A su paso por el mágico programa de versiones de la BBC, Kings of Leon, además de estrenar nuevo material, han decidido versionar uno de los mayores hits de Robyn, ‘Dancing on my Own’, pero convirtiéndolo en una balada digna de aparecer en cualquier momento en Kiss.FM. Os recordamos que ‘Mechanical Bull’ sale a la venta el 24 de septiembre, presentado por los singles ‘Supersoaker’ y ‘Wait for Me’.
Kings of Leon versionan a Robyn
Ariana Grande resucita de nuevo el R&B en ‘Baby I’
La versión 2013 de Mariah Carey, Ariana Grande, estrena vídeo para uno de los singles más claros de su disco de debut, ‘Baby I’. El videoclip, al igual que su sonido, es heredero del R&B de los 90. No es casualidad que detrás de este tema se esconda en la composición y producción Babyface. Mucha fiesta en la calle, buenrollismo sin fin y haberse estudiado bien los vídeos de Mariah Carey es lo que sobresale en este clip en el que parece que lo primordial es mostrar lo joven y guapa que es Ariana.
Se espera que la cantante sea hoy número 1 en Estados Unidos con su álbum.
London Grammar / If You Wait
¿Cómo han pasado London Grammar de ser casi unos desconocidos a encabezar la lista de favoritos para ser nominados al Mercury Prize, que se da a conocer hoy, sin apenas haber editado su debut? El más prestigioso premio británico ha sido tradicionalmente generoso con artistas noveles desde los 90 con Suede o Portishead, hasta el año pasado con alt-J, pasando por la década de los 00’s con el reconocimiento a Franz Ferdinand, Arctic Monkeys o Klaxons. Pero los ganadores más relacionados con el trío que nos ocupa son The xx. No se conocen entre ellos, pero estos sí tuvieron en cuenta a London Grammar para el festival que diseñaron recientemente, ‘Night + Day’.
Las razones por las que los llamaron son evidentes desde que comenzamos a escuchar ‘If You Wait’. No sólo el minimalismo y la paciencia de los instrumentos, las melodías tan tristes, las letras tan directas -casi adolescentes- y las guitarras (ya en el primer tema ‘Hey Now’) remiten a los de Romy Madley Croft; sino que hasta los teclados de ‘Shyer’ parecen inspirados por las aportaciones de Jamie xx a ‘Coexist‘. London Grammar no niegan haberse empapado bien de la música de una de las últimas bandas favoritas del mundo, pero asimismo suelen contar en las entrevistas que hay una parte de su música (y citan la sollozante ‘Wasting My Young Years’ como ejemplo) que no pega tanto a The xx, aunque curiosamente estos siempre han mostrado también interés por eso que más diferenciaría a la nueva banda: el tono de diva de Hannah Reid, en verdad muy conectado con Florence Welsh… a quien The xx han versionado.
London Grammar logran, a pesar de las comparaciones, su pequeño hueco en la escena británica, sintiéndose próximos de alguna manera a otros grupos inquietos que no se limitan a bajo-batería-guitarra como por ejemplo AlunaGeorge, o colaborando en el disco de Disclosure. Su música está más enfocada en general al piano que la de todos los artistas mencionados, como sucede en ‘Interlude’, y cuando se te ocurre que sus composiciones pueden ser demasiado blandas, perdiéndose entre rimas de «trust» con «lust» y de «rust»… ¡por supuesto que con «dust»!, salvan el conjunto del álbum con variedad y consistencia.
Llama la atención que su mayor éxito hasta la fecha, ‘Strong‘, no fuera en realidad una de sus primeras canciones dadas a conocer, pero hay más sorpresas entre su repertorio. La versión de ‘Nightcall’, que abría la banda sonora de ‘Drive’, ya un clásico, puede parecer obvia, pero su inclusión es necesaria porque el tema está prácticamente irreconocible, absolutamente maravilloso en su desvergonzada desnudez. ‘Metal & Dust’, que titulaba su anterior EP, puede llegar a bailarse y es todo lo sensual y evocador que no es ese remix de Lana del Rey que, de manera absurda, está arrasando ahora en las listas de éxitos más que el propio ‘Summertime Sadness’ el verano pasado. Por su parte, ‘Flickers’ cuenta con un punto más tribal y directo, más jazzy y soul, definitivamente dando bastante cuerpo a un LP que incluso mantiene el interés en sus bonus tracks, con cortes como el realizado junto a Disclosure o el más negro ‘When We Were Young’. Lo tienen más fácil que la media para su segunda entrega: sólo tienen que desarrollar uno de estos pequeños frentes abiertos.
Calificación: 7,7/10
Lo mejor: ‘Strong’, ‘Metal & Dust’, ‘Flickers’, ‘Wasting My Young Years’
Te gustará si te gusta: The xx, Florence + The Machine, Leona Lewis
Escúchalo: Soundcloud
Kylie canta en castellano con Laura Pausini
Mientras esperamos que Kylie Minigue anuncie nuevo disco, no nos queda otra que conformarnos con una de esas colaboraciones inesperadas. La australiana canta en el primer sencillo del nuevo recopilatorio de Laura Pausini, una canción titulada ‘Limpido’, ‘Limpio’ en su versión en español. Y mientras que en su versión original Minogue mantiene su lengua materna, en la versión española se atreve con nuestro idioma. El resultado bien podría ser un descarte de aquel disco en español de Nelly Furtado. Y con eso sobra decir mucho más. Recordemos que no es la primera vez que Kylie canta en nuestro idioma.
Best Coast publica disco el mismo día que Katy Perry
Best Coast no se han ido a ningún lado y después de la edición de ‘The Only Place‘ el año pasado, han anunciado la edición de un mini LP llamado ‘Fade Away’, que saldrá a la venta tan pronto como el 22 de octubre, en competencia con otra «california gurl» de la que la líder Beth no es nada seguidora: Katy Perry, que ese día publica ‘Prism’ con la idea de convertirlo en uno de los discos más vendidos de 2013. La cosa tiene bastante gracia si recordamos que Beth de Best Coast dijo de Perry en 2010 lo siguiente: «tú no representas a las chicas de California, zorra».
El mini LP incluirá dos canciones ya conocidas de singles sueltos, ‘Fear of My Identity’ y ‘Who Have I Become’, y entre las influencias citadas esta vez están Mazzy Star, Patsy Cline o My Bloody Valentine. Habrá álbum en primavera. De momento, este es el tracklist del mini LP.
01 This Lonely Morning
02 I Wanna Know
03 Who Have I Become
04 Fear of My Identity
05 Fade Away
06 Baby I’m Crying
07 I Don’t Know How
Toro y Moi estrena ‘Campo’
Lo siguiente de Toro y Moi después del disco ‘Anything In Return‘ que salía a principios de este año será un single llamado ‘Campo’ que se venderá durante su gira por Norteamérica. Para los desafortunados que no puedan asistir, se acaba de subir a Soundcloud.
Clásicos Que Nunca Lo Fueron: ‘Alan Vega’ de Alan Vega

Artista: Alan Vega
Título: Alan Vega
Sello: PVC / Ze Records (1980)
Alan Vega entró en los estudios Skyline en otoño de 1980 con ocho canciones, unas cajas de ritmos y un guitarrista dispuesto a experimentar con nuevos sonidos, alejado temporalmente de Martin Rev. Junto a él había formado durante años uno de los dúos más singulares de los 70 en los EE UU, Suicide. Incomprendidos por la mayoría en su momento y más citados que influyentes en muchos casos, son el arquetipo de grupo vanguardista. Desde los primeros 70 actuaron en directo y pulieron su concepto de dúo sin banda -simplemente un teclado Farfisa roto y voz- interpretando canciones minimalistas de estructura repetitiva. Poco a poco fueron añadiendo una caja de ritmos (un viejo prototipo de 1959 -sí, en los 50 ya existían-) y sintetizadores, convirtiendo su propuesta «arty» (Vega venía del mundo del arte y exponía en la prestigiosa OK Harris Gallery) en algo más claramente futurista, un sonido nuevo que muy poca gente entendió. Su primer disco, para Red Star Records, lo plasma perfectamente: minimalismo tecno, ritmos obsesivos y voz de Gene Vincent mutante envuelta en efectos de «delay».
El grupo empezó a tocar fuera de Nueva York, esperando que la recién llegada generación punk por fin les entendiese (ya en 1970 anunciaban sus primeros conciertos como «misas de música punk«, antes de que existiese siquiera esa etiqueta), pero se llevó palo tras palo: girando con The Clash en el 78, cada noche Alan Vega temía por su vida: básicamente, querían matarlos por hacer una música horrible e incomprensible. Le tocó que le rompieran la nariz y hasta esquivar un hacha (en Glasgow). Vega, un tipo duro de Brooklyn y a la vez seguidor del Teatro de la Crueldad de Antonin Artaud -que propugnaba ya en los años 30 usar la confrontación con el público- respondía retando a los espectadores, y llevaba en la mano a modo de amenaza una cadena de bicicleta. Pero su mejor estrategia era bloquear las puertas de salida para que nadie pudiese largarse, y subir el volumen al máximo.
En 1980 publicaron su segundo disco para Ze Records. Michael Zilkha, dueño del sello, quería que Giorgio Moroder lo produjese, pero se contentó con que lo hiciese Ric Ocasek de los Cars, a quien entregó una copia de ‘I Feel Love’ de Donna Summer como referencia. El resultado fue un disco más producido, más contemporáneo, en la línea del mutant disco, y menos punk. Y en esta tesitura, 1980, con la ciudad de Nueva York en pleno cambio, ligeramente descontentos con ese segundo disco, Rev y Vega decidieron parar y embarcarse en proyectos en solitario. Tras el primero de Martin Rev, una maravilla llena de guiños a Suicide, bonitas sinfonías instrumentales y hasta doo-wop electrónico instrumental, llegó el turno de Alan Vega. Alan había estado tocando con un conocido llamado Phil Hawk que tenía una Fender Telecaster, y un día jugueteando les salió la canción ‘Jukebox Babe’. Como cuenta en el estupendo libro ‘Suicide: No Compromise’, Ze Records estaban a punto de echar a Suicide, pero él estaba convencido de que esa canción sería un éxito. Les persuadió para sacarla en single, y en Francia llegó al Top 10.
Poco después llegó el disco completo. ‘Jukebox Babe’ es precisamente la primera canción de este ‘Alan Vega’, y la que marca el tono estilístico de todo el disco. Un estilo que simplificando un poco es como Suicide (la similitud de ‘Jukebox babe’ con ‘Ghostrider’ es notable) pero con guitarras rockabilly y bajo eléctrico. Los ritmos están construidos con una interesante combinación de cajas de ritmo y cajas de batería. Vocalmente, «slap echo» en las voces en vez de «delays» maníacos. Se podría casi catalogar como una vuelta a las raíces, si no fuese porque 31 años después sigue sonando totalmente contemporáneo. La seguridad de Vega en que sería un éxito sigue sorprendiendo, pero 1980 era un año tan excitante e impredecible que una canción de un solo acorde con letra incomprensible podía triunfar en las listas. Y resulta un gozo, la verdad, ver a Alan Vega abrazar su personaje «rocker», con chupa de cuero en la portada del disco y chalecos de lentejuelas en sus actuaciones televisivas.
‘Fireball’ es una soberbia continuación de ritmo trepidante simplemente formado por bombo y palmadas. Un bajo punk repetitivo con sencillas guitarras rockabilly completan lo que es una de las características clave de este disco: los arreglos parcos y espaciosos, dejando pista a Alan Vega para hacer su imitación de Elvis y proferir sus disfrutabilísimos Uuuh – Oooh – Aaah – Ssshh… El sonido de los discos de la Sun Records son claramente referenciados en este ‘Alan Vega’, y hay que recordar que eran grabaciones con muy pocos elementos instrumentales (al estilo de los Tennessee Three de Johnny Cash, por ejemplo) que de forma similar dejaban todo el espacio para que la voz, adornada de «slap echo», se oyese bien. Sin embargo no se trata de un pastiche: Alan Vega aporta el enfoque repetitivo-obsesivo de Suicide, y son canciones que rara vez pasan de uno o dos acordes en favor de la repetición y acumulación. Es, pues, algo así como una desestructuración minimalista del rockabilly en la que a la vez se lo pasa uno muy bien.
El disco continúa con la maravillosa ‘Kung Foo Cowboy’. En la línea desestructurada que comentábamos, suena como una intro que nunca acaba de empezar, lo que la convierte en una épica pieza de tres acordes, como un blues futurista en acordes menores. Como es frecuente en las canciones de Alan Vega, ya desde el primer disco de Suicide, se trata de otra descripción de un personaje más o menos de ficción. Son letras en las que importa el juego lingüístico de corte dylaniano, donde interesa más el sonido de las palabras y la evocación de imágenes acumuladas con efecto surrealista que el sentido final: “es más rápido que el ojo… es un curandero televisivo… está buscando el sol… tiene el poder en sus manos… tiene una mirada triste, triste”. Todo ello soportado por una instrumentación magistralmente arreglada: sobre la base de una caja de ritmos disparando un patrón de chaston, se entrelaza un metálico bajo al que sobrevuela un arpegio de guitarra eléctrica simple y perfecto, con un sonido más surf que rockabilly, que recuerda al ‘Sour Grapes’ de los Young Ones. Puntuando los versos de Alan Vega, como comas, un timbal «real». Y puntuando los finales de las estrofas, como puntos, un espectacular bombo con eco. Para mí, en definitiva, una de las obras maestras de este artista.
La cara A concluye con ‘Love Cry’, única canción con teclado del disco, un piano sacudido suavemente con efecto «delay». Parece una balada pero es más bien una letanía siniestra a dos acordes, un blues en el que Vega prueba su registro más frágil, como un «crooner» herido, entre el mal de amores y la orden de restricción (“juro que te encontraré aunque sea hasta el final de mi vida”, única frase que solloza en toda la canción).
La cara B incluye otras cuatro canciones, sumando un total de poco más de 35 minutos, que cumplen con creces la regla no escrita de que todo disco que no cabe en la cara de una cinta de 90’ es demasiado indulgente. Y no es indulgencia precisamente de lo que se puede acusar a Alan Vega, que abre esta cara con una canción de 2 minutos y medio. ‘Speedway’ es una oda a la velocidad, quizá al «speed» también, evocando imágenes de “gasoline and cocaine” en los estribillos. Musicalmente es un fascinante psychobilly conducido por un ritmo de TR-808, la caja de ritmos que ese mismo año lanzó Roland y que tantas cosas cambió en el mundo de la música. Una vez más, una extraña mezcla entre tecnología y raíces que funciona magistralmente. A continuación llega ‘Ice Drummer’, que también hace uso de la TR-808, en este caso combinada con batería real, a base de redobles y pandereta.
La canción parece casi una pieza de Lou Reed, más por el calor de las guitarras que por la voz, aunque es cierto que Reed influyó en su estilo vocal, como confiesa Vega en el recomendabilísimo libro antes citado, “Suicide: No Compromise”, al relatar el impacto que supuso en él escuchar el primer disco de la Velvet Underground. Cita también la influencia de los Stooges, muy clara también en su actitud amenazante sobre el escenario. De la voz de Lou Reed declara en el libro que sonaba “como la de un zombie”, algo muy interesante teniendo en cuenta que algunos críticos han descrito la voz de Vega en este disco como “un Lou Reed desprovisto de emociones, cantando sobre una cadencia de rockabilly robótico”. La cuestión de la emoción siempre es controvertida con Vega: su personaje sobre el escenario es desde luego inexpresivo facialmente, y en los discos sus manierismos vocales pueden parecer producto más de una loca catarsis que de una expresión real de sentimientos. En este disco yo creo que hay ese asalto «artístico» al estereotipo del rocker, pero a la vez un deseo real de ser uno de ellos. Desde luego en sus entrevistas Alan Vega habla de Elvis, Gene Vincent o Roy Orbison como grandes ídolos.
Llega a continuación ‘Bye Bye Bayou’, otra de las piezas centrales de este disco, casi 9 minutos de letanía minimalista e hipnótica con ritmo «four-on-the-floor», quizá la más Suicide en cuanto a aspereza y retroalimentación obsesiva. De hecho incluso aparece su «delay» vocal marca de la casa, acompañado eso sí de un fascinante riff retorcido de guitarra eléctrica que araña impenitentemente durante la larga canción sin despeinarse. Una vez más, caja de ritmos combinada con batería real, en una canción que increíblemente sonaba, en el lejano 1980, a electro de ahora mismo. No en vano LCD Soundsytem la versionó en 2009.
Es también el ejemplo más claro del disco de «no-canción»: un solo acorde o motivo que se repite minutos tras minuto, dejando espacio y tiempo para experimentar. En este sentido, al igual que algunas canciones de Suicide, es totalmente precursor de las estructuras largas y repetitivas que se harían habituales con el primer house y que en la actualidad han impregnado ya prácticamente toda la música de baile. ¿Son por eso Alan Vega y Martin Rev los padres de todo esto? De nuevo hay espacio para la discusión, porque en realidad muy pocos grupos del synth-pop y electro seminales de los 80 realmente los conocían o reivindicaban. Prácticamente sólo lo hicieron Soft Cell, y sus buenos palos de Alan Vega se llevaron por hacerlo (verbales, sin cadena de bicicleta), acusándoles de aprovechados, para disgusto del bueno de Marc Almond. Su influencia fue aparentemente más fragmentada, en artistas desde Nick Cave o Jesus And Mary Chain hasta Sigue Sigue Sputnik. Pero de alguna manera esa atomización se reconfiguró con el paso de las décadas y ahora Suicide, además de ser por desgracia una de las referencias más socorridas de los músicos para hacerse el guay, sí que han recibido realmente la aclamación merecida y su influencia es clara hasta en los artistas más periféricos, desde Bosco Del Rey a Johnny Hostile.
Volviendo a ‘Bye Bye Bayou’, otra de sus grandes cualidades es el conseguir ese sonido de electro repetitivo y creciente con instrumentos mayoritariamente reales. Más allá de la base de caja de ritmos, la caja de batería está tocada por un músico e incluso en ocasiones se va ligeramente de tiempo. Ese tipo de variables humanas, que incluyen el bajo, la guitarra y por supuesto a Alan Vega en su momento más gritón y chamánico del disco, hacen que la canción crezca de forma circular, espiral, y que la tensión crezca de forma más eficaz y emocionante que el típico tema electrónico al uso.
El disco se cierra con ‘Lonely’, lo más cercano de todo a una balada de los años 50: “I’m so lonely, so lonely and blue…”, entona Alan Vega, como si fuese un crooner maniático, con tics, que gime de pena y a la vez se retuerce. Debajo, tan solo un ritmo sencillo y el disfuncional sonido de una guitarra con un poco de efecto «flanger». El cierre perfecto para un disco fascinante que trajo muchas satisfacciones a Alan Vega, que llegó incluso a fichar por el sello Elektra poco después, y que le trajo incluso a España, en una recordada aparición en La Edad De Oro ya en 1983, en la que permanecía intacta su actitud irritable mientras pedía a ese público ligeramente litronero que poblaba los estudios de TVE que “se callase de una puta vez”.
Azealia Banks da el tracklist de ‘Broke With Expensive Taste’
Seguimos sin fecha para el debut oficial de Azealia Banks, que recibe el nombre de ‘Broke With Expensive Taste’, por lo que está claro que ya, hasta principios de 2014, nada.
A falta de saber si definitivamente lo nuevo de su enemiga Lily Allen logrará llegar antes, la cantante ha puesto en Instagram lo que parece el tracklist acompañado de, efectivamente, la cifra «2014». Destaca la presencia de singles como ‘212’, ‘Yung Rapunxel’ y ‘ATM Jam’. En su último tweet de momento se jacta de haber estado trabajando «en tres álbumes a la vez», siendo uno de ellos ‘Fantasea II’, la segunda parte de su mixtape del verano pasado.
‘Idle Delilah’
‘Gimme A Chance (feat. Toko Yasuda)’
‘Lux N’Plush’
‘JFK (feat. Theophilus London)’
‘212’
‘Wallace’
‘Heavy Metal and Reflective’
‘BBD’
‘Ice Princess’
‘Yung Rapunxel’
‘Soda’
‘In Town (feat. Kevin Hussein)’
‘Luxury’
‘Miss Amor’
‘ATM Jam (feat. Pharrell)’
‘Miss Camaraderie’
HA I'm crazy I've been working on like three albums all at once.
— AZEALIA BANKS (@AZEALIABANKS) September 10, 2013
Oooooooh I just got permission to release songs from Fantasea II since the albums almost in!!!!!!!
— AZEALIA BANKS (@AZEALIABANKS) September 10, 2013
The 1975 dejan a Nine Inch Nails sin el top 1 en Reino Unido
Los británicos (de Manchester) The 1975 son el actual top 1 en la lista de ventas británicas con su debut homónimo, que sucede a una serie de cuatro EP’s publicados durante el pasado año y este. Además de este mérito está el de haber dejado el mismísimo comeback de Nine Inch Nails entrar en el puesto 2 (de la entrada fuera del top 40 de Glasvegas, mejor no hablar) y por goleada: 1975 vendían 31.000 copias en siete días y NiN, 12.000.
1975 se han ido dando a conocer gracias a temas como ‘Chocolate‘ o ‘The City‘ y su single actual en las radios británicas es una versión regrabada del que se considera uno de sus grandes clásicos, ‘Sex’. El 8 de noviembre estarán actuando en RazzClubs, Barcelona.
Ellie Goulding, de película
Ellie Goulding mata dos pájaros de un tiro grabando un videoclip para el tema ‘How Long Will I Love You’. Por un lado sigue promocionando la reedición de su segundo disco ‘Halyon Days’, que tan buenos resultados le ha dado en su país, y por otro da un empujón a la película de la que forma parte, ‘About Time’, dirigida por el responsable de las comedias británicas más famosas de los últimos 20 años, Richard Curtis. La canción, que es una versión de un clásico de The Waterboys, cuenta con un clip sencillo con Ellie al borde del mar.
Macklemore & Ryan Lewis, a por la tercera
Después de los dos éxitos consecutivos de Macklemore & Ryan Lewis, era cuestión de prestar atención al siguiente sencillo extraído de ‘The Heist’. La canción escogida es ‘White Walls’, en la que colaboran el rapero Schoolboy Q y la vocalista Hollis. El clip sigue la estela de las entregas anteriores: dirigido por ambos, mezcla de comedia y absurdo y acumulando conceptos difíciles de resumir en un par de líneas. De primeras, la canción no tiene el gancho de las anteriores, pero ya se sabe lo imprevisible que es el mundo de la música. ¿Será este el primer tropezón de este dúo o seguirán con su suerte?
Conciertos secretos de Yuck, TAB, Veronica Falls… en Converse Get Loud
Converse vuelve a organizar un evento musical protagonizado por las mejores bandas del panorama nacional e internacional, coincidiendo con el lanzamiento de su colección otoñal Chuck Taylor All Star Rock Craftsmanship, de «espíritu punk-rock» (la nota de prensa habla de «una combinación de broches, cierres, detalles en cuero y explosión de colores; y «mezcla de tachuelas, cremalleras, cuero y tejido desgastado»).
Para presentarla también habrá actividades extramusicales, ya que se instalará una tienda interactiva en el número 9 de la calle Barceló de Madrid durante cinco semanas, a partir del 27 de septiembre. Allí habrá una exposición de pósters de conciertos de rock comisariada por Joan S. Luna de Mondo Sonoro. También tendrá lugar la exposición Barras Libres desde el 18 de octubre, comisariada por Darío Manrique y con varias fotografías de culto procedentes de salas como Rock-Ola, Canciller, Agapo y la Sala Nasti. Asimismo, tres artistas (el artista gráfico Manuel Donada, el tatuador Jesús Cuesta y el diseñador de moda Gori de Palma) fomentarán el espíritu DIY de esta fiesta llamada ‘Get Loud’ participando con la gente desde este espacio.
En lo que a música respecta, habrá actuaciones en lugares secretos de gente como Triángulo de amor bizarro presentando ‘Victoria mística‘, Pissed Jeans, Cápsula, Yuck, Mujeres o los estupendos Veronica Falls, que este año publicaban su excelente disco de confirmación, ‘Waiting for Something to Happen‘. Los detalles de los conciertos se irán dando a conocer durante las próximas semanas en la web de Converse. Permanece atento. Estas serán las fechas clave:
20 de septiembre – Get Loud with Pissed Jeans y Capsula (Barcelona)
26 de septiembre– Presentación exclusiva de “El Garito de Converse” y la exposición “Arts & Rock Crafts” (Madrid) / Solo con invitación
27 de septiembre – Apertura al público de «El Garito de Converse” y la exposición “Arts & Rock Crafts” (Madrid)
28 de septiembre – Get Loud with Yuck y Triángulo de Amor Bizarro (Madrid)
4 de octubre – Get Loud with Mujeres – Set acústico (Barcelona)
11 de octubre – Get Loud with Veronica Falls – Set acústico (Madrid)
17 de octubre – Presentación exclusiva de la exposición “Barras Libres” en «El Garito de Converse» (Madrid) / Solo con invitación
18 de octubre – Apertura al público de “Barras Libres” en «El Garito de Converse» (Madrid)
Miles Kane y una go-gó
No será la primera vez que ves a Miles Kane actuando en uno de sus vídeos, con alguna chica alrededor, pero al menos no se puede decir que pierda ocasión de reivindicar los bailables singles de sus álbumes. El último es ‘Better Than That’, naturalmente extraído de ‘Don’t Forget Who You Are‘.
Os recordamos que el bueno de Miles nos visitará para actuar este otoño tras haber arrasado en el FIB. Tras el BAM, estará el 5 de noviembre en Bilbao y el 7 de noviembre en Madrid.
MØ estrena clip para ‘XXX 88’
A unos días de pasarse por nuestro país para actuar en el DCode, la danesa MØ estrena el videoclip para aquella canción que le ha producido Diplo y que escuchamos hace tan sólo un par de semanas. Viendo el clip para ‘XXX 88’, parece que el productor no sólo se haya encargado del sonido de la canción: las imágenes bordean ese feísmo intencionado bastante ligado a Mad Decent. En realidad sólo falta un poco de “twerking” para que el legado sea completo.
Germán Coppini canta en Néctar
Germán Coppini, mítico vocalista de los recomendables Golpes Bajos y de Siniestro Total, está implicado ahora con Néctar, una banda de Málaga que acaba de grabar su primer trabajo en Estudios Ática con la producción de Sergio Muela. Se presentará en directo en Eventualmusic (Málaga) el 9 de noviembre. A través de LaFonoteca descubrimos su single ‘Ninguna señal’, marcado por un riff de guitarra no tan alejado de los arpeggios de los Smiths. Para futuras novedades del grupo, podéis seguir su Facebook.
La niña bailarina de Little Boots
La propia Victoria Hesketh junto a Sam Brown ha dirigido el vídeo para su canción ‘Satellites’, de cierto parecido melódico al mayor clásico de Guns’n Roses y contenida en su segundo disco, editado este año, ‘Nocturnes‘. El clip está protagonizado por una niña bailarina que lo da todo durante un ensayo.
Gracias a Mirlanje en el foro de Little Boots por el aviso.
Emilíana Torrini / Tookah
Después de una gira exhaustiva y de enfrentarse por primera vez a la maternidad, Emilíana Torrini vio difícil darle continuación a su disco ‘Me and Armini’, el mismo que produjo aquel inesperadísimo hit europeo, ‘Jungle Drums’. En plena crisis creativa, Torrini decidió tomarse un descanso y divertirse, pero en lugar de irse de bares se metió en el estudio con sus músicos habituales a improvisar. El resultado es ‘Tookah’, un trabajo con el que la islandesa dice haber encontrado al fin su identidad.
Se trata de una identidad que nace de la dualidad de dos entes, como los de la portada. “Tienes que trabajar para unirlos”, comenta. “Y en el centro está ese «tú» con el que naces y que nunca se va. […] Ese sentimiento de estar paseando por algún lugar y de repente sentirte verdaderamente agradecida y saber que todo está bien”. A ese centro, o núcleo como lo llama ella, Torrini le ha puesto el nombre de Tookah, un término inventado con el que pretende identificar el «yo» con el que todos nacemos “antes de que la vida nos decore como a un árbol de Navidad, con todos los accesorios”.
Ese es el concepto tras ‘Tookah’, nuevo trabajo en la carrera de esta compositora de fragilísima voz cuyo debut (reconocido) se remonta a 1999. Torrini es también conocida por haber escrito ‘Slow’ de Kylie Minogue, a la que se asemeja ligeramente ‘Tookah’ (canción) por su inclinación electrónica. El tema homónimo que abre este disco promete, de hecho, un cambio de dirección bastante drástico en el sonido de la artista, con algún punto incluso a los Radiohead de ‘Amnesiac’.
Tal cambio al final no es tal, y ‘Tookah’ incorpora sintetizadores pero dosificando su peso a lo largo del disco, no enfocando su sonido en torno a él. Por ejemplo, ‘Elísabet’, que Torrini dedica a su tía, o ‘Carterpillar’ muestran a una Torrini escribiendo el tipo de canciones hermosas e intimistas que siempre ha sabido hacer, pero añadiendo, a su vez, esos matices nuevos que aporta la electrónica. ‘Home’, por su parte, brilla por su sonido orgánico y por su encantador ritmillo. No obstante, el gran single ‘Speed of Dark’ o la simpática ‘Animal Games’ sí extienden la propuesta de la pista inicial con resultados igualmente estupendos.
Solo la final ‘When Fever Breaks’, que en realidad tiene ya cuatro años (fue la primera canción que grabó Emilíana tras terminar el tour) sugiere que este giro hacia lo experimental puede dar también resultados mucho más arriesgados e interesantes. Sin embargo, sigue siendo en la introspección de temas como ‘Blood Red’ o ‘Autumn Sun’ donde Torrini cautiva más, porque no hay instrumento más hermoso en todo ‘Tookah’ que su voz, ese hilillo de puro espíritu que le sale del pecho cuando entona sus melodías más conmovedoras.
Calificación: 6,7/10
Lo mejor: ‘Tookah’, ‘Home’, ‘Speed of Dark’, ‘When Fever Breaks’
Te gustará si te gusta: una versión más accesible de los últimos Radiohead
Escúchalo: The Quietus
‘Some Girls’ cantan para CockNBullKid
¿Recuerdas a cocknbullkid, autora de ‘Adulthood‘? La última novedad de la artista es un vídeo que ha aparecido en el canal de Youtube de la BBC en promoción de su canción ‘Doing It Wrong’, donada para la comedia británica ‘Some Girls‘. El equipo promociona de manera tan luminosa y colorida la segunda temporada.
Bill Callahan anuncia gira
Presentando el anunciado y ya inminente ‘Dream River’, como continuación del estupendo ‘Apocalypse‘, Bill Callahan ha anunciado una gira por nuestro país que le llevará a cuatro ciudades el próximo mes de febrero. Serán las siguientes:
21 de febrero: Valladolid – Teatro Cervantes
24 de febrero: Madrid – Teatro Nuevo Apolo
25 de febrero: Donostia – San Sebastián Kursaal (Sala de Cámara)
26 de febrero: Barcelona – Barts
Os dejamos con ‘Expanding Dub’.
The Yearning y ‘Jeremy’, en la playa
The Yearning es uno de los grupos internacionales que publica el sello nacional Elefant, en la estela de Camera Obscura. El grupo estrena un vídeo para ‘Jeremy’ realizado por Chris Croft y a medio camino entre la nostalgia más naíf y pop y cierta estética pin-up. El tema aparece en su mini-LP ‘Still in Love’. Por cierto, Maddie Dobie tiene sólo 16 años.
London Grammar versionan a La Roux
Durante la promoción de su buen debut, que se publica esta semana aspirando a ser nominado al Mercury Prize, London Grammar han versionado uno de los claros éxitos de La Roux, de cuyo segundo disco, por cierto, no se sabe nada a pesar de haber sido ya interpretado en gran parte en directo. La canción escogida era ‘In For The Kill’ y los ingleses la han llevado claramente a su trágico territorio.
David Byrne & St. Vincent: mucho más que un concierto
Cualquier elemento ligado a la figura de David Byrne es de sobra sabido que siempre queda fuera de lo corriente. Desde sus comienzos a finales de los 70 con Talking Heads dio una vuelta a la concepción de la música de aquella época con álbumes pioneros como ‘Fear Of Music’ (1979), claro antecesor del movimiento africanista o ‘Remain In Light’ (1980), cuyo sonido está bien presente en bandas actuales como Foals. Como bien saben todos los seguidores de la banda, Byrne no solo se ceñía a la música, sino también al aspecto visual que la acompaña, con memorables resultados como el logrado en la película-concierto ‘Stop Making Sense’ (1984). Desde aquellos primeros años hasta la actualidad, Byrne no ha parado de involucrarse en múltiples proyectos, como lograr sacar sonidos de una fábrica abandonada o escribir libros sobre sus andanzas en bicicleta o sobre cómo funciona la industria musical. Dentro de lo puramente ceñido a la música, su notable álbum junto a Annie Clark (aka St. Vincent), titulado ‘Love This Giant‘ y publicado hace un año, ha estado acompañado de una gira que hizo parada en el madrileño Teatro Circo Price el pasado jueves.
Sería por lo caro de las entradas (la de platea rondaba los 60 euros), pero por desgracia el Price apenas logró la media entrada y es una pena, porque no todos los días se tiene la oportunidad de ver a dos artistas en pleno estado de gracia (Clark nos ha dado sobradas razones con sus últimos álbumes y conciertos en solitario y Byrne sigue permanentemente al pie del cañón por muchos años que pasen. Ya quisiéramos muchos una madurez como la suya), a sabiendas además de que lo que se iba a presenciar seguramente sobrepasaba el prisma de la música. Había caras conocidas que no quisieron perderse el show, como el director de cine Fernando Trueba o la ex ministra de cultura Ángeles González-Sinde y el resto de los mortales estábamos también deseando averiguar lo que tan buena pareja era capaz de ofrecernos. Entrabas al recinto y te recibían sonidos de pájaros, primera señal de lo poco común del evento. Cuando se apagaron las luces y entraron todos los músicos recogiendo sus instrumentos del suelo (como era de esperar a juzgar por ‘Love This Giant’, los vientos eran el elemento dominante), la expectación era máxima.
Después de ver muchos de los vídeos de David Byrne tanto con Talking Heads como en solitario, el factor sorpresa ya no es tan grande, pero siempre es agradable comprobar lo que el artista tiene entre manos: con la batería y los teclados en el fondo y a ambos lados del escenario, el protagonismo era tanto para Byrne y Clarke como para la sección de viento, en constante movimiento por las tablas y con algo preparado para cada canción, como la representación de un bosque en el tema ‘The Forest Awakes’, haciéndonos vivir una obra de teatro y un concierto casi a partes iguales. La puesta en escena, con un logrado juego de luces y sombras, hacía que rara vez cayera el concierto en la monotonía.
En cuanto al repertorio, de una hora y tres cuartos de duración (bis incluido), no se limitaron a los temas de ‘Love This Giant’, adaptando al sonido del disco (es decir, con los vientos al frente) canciones de variopinta procedencia, con clásicos de Talking Heads como ‘This Must Be The Place’ o ‘Burning Down The House’, canciones de Byrne en solitario (‘Like Humans Do’) o temas de St. Vincent (‘Cheerleader’ o ‘The Party’, que protagonizó uno de los mejores y más emocionantes momentos del concierto). De entre los temas conjuntos, destacaron ‘Who’ o ‘I Am An Ape’, pero no hizo falta que interpretaran esas canciones para tener un protagonismo al 50%, ya que en ningún momento presenciamos un show de egos, estando ambos artistas a la misma altura en todos los sentidos, con Byrne y su divertida personalidad (no faltaron sus extraños bailes) y el torrente de voz y habilidad a las seis cuerdas de Clark. Con la eterna ‘Road To Nowhere’ pusieron al público en pie y se despidieron, manteniendo vivo el espectáculo hasta sus últimos segundos, ya que toda la banda siguió tocando el último tema mientras salían de escena y aún podía escuchárseles desde bambalinas. Con un show ensayado al milímetro, tal vez faltó espontaneidad, pero entendemos que no se puede pedir todo a la vez. David Byrne y Annie Clark nos dieron justo lo que esperábamos de ellos, que no es poco. 7,5.
Lady Gaga fusiona ‘Applause’ y ‘El mago de Oz’
Lady Gaga ha vuelto a Good Morning America, donde estrenara su último vídeo, para seguir promocionando ‘Applause’, single que, pese a no haber arrasado, logra mantenerse en el top 10 de los países más importantes del globo. En la nueva performance se mantienen algunos de los trucos de la presentación en MTV, aunque esta vez muy influida por ‘El mago de Oz’, -‘Over the Rainbow incluida- y con cierto aire, por tanto, de actuación infantil. Atentos al público-flor.
Banks publica ‘Waiting Game’
Banks es el nombre del proyecto de una joven californiana que con sus sensuales ritmos R&B influidos también por las atmósferas de Massive Attack puede conseguir que nos olvidemos del apellido de Azealia. Recientemente ha presentado un vídeo lleno de encuentros y desencuentros dirigido por Francesco Carrozzini para su tema ‘Waiting Game’, el protagonista de un nuevo EP de cuatro canciones que se pone hoy a la venta. Las canciones han contado con la producción de la también revelación Sohn, Totally Enormous Extinct Dinosaurs, Jamie Woon, Lil Silva y Tim Anderson. Por si no quedaba clara a qué puede sonar la artista se ha metido en una amplia gira por Estados Unidos como telonera de The Weeknd.
1. «Waiting Game»
2. «This Is What It Feels Like»
3. «Bedroom Wall»
4. «Change»
A la espera de que llegue su EP al completo, Banks ha compartido la pista que ha sido producida por Lil Silva y Jamie Woon. Se trata de ‘This Is What It Feels Like’.
Os dejamos también con su EP ‘Fall Over’.























