
Me enteré de la historia completa del drama del teatro Albéniz el pasado fin de semana. Y a lo largo de estos días he ido recabando información acerca de su cierre, la sentencia que lo avala, las leyes sobre protección de bienes inmuebles y de interés cultural…
Para quien no esté muy enterado, resumo en líneas generales. Existe una sentencia de 2003 a favor de los en su día propietarios del madrileño teatro para poder cerrar el teatro -actualmente gestionado por la Concejalía de Cultura de la Comunidad de Madrid- y dar el uso privado que deseen. Al parecer, tanto el edificio como su utilización, estaban dentro de la lista de edificios singulares y protegidos, pero tras varios informes presentados por los propietarios y otros especialistas la sentencia viró a su favor. Toda apunta a la futura construcción de un centro comercial pero no hay nada confirmado por sus actuales propietarios.



Los integrantes de JNSP a los que no nos da para comprarnos el NME o similares y que nos conformamos con cosas más modestitas, nos leemos religiosamente una de las joyas nacionales: el suplemento gratuito de El País, llamado 
El lunes se puso a la venta ‘The Garden’, tercer álbum del dúo electrónico inglés Zero 7, conocidos entre otras cosas por la remezcla que hicieron de ‘Climb up the walls’ de Radiohead hace ya unos cuantos años y popularizados aquí en España por ser los autores de una de las sintonías de TVE1 (‘Destiny’ de su debut ‘Simple Things’). Grabado en Sommerset y en Londres, cuenta con una base que es una combinación genial de no sé cuántos instrumentos: que si ahora unas cuerdas, que si los teclados, unas trompetas por aquí y por allá… incluyendo fabulosas melodías vocales de la mano de la sensual voz de Sia Furler (asidua colaboradora de Zero 7) y del cantautor sueco José González, que pone el toque folk a varios de los 12 temas que componen el disco. 













Desde que murió Gainsbourg, Jane Birkin, a sus 59 años aún una de las voces más sensuales en su candidez, ha tirado por dos canales: publicar directos y revisiones de las canciones de su ex, y recurrir a otros autores para grabar temas totalmente nuevos. En mi opinión, ésta última vía le va bastante mejor. Sus discos no son una delicia, pero se quedan justo a las puertas. Y desde luego tampoco son la patata que constituyó ‘Arabesque’ (2002).




Riot city blues (2006): Primal Scream anunciaron que su nuevo disco sería muy rockero, lo que no esperaba es que fuera rockero en un sentido tan clásico de la palabra. Si ‘Country Girl’ es una pista de su nuevo sonido, con el prisma subi-subidón de Primal Scream presente pero moderado, otras canciones del disco emparentan casi únicamente con los años 50. Incluso ‘Hell’s coming down’ tiene un punto americano tradicional. Las canciones no son malas, la balada ‘Sometimes I feel so lonely’ incluso llega a enganchar. Es sólo que después de encontrar el rumbo perfecto de su carrera, para mí iniciado con ‘XTRMNTR’ y continuado con ‘Evil Heat’, sólo cabe la decepción. 6


Intentar hacer una comparación es inútil. Pero a mí Austrohúngaro me recuerda a Factory Records, ese sello nacido en Manchester bajo cuya ala crecieron grupos como New Order o los Happy Mondays. Gente con estilo propio. Más o menos ha pasado lo mismo con Austrohúngaro, un colectivo que nació organizando fiestas y grabando canciones que, constituidos como discográfica, han acabado convertidos en uno de los movimientos musicales más divertidos, distendidos e inteligentes de la actual música española. 
Después del 
Como todos sabéis, el calendario ya no tiene días suficientes para dedicar uno de ellos a un acontecimiento en concreto. Entre el día de la madre, del padre, el hermano, el SIDA, el comercio justo y demás nos hemos quedado sin jornadas libres en el almanaque. Hoy, 17 de mayo, se celebran dos cosas: el Día Internacional contra la Homofobia (que al equipo de