Desde luego Greg Kurstin no es un nombre tan conocido como lo puedan ser los de productores como Timbaland, Mark Ronson, Bernard Butler o Stuart Price. Sin embargo, sus composiciones, producciones y remixes no dejan de sonar por aquí y por allá, ganándose, más que el prestigio de los medios más elitistas, el reconocimiento del sector pop que también admira por ejemplo a Xenomania.
Ha trabajado de una manera o de otra con Red Hot Chili Peppers, Lily Allen, Kylie Minogue, Jenny Lewis, Ben Harper, Peaches, Beck, Britney o Ladyhawke y quizá la culpa de que tenga tan poco reconocimiento en el fondo sea suya, porque el primer disco de su banda propia, The Bird & The Bee, a pesar de singles como ‘Fucking Boyfriend’ y ‘Again And Again’, no era muy bueno. En breve publica el segundo, mientras sigue haciendo todo tipo de remixes y producciones, como por ejemplo este de ‘Don’t Stop The Music’ de Rihanna que en las últimas horas ha aparecido en multitud de sites.
Entre los méritos de Greg Kurstin está haber co-escrito ‘Wow’ de Kylie, ‘Everything’s Just Wonderful’, ‘Alfie’ y ‘Not Big’ de Lily Allen, ‘Catch You’ de Sophie Ellis-Bextor o ‘Professional Suicide’ de Ladyhawke. Además ha hecho coros y ha tocado prácticamente todos los instrumentos en ‘At War With The Mystics‘ de Flaming Lips, ‘The Information‘ de Beck, ‘Rabbit Fur Coat‘ de Jenny Lewis, ‘Loose‘ de Nelly Furtado o ‘Californication’ de Red Hot Chili Peppers. En estos dos últimos discos simplemente tocó los teclados, algo que aprendió de su abuela, que le enseñó a tocar el piano de pequeño.
El nuevo disco de su banda The Bird & The Bee, ‘Ray Guns Are Not Just The Future’, se publica el 27 de enero y a juzgar por los cuatro temas que pueden escucharse en su MySpace, podría estar bastante mejor que el primero. ‘Ray Gun’ podría pertenecer a Burt Bacharach o, como poco, a los Cardigans de ‘Life‘. Otras canciones, como la que parece el single, ‘Love Letter To Japan’, les emparentan de nuevo con Black Box Recorder. En resumidas cuentas, mantienen las mismas influencias, que no llevarán a Greg y a la cantante Inara George a la lista de lo mejor de nada, pero sí consolidarán una pequeña base de fans que les verán como una banda de culto a la altura, por ejemplo, de Saint Etienne.