Release the stars (2007): Con un sonido más ecléctico que de costumbre, Rufus presenta el quinto disco de su carrera, una especie de amalgama entre el sonido de todos sus discos. Vuelve un poco a ‘Want One’, pero sin olvidar sus solos al piano y sus orígenes, como muestra fielmente ‘Going to a town’, una canción muy sencillita en cuanto a melodía, pero increíblemente efectista para todos los fans de Rufus. ‘Release the stars’ también incluye algunos coros, que es una cosa muy vistosa, pero que hace que el resultado final sea -cuanto menos- recargado. Eso sí, en algunos temas quedan perfectamente, y me estoy refiriendo a la deliciosa ‘Release the stars’. Pero (porque siempre hay un pero), también encontramos algún que otro bluff, como ‘Tulsa’, o el que podría ser el próximo single de James Blunt, ‘Nobody’s off the hook’. Este nuevo álbum, profundamente marcado por su experiencia europea (como bien demuestran ‘Leaving for Paris’ y ‘Sansoucci’) no refleja la genialidad de este maestro de la música que es el neoyorquino, pero le ha quedado bonito. No es su mejor grabación, pero ni desentona ni desengaña.
Calificación: 7/10
Temas destacados: ‘Going to a town’, ‘Release the stars’.
Te gustará si: te encanta Rufus. Si todavía no has escuchado nada suyo, mejor empieza con otro disco.
Escúchalo en: MySpace
Rufus Wainwright (1998): Es cierto que muchos lo tachan como el álbum más espeso y complicado de su carrera, pero no lo es del todo. Sin ir más lejos, está muchísimo más cerca de la inmediatez de ‘Want One’ (inmediatez sobreproducida, quiero decir) que de la languidez de ‘Want Two’. Sus arreglos orquestales y sus coros femeninos terminan resultando empalagosos, pero la visión general del disco no es nada barroca, al contrario de lo que puede suceder mirando al tándem ‘Want’ en su totalidad, que no me extrañaría nada si alguien los calificase de pretenciosos y aburridos (ojo, no digo que esta sea mi opinión sobre estos dos discos, que luego enseguida os encendéis…). Las canciones son bastante más lentas (y un poco más descafeinadas) que las del resto de sus álbumes, pero el jovencito de los Wainwright ya apunta maneras con temazos como ‘In my arms’, una canción con un toque un poco jazz capaz de poner los pelos de punta al más pintado.
Calificación: 6,5/10
Temas destacados: ‘In my arms’, ‘Foolish love’, ‘Baby’.
Te gustará si: te vuelven loco Antony and the Johnsons y las orquestas de cámara.
Escúchalo: In my arms
Poses (2001): Desde luego, se trata del primer disco en el que Rufus nos demuestra cuál va a ser su sonido característico. Orquesta, solos de piano y predominio de la voz son las tres claves que le han llevado a fabricarse una discografía de lo más coherente en lo que ha sonido se refiere. Siempre innova, siempre mete alguna novedad en alguna de sus canciones, pero quizá estemos ante uno de los artistas más constantes en la búsqueda de un sonido propio. ‘Poses’ es uno de los álbumes más personales y un discazo en toda regla que se puede escuchar de un tirón sin que te aburras. Tiene los subidones justos en el momento preciso (‘Shadows’, ‘California’) y canciones con las que ponerse a llorar como una Magdalena también en el lugar adecuado (‘The tower of learning’, ‘One man guy’). Es, de lejos, su disco más optimista, tanto en composiciones como en melodías.
Calificación: 8/10
Temas destacados: ‘Cigarrettes and chocolate milk’, ‘Shadows’, ‘The tower of learning’.
Te gustará si: te mola el rollito cantautor alejado del politiqueo y cercano al mariconeo, llorar con los anuncios y cantar (o al menos mover la boca) mientras andas por la calle.
Escúchalo: The tower of learning
Want One (2003): Concebido como un disco con secuela, puede que sea el mejor de toda su discografía. No es que todas las canciones contenidas en él sean perfectas, pero tiene una inmediatez y una facilidad de escucha bastante alejadas de la tónica general de Rufus. El sonido del álbum tiende a lo barroco y a lo sobreproducido (bien de panderetas, flautas, saxofones y trombones) pero las letras lo hacen todo. Es increíble ver lo fácilmente que temas como ‘Go or go ahead’, ‘I don’t know what it is’ o ’14th street’ se convierten en himnos casi a la primera. Lo malo es que hay algunas canciones de por medio que son más de relleno que de otra cosa. A pesar de lo divertida que es ‘Vibrate’ o de que ‘Harvester of hearts’ sea una de las canciones favoritas de los fans, terminan resultando un pelín aburridas. Suerte que ‘Beautiful child’ y ’11:11′ salvan la última parte del disco dejando un buen sabor de boca. Y en conjunto suena increíble.
Calificación: 9/10
Temas destacados: ‘Go or go ahead’, ’14th street’, ‘I don’t know what it is’.
Te gustará si: eres fan de Manuela Trasobares y Rubens (por lo del barroquismo), Travis o Damien Rice.
Escúchalo en: Go or go ahead
Want Two (2004): Probablemente -y a primera vista- es el disco más coñazo del canadiense. Sin embargo, no hay nada como escucharlo a fondo para darse cuenta de que es un buen disco. Excesivamente patético, pero un buen disco. El corte que abre, ‘Agnus Dei’ es, simple y llanamente, una muestra de lo que nos vamos a encontrar. Rufus se despoja de florituras y nos enseña todo su poderío vocal en la mayoría de las composiciones. A pesar de ser árido como él solo, ‘Want Two’ tiene temas destacados (‘Gay Messiah’, ‘Crumb by crumb’), y aunque en su concepto resulta muy atractivo, el resultado es interesante, pero un poco aburrido, y -desde luego- imposible de escuchar de un tirón.
Calificación: 6/10
Temas destacados: ‘Gay Messiah’, ‘Agnus Dei’.
Te gustará si: tu idea de discazo es un cocktail entre Sufjan Stevens, Bright Eyes y Joanna Newsom.
Escúchalo en: Gay Messiah