En EEUU, lo más esperado cada Navidad no es ni el encendido del árbol, ni las compras masivas de regalos en Barney’s ni despedir al año viejo y recibir al nuevo en Times Square. Lo que esperan como agua de mayo desde el año anterior es la llegada de Mariah Carey a Aspen para mostrar lo mejor en moda de ski-invierno y que la elegancia no está reñida con el calorcito. Con todos ustedes, Mariah Carey en su visita de la Navidad 06-07 a Aspen. No sé cómo lo hace esta mujer, pero es un fijo en esta sección.
Es difícil encontrar los motivos que pueden llevar a una mujer ya de avanzada edad (a ver, que no es una anciana, pero no es la jovencita que ella piensa ser) y de curvas consistentes a ataviarse con unas prendas tan ajustadas y marcatodo en una estación de ski donde lo que prima es el glamour. Vamos, que sus ilustres esquiadoras, como Kate Moss el año pasado, suelen esquiar o fingir que esquían con las colecciones que Chanel y Dior crean ad hoc para este deporte, y no a los infiernos a los que ha debido recurrir la Carey para hacerse con ese look. Porque a ver, las botas son de una tienda de ortopedia, ¿no? ¿Tendrá los pies planos? ¿Juanetes? ¿Los dos tobillos con esguince y por eso lleva dos férulas? ¿Qué me pasa, doctor? Misterio.
Los leggings son del H&M así que bueno, no pasa nada, pero debe estar pasando un frío horrible en las canillas y por eso han adquirido esa forma tan extraña. Eso o sus piernas (aseguradas en varios millones de dólares, encima) son ya las de una cuarentona en baja forma y no las de esa joven mariposa que Mariah sigue pensando que es. Menudo flash. Son bastante llamativos también los guantes de lana gruesa, pero no especialmente feos. Lo que verdaderamente asusta al miedo y a cualquiera con algo de sentido común es la chaqueta-capucha-bata. ¿Quién es, el Emperador de Star Wars? Ay no, si le sobresalen dos enoooormes ubres a través de la camiseta de canalé de Damart. La capucha sólo puede responder al pelo sucio-encrespado por culpa de la humedad del ambiente. Vaya usted a saber. De los pendientes de zíngara mejor no hablamos, pero sólo podemos decir que no pegan ni de broma con todo su conjunto invernal. En resumen, otro nuevo espanto para que pasemos el invierno calentitos.
Si queréis ver cómo Mariah Carey hace el ridículo en las pistas de ski de Aspen, no dejéis de pasaros por aquí, aquí o aquí. ¿A que no tienen precio?
