Me da mucha angustia la carrera hacia la muerte que hemos vivido con Rocío Jurado. Que si ya se ha muerto, que si nosequién se ha ido corriendo al hospital, los especiales que llevan escritos sobre su carrera casi dos años… Espero no estar nunca en una cama enfermo y enterarme de que se rumorea que me he muerto. Entre esa horrible enfermedad que es el cáncer, y ese último período absurdo, centrado en el mundo del corazón, me voy a quedar con otros recuerdos suyos, algunos que llevo conmigo desde pequeño: su imagen en un videoclip viejísimo, mordiendo un fresón; mi hermana imitándola «con las alas al viento», mi padre hablando de su pecho y de su calidad como intérprete al mismo tiempo; por supuesto su disco ‘Señora’, sus canciones compuestas por Manuel Alejandro (‘Como yo te amo’, ‘Señora’, ‘Ese hombre’), a menudo con letras más que ácidas y atrevidas, con majestuosos y escalofriantes arreglos orquestales; y por qué no, su mítica frase «Yo ya no subo más nunca al AVE», tan repetida entre mis amigos para echarnos unas risas. En definitiva, aspectos entrañables de un personaje que siempre pensaste que estaría ahí, y que al final han formado parte de la vida de todos. Esta vez no nos ha pillado por sorpresa, pero una pena, de todas formas.