La primera vez que oí a las Pipettes sería como hace un año y la primera impresión no es que fuera muy buena. Parecía que, por ser tan fan de los girl-groups como he sido siempre, The Pipettes me tenían que gustar forzosamente. Y las escuché una y otra vez y no hubo manera. La estética también parecía fallar, como si me estuvieran vendiendo un producto que no era tal. Algo así como «somos un grupo de chicas como los de antes» pero al verlas y oírlas darme cuenta de que no. Me sentí muy confundida. Más adelante les fui pillando la gracia a los temas ‘It Hurts To See You Dance So Well’ y ‘I Like A Boy In Uniform’. Y así fue como comenzó mi amor-odio por The Pipettes.
A día de hoy, después de haberle dado infinitas vueltas a su LP ‘We Are The Pipettes’, tengo que decir que mantengo este contradictorio sentimiento por su música, por su estética y por lo que representan. Odio el tema que abre el álbum, es como esas canciones de los Ramones que se me hacen pesadísimas pero que al final me las trago porque sé que la siguiente del disco me vuelve loca. Igual que ‘Dirty Mind’, no la soporto. Afortunadamente, ayudan a subir la media temas con maravillosos arreglos, coros y melodías realmente oldies como ‘Why Did You Stay’, ‘One Night Stand’ o la que sin dudar considero la mejor canción de todo el disco, ‘Because It’s Not Love (But It’s Still a Feeling)’, con esa mezcla de espiritualidad al cantar de The Shirelles y de melodía pegadiza cercana al estilo Crystals.
Lo que me falla de The Pipettes es ese intento de sonar a antiguo que no acaba de cuajar. Echo de menos una voz especial, quizá sea cuestión de acostumbrarse a sus voces o quizá sea que no me quito de la cabeza la voz de Mary Weiss de The Shangri-Las. Aparte, no acabo de ver clara la estética de los topitos en todo lo que se ponen estas mujeres, con vestidos que me parecen demasiado rancios para ser modernos y demasiado atrevidos para parecer antiguos. The Ronettes eran muy provocadoras en su pose y forma de vestir, pero The Pipettes quedan lejos del glamuroso descaro de aquéllas. Por otro lado, ya era hora de que alguien se atreviera a hacer algo así, que entre toda la morralla del disco hay canciones que me parecen verdaderas joyas para estos tiempos que corren. Y el hecho de que podamos ver a tres chicas cantando con esas «coreografías de micrófono» que llamo yo y haciéndose los coros tan maravillosamente bien, es digno de al menos prestarle un poquito de atención. Y así, entre tanto 3 y tanto 4 junto a los 8’s y 9’s que les he puesto a las canciones de ‘We Are The Pipettes’ la nota final se queda a las puertas del notable, que tampoco está mal. 6,5