desde una lógica capitalista que quizá no permite ese compromiso a escala pública. ¿El mercado impide ese compromiso?
Yo tengo mi propio espacio y mi pequeño público, pero a veces me da la sensación de que estoy siendo una pesada cuando cojo el micro y me quejo de algo. De repente me da por pensar que quizá tendría que cantar, dar las gracias y ya está, pero no puedo.
¿Qué peso ha tenido tu formación en el jazz y la canción tradicional en las canciones que compones?
La música de raíz forma parte de mi contexto familiar. Cuando tenía seis años fue mi abuelo quien me abrió las puertas de la canción tradicional, cuando me enseñó el ‘Cant de la Sibil·la‘. Tengo una familia tradicional en el sentido guay de la palabra, no en el sentido conservador, sino en el de conocer las tradiciones. Todas las tonadas que he cantado no las he tenido que aprender porque siempre las he conocido.
Escuchabas mucho Antònia Font de pequeña. ¿Cuál es tu disco favorito?
‘Alegria’ o ‘Batiscafo Katiuscas’. Para la mayoría de mallorquines, Antònia Font es la banda sonora de nuestra juventud.
En entrevistas comentas que has intentado hacer un disco apolítico, en el sentido de que el discurso político no se filtre en las canciones.
De la misma manera que creo que es importante comprometerse, creo que no hace falta que las letras tengan contenido político para que ese compromiso exista. Yo formo parte de una asociación de jóvenes con mis amigos y este tema no toca mi mundo musical, pero aun así está muy presente en mi vida. Luego hay letras hoy en día que ni siquiera tienen sentido lírico, a nivel político. Entre hacer pedagogía y que las letras no tengan ningún sentido, hay un término medio. Además, de los artistas más importantes conocemos todos los detalles de su vida personal. No es como antes, que conocíamos la música y unos datos puntuales; ahora lo sabemos todo, quién ha salido o dejado a quién, pero parece que dentro de esa vida el compromiso político no tiene tanto espacio.
«Hay letras hoy en día que no tienen sentido lírico, a nivel político. Entre hacer pedagogía y que las letras no tengan sentido, hay un término medio»
El disco es una fusión de canción tradicional con sonidos electrónicos muy actuales. Hay cosas que recuerdan a Caroline Polachek o PinkPantheress.
Es una fusión buscada. A mí me encanta el pop y estoy muy al día de lo que sale, de los discos que salen. Tengo mi biblioteca musical e inevitablemente hay cosas que me influyen. La producción es pop porque estoy conectada con eso, pero quizá mi forma de cantar es más «rural» porque vengo de ahí.
Antes hablabas de una búsqueda de unidad estética del disco. ¿Qué elementos lo hacen cohesivo, en tu opinión?
El proceso de creación del disco fue emocionante pero frustrante porque me puse muchas limitaciones para obtener esa unidad, pero me alegro de haberlas superado y de quedarme con lo que hay, que voz y guitarra española en primer plano, laúd y poco más. Todo lo electrónico ha sido muy intuitivo. Cuando poníamos un drum and bass o algo demasiado electrónico, lo llevábamos a algo más orgánico. Jugábamos hasta que me pareciera suficientemente orgánico, aunque el sonido realmente fuera electrónico.
‘Transformacions’ tiene un sonido casi medieval, pero luego Ouineta aparece cantando con su inseparable autotune; el efecto es gracioso.
El estilo medieval es totalmente la inspiración, y la presencia del laúd contribuye a esa atmósfera. Ouineta y yo somos amigas. Yo sabía que ella es brillante, pero pensaba que nuestros caminos musicales eran muy difíciles de unir. Cuando la vi actuar en Plaza Catalunya me decidí a escribirle, porque me encantó su show.
La nota de prensa dice que ‘Necessit’ tiene influencia del k-pop, aunque yo no se la veo. Cuéntame sobre esta canción.
Tiene una inspiración de la bossa nova y la samba, realmente. Quería escribir una canción que aportara algo de humor y diversión a mis conciertos. El reto era lograr un disco que no fuese todo tan dramático y triste, que no es fácil para mí porque cuando me pongo a escribir canciones a la guitarra me salen más baladas que otra cosa. Cuando escribí ‘Necessit’ tuve dudas en incluirla o dejarla fuera, porque creía que se alejaba del tono del disco, pero me di cuenta de que era la canción que necesitaba para aportar diversión y vitalidad a mis conciertos.
¿Cuál es la cronología de composición del disco?
‘Miramar’ lo estrenamos en Primavera Sound y ya en ese concierto nos pedían 45 minutos. Tocando ‘Miramar’ teníamos 28 o 30, el repertorio no daba para más, así que para la presentación tuve que escribir canciones nuevas para rellenar el concierto. Ahí nació el primer tema, ‘Gelosia’, que ha sobrevivido a todos los cambios hasta llegar al disco. Después iba escribiendo canciones y en los conciertos de ‘Miramar’ puntualmente las íbamos tocando.
«Que Tanxugueiras participasen en Benidorm Fest cantando en su idioma me da seguridad en el caso de que yo me presentara»
¿Qué significado tiene que ‘Sa Madonna’ sea la única canción tradicional del disco?
Sabía que si solo iba a meter una canción tradicional, iba a ser importante. ‘Sa Madonna’ es muy especial porque no es una canción que haya circulado en mi familia. A los 14 años formé parte de un proyecto folclórico; allí coincidí con Miguel Majoral, que es filólogo, activista, pagès y cantador conocedor de todas las canciones tradicionales mallorquinas. Se puso a cantar la canción en ese proyecto y yo me quedé completamente cautivada. Me enseñó la canción y desde entonces la he cantado en mis conciertos, pero nunca me ha dicho nadie que la hubiera cantado en el pasado, ni sus padres ni sus abuelos. Miguel puede ser el último transmisor real de esa canción, y para mí es especial haberle cogido el testigo. Y que Tarta Relena se sumaran fue la guinda.
¿Has pensado presentarte a Benidorm Fest? Ahora ya no tiene billete a Eurovisión, lo cual elimina el factor Israel. También es una plataforma que apuesta por las lenguas regionales.
No… (ríe). A mí me gustó mucho cuando fueron las Tanxugueiras. Si ellas han ido, me da seguridad pensar que yo podría presentarme cantando en catalán. Tampoco me he proyectado ahí al cantar en mi idioma, pero es muy bueno que participen artistas de todas partes de España y que representen lo que es el país, porque a veces parece que una ni forma parte…
¿No te ves representando a Mallorca?
Nunca me he metido en un concurso. Me da respeto lo que pueda pasar después de que se acabe el certamen, tanto si va bien como si va mal. Demasiadas cosas dependen de terceros, mientras que ahora la mayoría de cosas dependen de mi control.