Arab Strap anunció recientemente su separación, así que era obligatorio asistir a su despedida en Wintercase. El grupo teloneaba a Violent Femmes, por lo que tuvimos que asistir a su actuación mientras la gente, de nuevo, hablaba a grito pelao. Triunfaron especialmente las canciones que tocaron de su último disco de estudio, ‘The last romance’, ‘If there’s no hope for us’, ‘Dream sequence’ y una reluciente ‘There is no ending’, con un sonido espléndido que la redescubierta pija Joy Eslava tiene como pocas. Lástima de final, muy poco glamouroso, con un tema de su etapa «electrónica», resuelto de forma bastante chapucera. Parece que el grupo no ha tenido la suerte en sus directos en nuestro país que merece. 7.
Nunca he sido muy seguidor de Violent Femmes, pero decidí quedarme a su concierto después de Arab Strap por curiosidad, y menos mal. Vaya conciertazo. Me sorprendió que comenzaran con la que quizá sea su canción más conocida, ‘Blister in the sun’, porque se te quedaba un cuerpo de «¿y ahora qué?» un tanto angustioso. Pero tenían ases en la manga. Enseguida salió al escenario casi una decena de músicos para arroparles en lo que sería una sucesión continua de fiesta, virtuosismo (sin demasiados excesos) y baile (sí, a sus años). El doctor, los percusionistas de las placas metálicas colgadas al cuello, la sustitución del bajo acústico por el bajo-escoba y la entrega de Brian Ritchie mantuvieron una sonrisa en nuestras caras durante hora y media de concierto. Para acabar, ‘Gone daddy gone’ como bis, de la que recientemente Gnarls Barkley hizo una versión, recordando que el bis perfecto tiene sólo una canción: así nos la pasamos silbando toda la noche. 9.