En un mundo perfecto ahora mismo tendríamos que estar siendo bombardeados por el tercer o cuarto vídeo y single del último disco de Arab Strap, que podría ser perfectamente ‘Don’t ask me to dance’ o ‘There is no ending’. Pero no. A pesar de que las canciones del grupo vuelven una y otra vez sobre temas tan apasionantes como el sexo fácil, el sexo oral, el sexo prohibido y el sexo traumático, a la gente en general le parecen sus canciones muy difíciles de oír. También inexplicable, porque a pesar de no representar el pop precisamente, sus temas cuentan a menudo con riffs repetitivos muy pegajosos.
Yo me enteré de la edición del disco porque lo vi en un escaparate de una tienda indie, no he oído nada en la radio, ni he visto nada en la tele y, hasta hace pocas semanas, lo he tenido olvidado porque no me apetecía ponérmelo. Una pena porque ‘The last romance’, que acaban de presentar en Tenerife, es una maravilla. ‘There is no ending’, la típica canción-cierre-de-un-disco-británico, es un poco boba pero irresistible; ‘(If there’s) no hope for us’, tan sucia como tuvo que ser el romance entre Nick Cave y PJ Harvey; ‘Dream sequence’, un hit. El disco en conjunto, como encontrarte en casa resacoso con ropa interior del día de antes después de follarte a quien no debes.8