Probablemente nadie quede ya sin saber que Michael Jackson se encuentra en un gravísimo apuro económico. Parecía que para salir de esto se le habían ocurrido dos sencillas ideas:
1) Dar decenas y decenas de conciertos. Pero en plan bestia.
2) Subastar su vida entera. Y que el resto del mundo se percate de su barroquismo.
Pero no está tan claro. Michael Jackson está disgustadísimo con esta subasta porque dice que no se le han detallado las fotos de lo que se va a vender y Julien’s Auctions ha contestado que si no están autorizados a subastar cómo es que entonces tienen en su poder los objetos. En cualquier caso, la subasta ya está online, y los catálogos se pueden ver en esta web, para que la gente se vaya preparando de cara al 22 de abril, cuando comienzan las pujas. Hay cinco categorías:
– Estatuas y mobiliario de jardín: donde podéis encontrar relojes, estatuas variadas de niños que simulan estar jugando, querubines varios (que son de lo más feo que puedas echarte a la cara) y réplicas de estatuas clásicas. Lo que cualquiera pondría en su césped, al lado del consabido enanito que cualquier persona con chalet tiene.
– Mobiliario y obras de arte: casi todo son sillas tipo Luis XV o estilo imperio, e incluso una preciosa réplica de La Piedad que se puede contemplar en el Vaticano. Podemos definir este catálogo como el del rococó y los dorados. Recargadísimo todo.
– Antigüedades, pinturas y piezas de arte: Lo que este señor guardaba en su mansión no se lo salta un galgo. Destaca la sección «águilas», que descoloca bastante con el resto por su agresividad.
– Divertimentos, juegos y entretenimiento: si cualquier persona normal tuviese alguna de las cosas que aparecen aquí, creeríamos que tiene Diógenes. Caballitos pony (este que vemos pertenece a Elizabeth Taylor), todo tipo de máquinas de videojuegos estilo recreativos e incluso máquinas de Zoltar el Adivino. ¿Vuelven los ochenta? ¿Otra vez?
– Recuerdos de la vida y carrera de Michael Jackson: es quizá la más interesante para los fans. Desde premios hasta trajes de sus conciertos, ideal para cualquier fetichista.
Es evidente que los mileuristas de pro no vamos a sacar la tarjeta de crédito para comprarnos ninguna de estas piezas, pero lo cierto es que merece la pena darles un repaso por lo que te puedes encontrar. Similar a lo que pasa en las mudanzas, cuando tus amigos vienen a rapiñar lo que tú ya no quieres y tienes en bolsas de basura, aunque esta vez no esté muy claro quién se va a quedar el dinero.