¿Tiempos modernos?

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¿Tiempos modernos?

moderntimes.jpgEstos días el equipo JENESAISPOP vota sus discos y canciones favoritos del año cara a la próxima publicación de nuestras listas, probablemente el lunes que viene, si es que no nos dejamos de hablar en el camino, claro. Las revistas más importantes ya han publicado sus listas, y uno de los ganadores claros, aparte de los, para mí, insoportables niñatos Arctic Monkeys, injustísimo Mercury Prize de este año y número 1 en el NME y en Q, es Bob Dylan. ‘Modern times’, que ha sido todo un éxito en ventas, con más de 1 millón de copias, casi 2 colocadas en tiendas, me atrevería a decir, nos devuelve el debate de todos los años. ¿Votamos por los mejores discos del año o por nuestros favoritos?

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Para muchas personas no existe diferenciación entre estas dos cosas, pero yo sí la hago. Una cosa son los discos que son obras maestras en toda la extensión de la palabra, es decir, son obras que imitarán las próximas generaciones, que marcan una época, que representan de alguna manera un antes y un después en la música y que definitivamente tienen una personalidad propia diferenciable de otros discos de artistas coetáneos. Y luego están nuestros discos favoritos, los que, aunque no inventan nada o ni siquiera están muy bien producidos, nos encantan y nos ponemos a todas horas.

Creo que es mucho más divertido votar por los «discos favoritos» que por los «mejores discos». Puedo reconocer que el disco de Luomo está muy bien producido, que es muy elegante, o que los de TV on the radio o los Liars son muy experimentales. El debate de si con experimentar vale para que sea «bueno» o si te sale un churro supermoderno de lo last pero que en realidad es una porquería, eso es «malo», también es interesante. Aunque creo que tampoco es muy honesto que un periodista le diga a la gente que un disco ha sido «lo mejor del año», cuando no conoce ni los títulos de sus canciones, ni sus letras, cuando de hecho lo tiene mal bajado con una pista que es una cara B y con otras dos que van juntas pero que a él le saltan porque tiene en el Itunes programada la grabación de discos con un salto de 2 segundos entre canción y canción. Es una separación compleja.

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Algo así puede pasar con el disco de Bob Dylan. Como fan del pop, sería muy fácil decir que ‘Modern times’ es un rollo, que repite estructuras, letras y rimas utilizadas mil veces, que no inventa nada nuevo, que en el fondo es un disco evidentemente conservador y conformista… pero la verdad es que me gusta y me parece buen disco. Me gusta porque ‘Spirit on the water’ es una canción de amor preciosa, porque me encanta el vídeo de ‘When the deal goes down’ y porque la estrofa dedicada a Alicia Keys en ‘Thunder on a mountain’ me hace mucha gracia. Y me parece buen disco porque, como el último de Patti Smith, excelente ‘Trampin’, nos recuerda que Bob Dylan no es sólo un nombre mitificado, sino muy capaz de seguir haciendo buenas canciones desde su estilo personal.

A partir de aquí, me surgen dos dudas: «¿Bob Dylan es realmente lo mejor que ha dado la música en 2006?» y «¿Es uno de mis discos favoritos del año?» En los dos casos opino que no. Ni ‘Modern times’ es lo que más me apetece escuchar todo el rato, ni me parece lo más innovador. Para mí, todas las virtudes del disco de Bob (qué bien metidas están las cuerdas de ‘Ain’t talking’, qué cojones tiene de seguir haciendo canciones tan estupendas) son más propias de un top 30 de «lo mejor del año» que de un «top 1». O si se prefiere de un «top 1» de favoritos.

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Desde luego, me parece lo suyo que un medio profesional publique listas «de lo mejor» y no de «favoritos», como un blog o un fanzine. El problema surge cuando las revistas publican sus listas y «lo mejor» pasa a ser algo tan subjetivo. Y lo de Bob Dylan es lo de menos. Los del NME y el Q parecen unos bloggers, votando por Muse, los Killers y los Keane, los de Amazon votando por Neko Case (¿es que tendrán exceso de copias en su stock?), los de Mojo votando por The Raconteurs… ¿Dónde queda su credibilidad? ¿Quién valora la genialidad de Herbert, las evoluciones en el sonido de Camera Obscura y Belle & Sebastian, la conjugación de new-wave, indietrónica y punk-funk de Hot Chip, la bocanada de aire fresco de las Pipettes? En fin, nunca llueve a gusto de todos. A ver qué churro nos sale a nosotros…

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