‘Vidania’ (2006): ‘Vidania’ empieza con ‘Calles y avenidas’, una canción tan grande que después de ella sólo cabe una pequeña decepción. Asustan en la primera escucha el aire festivo de ‘De nuevo en la ciudad’ y las cuerdas de la ropa de ‘Te vi’, pero basta un coro susurrado de Irantzu o una trompeta a lo Buena Vida para disipar cualquier duda sobre la calidad de este disco. ‘Vidania’ es, en definitiva, otro de los excelentes álbumes de la banda, perfecto retrato (otro más) de la cotidianidad, de la ensoñación, de la desolación, de la ruptura, del amor adulto, del amor idealizado, del que hemos conocido, del que puede venir y del que no volverá nunca. Con leves coqueteos soul, blues y gospel (precioso final el de ‘No te he visto nunca’), pero con el inequívoco sonido del grupo en el punto de mira, los temazos de ‘Vidania’ se suceden uno detrás de otro, enganchando, emocionando y provocando más de una sonrisa cómplice. De nuevo la sensación de que quien no disfruta o sufre el amor con La Buena Vida no vive la vida. ¿Favoritas? ‘Calles y avenidas’, ‘Reacción en cadena’, ‘El fin del mundo’ y ‘Honrado ciudadano de Occidente’. Qué ganas de que llegue mañana para comprar dos copias… 8.
‘Historia de un verano’ (1992): La Buena Vida debutan en 1992 encabezando junto a Le Mans lo que se llamó «Donosti Sound», una suerte de pop de marcado carácter folkie con letras obsesionadas con la cotidianidad de nuestras vidas. Si Le Mans (ex Aventuras de Kirlian) representaban la vertiente más agria e irónica, La Buena Vida eran más naïf, coloristas, ingenuos y transparentes. Una tarde en un viejo hotel, un tren que se va, un amor de verano y un reloj que marca las doce protagonizan las cuatro historias de este primer EP, con un marcado carácter popi, guitarras muy Pegamoides etapa ‘Otra dimensión’ y un sonido más punky de lo que puedan creer los nuevos fans. 8.
‘La Buena Vida’ (1993): Por alguna razón que se me escapa, hay mucha gente que prefiere los primeros discos de La Buena Vida a los últimos. No tengo nada en contra de la ausencia de cuerdas, ni del pop sin madurar de estos primeros discos. Es que simplemente creo que el número de buenas canciones de estos primeros tiempos es menor. Me encantan ‘La historia del señor Sömmer’, ‘Por la mañana’ y ‘En bicicleta’, en las que se van desarrollando como comedidos retratistas de la felicidad y la nostalgia, pero la verdad es que me sobran unas cuantas pistas.
6.
‘Mira a tu alrededor’ (1994): En la misma línea del EP anterior, ‘Mira a tu alrededor’ ofrece 3 temas «pam-pam-pam», pero la tragedia, eso sí, aún no tan contundente, se asoma en la acústica ‘La gran familia’. Otra delicia imposible de encontrar ya.
8.
‘Los mejores momentos’ (1994): La Buena Vida no se molestaron en titular su segundo disco, así que se le conoce con el nombre del primer tema. ‘Los mejores momentos’ incide en el mismo sonido del anterior, pero da un paso adelante hacia derroteros un poco más trágicos. ‘Después de tanto tiempo’ y ‘Los mejores momentos’ siguen sonando muy pop, pero ya aparecen sofisticadas cuerdas en ‘Cinco días en invierno’ y ‘Un vestido de tul’. El grupo madura.
7.
‘Magnesia’ (1995): Es un clásico en los conciertos de La Buena Vida que su público pida ‘Magnesia’ o que la gente grite cuando suenan sus primeros acordes. Sin duda alguna su mejor EP y claro punto de inflexión en su carrera, da paso a un sonido definitivamente más centrado en teclados y cuerdas, más hiriente, atemporal y grande. Excelente ‘Menta y agua’ (que hace poco revisaron) y excelente también actualización de ‘En bicicleta’.
9.
‘Soidemersol’ (1997): Para muchos el mejor disco de La Buena Vida. Tendría que haber sido el que les lanzara a la fama (lo distribuyó Universal) pero la cosa salió fatal. ‘Pacífico’ por supuesto no alcanzó ningún éxito y ‘Desde hoy en adelante’, más inexplicablemente, tampoco. Da igual. Encabezados por el dramático vestido de ‘Buenas cosas mal dispuestas’, los 12 temas de ‘Soidemersol’ (nombre del restaurante Los Remedios al revés) son 12 clásicos, magistralmente orquestados y mimados, escritos con una sencillez ante la que es imposible permanecer impasible. ‘Verano’, ‘¡Adiós, muchachos!’ o ‘Matinée’ son algunas de mis favoritas, pero el nivel es tan alto que estoy seguro de que cualquiera podría decir otras.
9.
‘Panorama’ (1999): Tras la decepción del fracaso de ‘Soidemersol’ (poco imaginarían entonces que el disco sería un «must» en toda lista de lo mejor de los 90), el grupo parece un poco desorientado y decide experimentar con la electrónica. La crítica no acoge el cambio muy bien, pero los resultados no son tan malos como se dice. Es cierto que las instrumentales son insulsas, pero ‘Melodrama’, ‘Mi punto de vista’ y ‘Guillermine’ son tres de sus mejores canciones y no sólo por melodía y letra, sino también por su producción. Para quien no le interese hay muchos temas más clásicos, igual de buenos, como ‘Bodas de plata’, ‘Surquemos el cielo entero’ y ‘Tormenta en la mañana de la vida’.
8.
‘Eureka’ (2000): El único disco que no me gusta de La Buena Vida, en la línea experimental de ‘Panorama’ pero con peores resultados. ‘Otra vez tú’ está bien, pero ‘Guillermine’ ya venía en el disco, ‘Mas yo no tengo nada’ no es un desastre total pero casi y ‘H. Powell’ y ‘Old man’ son feas, feas de verdad.
4
‘Hallelujah’ (2001): Este es uno de mis discos favoritos de la historia, con una de mis portadas favoritas de la historia y uno de mis singles favoritos de la historia. Pocas veces se ha escrito una canción tan dolorosa sobre una ruptura como ‘Qué nos va a pasar’ y aún se me ponen los pelos de punta cada vez que escribo, oigo o leo el nombre de esta canción o suena alguno de sus acordes. Pero es que hay mucho más. ‘Mi voluntad’, ‘Vapor de carga’ o ‘Vini, vidi, vinci’ afectan un horror, mientras que las orquestaciones de ‘Sólo tienes lo que das’ y ‘Trigo limpio’ prácticamente ahogan. No escuchar si te acaban de dejar.
10.
‘Harmónica’ (2002): Con las caras B de ‘Qué nos va a pasar’ y más canciones de la sesión de ‘Hallelujah’, ‘Harmónica’ es la enésima prueba del gran nivel de los descartes del grupo. Si es que a temazos como ‘Mirando atrás’ o ‘Qué puedo hacer señor’ se les puede llamar «descartes», claro. Más bien hay que llamarlos clásicos.
7
‘Los Planetas’ (2003): Una delicia que dio a La Buena Vida su primer número 1 en la lista de Afyve. Primer single de ‘Álbum’ pero cantado a dúo con J de Los Planetas, ‘Los Planetas’ es una de mis declaraciones de amor preferidas. ‘La calle del Carmen’ es de nuevo mucho más que una cara B y ‘En un mundo mejor’, otra de sus acertadas reflexiones sobre la madurez. Más adelante Irantzu le devolvería el favor a J en un single de Los Planetas, pero esa es otra historia…
9
‘Álbum’ (2003): La Buena Vida se van amistosamente de Siesta, llegan a Sinnamon, no superan la barrera de las 20.000 copias, pero ahora sus discos están mejor distribuidos. ¿Qué hicieron después del éxito de ‘Hallelujah’? Pues lo que mejor sabían, puede que suene a lo mismo pero con temazos como ‘Un actor mejicano’, ‘Nada debería fallar’ o ‘Rumbo a’, a ver quién se atreve a decirles nada. Y al fin y al cabo sí hay dos temas algo diferentes, la pegadiza y emocionante ‘hh:mm:ss’ y el guiño bossa de ‘En un tiempo feliz’.
9
‘La mitad de nuestras vidas’ (2006): La gente critica el sonido tan «adulto» de La Buena Vida y ellos responden con un single no tan obvio como otros de su carrera, pero que ya es un himno de amor para gente de mediana edad, como el ‘One’ de U2, pero sin gritos y con mejor gusto. Aunque las verdaderas joyas, otra vez, son las dos caras B: ‘Mi estrella fugaz’ y ‘Duelos y quebrantos’. ¿Quién es el cutre que puede tener este single copiado?
9