Anoche escribí lo que creo que hasta ahora es lo mejor que he escrito jamás, así que me acosté con una sensación maravillosa.
En cuanto a mis lecturas esta semana, como ya dije, estoy inmerso en El almuerzo desnudo así como en La extracción de la piedra de la locura, que estoy desentrañando hasta la nausea.
Mi poemario ya tiene título y ahora mismo me encuentro quitando poemas del mismo, cosa que me está provocando úlceras, ya que sobrepasaba el número de versos que permitía el concurso, no por 10 o 15 sino por 220 para ser exactos. Es lo que tiene el verso mesiánico al que me he encomendado. Bendito Ginsberg.
Y hasta aquí mi mañana. Esta tarde os comentaré como ha ido la entrega de esta obra y si he muerto de dolor por tener que arrancar algún poema más de la cuenta.
@caine un poco tarde pero bueno, la señora es de Arrested Development, si no has visto la serie ya estás tardando. La última temporada la puedes obviar.
^ Ay¡ q susto me has dao¡ ya te veia en un antro situado en un callejón poco transitado al q para acceder a él tendrías q bajar unas escaleras con poco luz.
@Ramone, que tal El Almuerzo Desnudo? Yo hice un par de intentos en mi época universitaria, que por entonces me dio por la generación Beat y ese libro se me atragantó un poco. Al final lo termine leyendo, pero me pareció demasiado desvarío.
Es un desvarío delicioso, es normal que se atragante porque no tiene nada de usual, es más, yo lo entiendo más como un poema enorme dividido en fragmentos que como una novela. La fuerza de las imágenes que usa son brutales, al nivel del mejor Ginsberg
@Elpirulas no me llegó ningún MP, a dónde lo mandaste?
Esta noche vuelvo a aquí porque quería compartir con ustedes unos versos preciosos escritos por Elena Medel cuando era bastante joven, lo cual los dota de aún más fuerza expresiva, puede que a vosotros no os digan nada, pero a mí me parecen deliciosos.
Grabo versos de colores fríos en tu piel, de arquitrabe a basa, y les llueve y los diluye, y compruebo que la lluvia suena como hacen al caer las canicas brillantes y naranjas que cambiaba en el patio del recreo, poco antes de calzar mi primer bikini.
Bueno, pues este mediodía me han dado una de las noticias que convierten un buen año en un año maravilloso. El Cicus (órgano cultural de la Universidad de Sevilla) va a organizar un homenaje a Leopoldo María Panero y quieren contar conmigo.
Estoy en una nube, porque para mí Panero es muy grande y poder estar en un homenaje que se le organiza en la US es un honor, así que soy contento, chicas!
Para mí es el mejor poeta vivo en el mundo, así que imagínate. No creo que él pueda venir porque está en el psiquiátrico, aunque a veces si que sale, si eso fuese posible ya si que sería la hostia, en serio me daría algo.
Dicen que en este poema, aunque no es de mis preferidos, se condensan todas sus características.
La canción del croupier del Mississipi
"Quince hombres en el cofre del muerto ¡Yo-ho-ho, y una botella de ron!
Fumo mucho. Demasiado. Fumo para frotar el tiempo y a veces oigo la radio, y oigo pasar la vida como quien pone la radio. Fumo mucho. En el cenicero hay ideas y poemas y voces de amigos que no tengo. Y tengo la boca llena de sangre, y sangre que sale de las grietas de mi cráneo y toda mi alma sabe a sangre, sangre fresca no sé si de cerdo o de hombre que soy, en toda mi alma acuchillada por mujeres y niños que se mueven ingenuos, torpes, en esta vida que ya sé. Me palpo el pecho de pronto, nervioso, y no siento un corazón. No hay, no existe en nadie esa cosa que llaman corazón sino quizá en el alcohol, en esa sangre que yo bebo y que es la sangre de Cristo, la única sangre en este mundo que no existe que es como el mal programado, o como fábrica de vida o un sastre que ha olvidado quién es y sigue viviendo, o quizá el reloj y las horas pasan. Me palpo, nervioso, los ojos y los pies y el dedo gordo de la mano lo meto en el ojo, y estoy sucio y mi vida oliendo. Y sueño que he vivido y que me llamo de algún modo y que este cuento es cierto, este absurdo que delatan mis ojos, este delirio en Veracruz, y que este país es cierto este lugar parecido al Infierno, que llaman España, he oído a los muertos que el Infierno es mejor que esto y se parece más. Me digo que soy Pessoa, como Pessoa era Álvaro de Campos, me digo que estar borracho es no estarlo toda la vida, es estar borracho de vida y no de muerte, es una sangre distinta de esa otra espesa que se cuela por los tejados y por las paredes y los agujeros de la vida. Y es que no hay otra comunión ni otro espasmo que este del vino y ningún otro sexo ni mujer que el vaso de alcohol besándome los labios que este vaso de alcohol que llevo en el cerebro, en los pies, en la sangre. que este vaso de vino oscuro o blanco, de ginebra o de ron o lo que sea - ginebra y cerveza, por ejemplo - que es como la infancia, y no es huida, ni evasión, ni sueño sino la única vida real y todo lo posible y agarro de nuevo la copa como el cuello de la vida y cuento a algún ser que es probable que esté ahí la vida de los dioses y unos días soy Caín, y otros un jugador de poker que bebe whisky perfectamente y otros un cazador de dotes que por otra parte he sido pero lo mío es como en "Dulce pájaro de juventud" un cazador de dotes hermoso y alcohólico, y otros días, un asesino tímido y psicótico, y otros alguien que ha muerto quién sabe hace cuánto, en qué ciudad, entre marineros ebrios. Algunos me recuerdan, dicen con la copa en la mano, hablando mucho, hablando para poder existir de que no hay nada mejor que decirse a sí mismo una proposición de Wittgenstein mientras sube la marea del vino en la sangre y el alma. O bien alguien perdido en las galerías del espejo buscando a su Novia. Y otras veces soy Abel que tiene un plan perfecto para rescatar la vida y restaurar a los hombres y también a veces lloro por no ser un esclavo negro en el sur, llorando entre las plantaciones! Es tan bella la ruina, tan profunda sé todos sus colores y es como una sinfonía la música del acabamiento, como música que tocan en el más allá, y ya no tengo sangre en las venas, sino alcohol, tengo sangre en los ojos de borracho y el alma invadida de sangre como de una vomitona, y vomito el alma por las mañanas, después de pasar toda la noche jurando frente a una muñeca de goma que existe Dios. Escribir en España no es llorar, es beber, es beber la rabia del que no se resigna a morir en las esquinas, es beber y mal decir, blasfemar contra España contra este país sin dioses pero con estatuas de dioses, es beber en la iglesia con música de órgano es caerse borracho en los recitales y manchas de vino tinto y sangre "Le livre des masques" de Rémy de Gourmont caerse húmedo babeante y tonto y derrumbarse como un árbol ante los farolillos de esta verbena cultural. Escribir en España es tener hasta el borde en la sangre este alcohol de locura que ya no justifica nada ni nadie, ninguna sombra de las que allí había al principio. Y decir al morir, cuando tenga ya en la boca y cabeza la baba del suicidio gritarle a las sombras, a las tantas que hay y fantasmas en este paraíso para espectros y también a los ciervos que he visto en el bosque, y a los pájaros y a los lobos en la calle y acechando en las esquinas
Comentarios
Hoy vas a tener un gra día
Anoche escribí lo que creo que hasta ahora es lo mejor que he escrito jamás, así que me acosté con una sensación maravillosa.
En cuanto a mis lecturas esta semana, como ya dije, estoy inmerso en El almuerzo desnudo así como en La extracción de la piedra de la locura, que estoy desentrañando hasta la nausea.
Mi poemario ya tiene título y ahora mismo me encuentro quitando poemas del mismo, cosa que me está provocando úlceras, ya que sobrepasaba el número de versos que permitía el concurso, no por 10 o 15 sino por 220 para ser exactos. Es lo que tiene el verso mesiánico al que me he encomendado. Bendito Ginsberg.
Y hasta aquí mi mañana. Esta tarde os comentaré como ha ido la entrega de esta obra y si he muerto de dolor por tener que arrancar algún poema más de la cuenta.
No he visto la serie; de hecho, ni me suena... Pero apuntada queda.
Al final lo termine leyendo, pero me pareció demasiado desvarío.
Esta noche vuelvo a aquí porque quería compartir con ustedes unos versos preciosos escritos por Elena Medel cuando era bastante joven, lo cual los dota de aún más fuerza expresiva, puede que a vosotros no os digan nada, pero a mí me parecen deliciosos.
Grabo versos de colores fríos
en tu piel, de arquitrabe a basa,
y les llueve y los diluye, y compruebo
que la lluvia suena como hacen al caer
las canicas brillantes y naranjas
que cambiaba en el patio del recreo,
poco antes de calzar mi primer bikini.
Estoy en una nube, porque para mí Panero es muy grande y poder estar en un homenaje que se le organiza en la US es un honor, así que soy contento, chicas!
La canción del croupier del Mississipi
"Quince hombres en el cofre del muerto
¡Yo-ho-ho, y una botella de ron!
Fumo mucho. Demasiado.
Fumo para frotar el tiempo y a veces oigo la radio,
y oigo pasar la vida como quien pone la radio.
Fumo mucho. En el cenicero hay
ideas y poemas y voces
de amigos que no tengo. Y tengo
la boca llena de sangre,
y sangre que sale de las grietas de mi cráneo
y toda mi alma sabe a sangre,
sangre fresca no sé si de cerdo o de hombre que soy,
en toda mi alma acuchillada por mujeres y niños
que se mueven ingenuos, torpes, en
esta vida que ya sé.
Me palpo el pecho de pronto, nervioso,
y no siento un corazón. No hay,
no existe en nadie esa cosa que llaman corazón
sino quizá en el alcohol, en esa
sangre que yo bebo y que es la sangre de Cristo,
la única sangre en este mundo que no existe
que es como el mal programado, o
como fábrica de vida o un sastre
que ha olvidado quién es y sigue viviendo, o
quizá el reloj y las horas pasan.
Me palpo, nervioso, los ojos y los pies y el dedo gordo
de la mano lo meto en el ojo, y estoy sucio
y mi vida oliendo.
Y sueño que he vivido y que me llamo de algún modo
y que este cuento es cierto, este
absurdo que delatan mis ojos,
este delirio en Veracruz, y que este
país es cierto este lugar parecido al Infierno,
que llaman España, he oído
a los muertos que el Infierno
es mejor que esto y se parece más.
Me digo que soy Pessoa, como Pessoa era Álvaro de Campos,
me digo que estar borracho es no estarlo
toda la vida, es
estar borracho de vida y no de muerte,
es una sangre distinta de esa otra
espesa que se cuela por los tejados y por las paredes
y los agujeros de la vida.
Y es que no hay otra comunión
ni otro espasmo que este del vino
y ningún otro sexo ni mujer
que el vaso de alcohol besándome los labios
que este vaso de alcohol que llevo en el
cerebro, en los pies, en la sangre.
que este vaso de vino oscuro o blanco,
de ginebra o de ron o lo que sea
- ginebra y cerveza, por ejemplo -
que es como la infancia, y no es
huida, ni evasión, ni sueño
sino la única vida real y todo lo posible
y agarro de nuevo la copa como el cuello de la vida y cuento
a algún ser que es probable que esté
ahí la vida de los dioses
y unos días soy Caín, y otros
un jugador de poker que bebe whisky perfectamente y otros
un cazador de dotes que por otra parte he sido
pero lo mío es como en "Dulce pájaro de juventud"
un cazador de dotes hermoso y alcohólico, y otros días,
un asesino tímido y psicótico, y otros
alguien que ha muerto quién sabe hace cuánto,
en qué ciudad, entre marineros ebrios. Algunos me
recuerdan, dicen
con la copa en la mano, hablando mucho,
hablando para poder existir de que
no hay nada mejor que decirse
a sí mismo una proposición de Wittgenstein mientras sube
la marea del vino en la sangre y el alma.
O bien alguien perdido en las galerías del espejo
buscando a su Novia. Y otras veces
soy Abel que tiene un plan perfecto
para rescatar la vida y restaurar a los hombres
y también a veces lloro por no ser un esclavo
negro en el sur, llorando
entre las plantaciones!
Es tan bella la ruina, tan profunda
sé todos sus colores y es
como una sinfonía la música del acabamiento,
como música que tocan en el más allá,
y ya no tengo sangre en las venas, sino alcohol,
tengo sangre en los ojos de borracho
y el alma invadida de sangre como de una vomitona,
y vomito el alma por las mañanas,
después de pasar toda la noche jurando
frente a una muñeca de goma que existe Dios.
Escribir en España no es llorar, es beber,
es beber la rabia del que no se resigna
a morir en las esquinas, es beber y mal
decir, blasfemar contra España
contra este país sin dioses pero con
estatuas de dioses, es
beber en la iglesia con música de órgano
es caerse borracho en los recitales y manchas de vino
tinto y sangre "Le livre des masques" de Rémy de Gourmont
caerse húmedo babeante y tonto y
derrumbarse como un árbol ante los farolillos
de esta verbena cultural. Escribir en España es tener
hasta el borde en la sangre este alcohol de locura que ya
no justifica nada ni nadie, ninguna sombra
de las que allí había al principio.
Y decir al morir, cuando tenga
ya en la boca y cabeza la baba del suicidio
gritarle a las sombras, a las tantas que hay y fantasmas
en este paraíso para espectros
y también a los ciervos que he visto en el bosque,
y a los pájaros y a los lobos en la calle y
acechando en las esquinas
@Ramone ¿me avisarás cuándo sea el homenaje? Quiero ir.