De joven empezó con la poesía; después continuó con la música, y formó parte de uno de los grupos que más ha influido en el rock británico actual, The Libertines. Por supuesto, estamos hablando de Pete Doherty, ese hombre del Renacimiento que ahora nos sorprende con una nueva faceta artística, la pintura. Nos enteramos de su afición por este arte hace muy poco, después de que el Sun publicara una comprometedora foto en la que supuestamente estaba inyectando heroína a una fan inconsciente tirada en el suelo. Jó, y a nosotros que ya nos parecía fuerte eso de que te echaran una aspirina en la Coca Cola… Un escándalo, vamos. Pero el bueno de Pete se defendió rápidamente diciendo que nada más lejos de la realidad; lo que estaba haciendo era extraer sangre de la fan, que sí estaba consciente, para pintar un cuadro después. ¡Claro! ¿Cómo no se nos había ocurrido?
Ahora ya hemos podido ver las primeras obras que el maestro ha realizado con su propia sangre y con la de gente que también se la ha ofrecido, y la verdad es que son una joyita. Bueno, al menos eso debe pensar el avezado galerista londinense que las va a exponer y vender a mil euros la pieza. Y todavía las venderá todas… El estilo es, digamos, muy naïf, aunque en realidad queremos decir que parece pintura de dedos hecha por un niño. Las imágenes son ciertamente costumbristas: el autobús que le lleva de gira con los Babyshambles, él fumándose un pitillo con una amiga que lleva las tetas al aire… Todo ello en un monocromo color sangre.
James Mullord, el manager de la banda de Doherty, le ofreció recientemente su sangre para desarrollar su arte, y nos dejó estas declaraciones: «Fue muy cuidadoso, utilizó una aguja nueva. Pete ha llegado a ser muy bueno utilizando jeringuillas». Hay que ver qué habilidades tan útiles nos deja el mundo de la droga. ¿Qué será lo próximo? ¿Clases de cocina utilizando sus propios intestinos? Este hombre es un genio.