Sin haberlo buscado me ha salido un pareado… Chorrás aparte, estos días se anuncia la esperada (sí, ¿no?) edición de ‘El Manifiesto Desastre’, el nuevo disco de estudio de Nacho Vegas. El día 1 de diciembre estará en las tiendas y contendrá 11 cortes (serán 12 en la edición de vinilo) de los 17 que fueron grabados (como ya es costumbre) este pasado verano en el estudio de Paco Loco en El Puerto de Santa María. Los otros cinco cortes quedarán para un futuro EP o miniLP.
Nacho contó a Europa Press que el álbum contendrá una versión de Guy Clarke y una ranchera titulada ‘El lugar del amor’ cuya letra se inspira (¿será una inspiración a lo Bunbury?) en poemas de Fernando Pessoa. Además anuncia que esa «asturianidad» (sic) presente en casi todas sus obras anteriores ya no será tan perceptible (en Lucas 15 se ha debido desfogar, claro) y que estas nuevas canciones serán «fotografías del momento» que vive. ¿Nos sacarán por fin de dudas sobre ese posible affair con la Rosenvinge del que todo el mundo habla últimamente?
En la nota de prensa de Europa Press, además de hablar de su próxima gira y todas esas cosas, se menciona que hace unos meses conoció a Andrés Calamaro y que planean hacer «algo juntos». Según Nacho, «lo bueno es trabajar con gente con la que tienes algunas cosas en común y otras que te diferencian mucho». Y añade que los discos con Bunbury, Rosenvinge y Xel Pereda en Lucas 15 le sirvieron para coger fuerzas y aprender de otra gente. «No tengo necesidad de hacer un disco mío el año que viene, prefiero estar dos años haciendo música con otra gente».
Y es que NV se está convirtiendo en todo un profesional de esto de los discos conjuntos que (si exceptuamos lo de Lucas 15) se intuye que no hacen sino ampliar su público objetivo. ¿Cuántos fans de Bunbury habrán comprado algún disco de Vegas después de ‘El Tiempo De Las Cerezas’? ¿Podría el asturiano haber soñado con actuar en el Metropolitan de México D.F. de no ser por ese álbum? Se trataba de un correcto disco doble del que se podría extraer un muy buen disco sencillo, pero nunca supuso una obra significativa artísticamente para los fans de Vegas.
Su reciente colaboración con Christina Rosenvinge en el EP ‘Un Verano Fatal‘ también ha tenido unos resultados (Achtung! Opinión personal!) sólo discretos pero una repercusión mediática enorme. Y no hablemos de los ríos de tinta y pixels que está generando su supuesta relación sentimental, que (¿casualmente?) coinciden con la edición de los nuevos discos de ambos.
En una entrevista hace año y pico en Rockdelux, Vegas hablaba de unas canciones que había compuesto a medias con J (de las cuales tocó una en el concierto-homenaje a Los Planetas). No se ha vuelto a saber nada del tema, pero es indudable que, si llegaran a ver la luz, no se hablaría de otra cosa.
Por otra parte, su posible colaboración con Calamaro se antoja enormemente interesante (quizá el argentino espabile un poquito, que desde ‘El Cantante’ su obra está resultando irregular tirando a mal), pero desde luego sería un espaldarazo para que Vegas entrara en el jugoso mercado latinoamericano.
Nacho Vegas añade: «En otros países es más frecuente colaborar: en Brasil desde que salió la ‘bossa nova’, los mejores discos son todos de colaboraciones. Aquí, me da rabia que los discos de colaboración se vean como discos menores». Y digo yo, ¿no se percibirán como discos menores porque realmente lo sean? La verdad es que no deja de ser curioso como, ya desde aquel álbum compartido con Aroah, Nacho parece muy escrupuloso a la hora de separar sus dos facetas: raro es el disco de Vegas en el que haya colaboraciones sonadas (la excepción que confirma la regla son aquellos coros de J en ‘Noches árticas’). Pasito a pasito, NV va acaparando portadas, artículos y siendo cada vez más conocido… ¿Forma todo esto parte de un plan global para dominar el mundo? ¿Será el sucesor de Obama? Cualquier día tu madre te sorprenderá hablando de lo delgado que se ha quedado ese tal Nacho Vegas.