Voy a ser sincero: no daba un duro por la tercera temporada de ‘Skins’. Un cambio tan dramático como reemplazar absolutamente a todos los personajes de una serie de televisión, es como para tomárselo en serio. Después de dos temporadas disfrutando de unos, llega el momento de ir a la Universidad y desaparecen todos, dejando a dos secundarios con todo el peso del protagonismo de la tercera temporada. Vale que siempre nos hemos quejado de que en ‘ALSA’ los personajes estaban siempre en COU e incluso Carlota repitió una vez «para subir nota». Pero… ¿serían capaces los nuevos personajes de engancharnos como si nada?
La respuesta es sí. La tercera temporada de ‘Skins’, pese a un primer capítulo un tanto anodino, coge fuerza en seguida. Los códigos siguen siendo los mismos que en sus anteriores temporadas, y los personajes comparten mucho más con sus predecesores de lo que muchos nos llegábamos a poder imaginar.
Sin embargo, si hay algo fascinante de esta tercera temporada que acaba de finalizar en el Reino Unido, es la trama principal. Los guionistas han sabido dar forma a un problema muy común en la adolescencia: la destrucción lenta de una amistad, capaz de llevarse por delante todo lo que encuentra. De una forma sutil pero patente, dos de los nuevos personajes, Cook y Freddie, amigos de toda la vida; se dan cuenta de que cada vez tienen menos cosas en común. Y esto les lleva a hacerse daño continuamente, casi hasta la extenuación, con violencia tanto física como verbal.
El catalizador no es otro que la magnética Effy, la hermana de Tony, a la que muchos recordarán de las dos primeras temporadas. Un personaje fascinante y misterioso a partes iguales, capaz de sobrellevar el peso de la serie incluso apareciendo en contadas ocasiones en algunos capítulos. Otra vez se tratan en ‘Skins’ temas tan peregrinos como las drogas, la estabilidad familiar y psicológica, la violencia, el alcoholismo o la homosexualidad, esta vez desde perspectivas totalmente diferentes que no hacen otra cosa que enriquecer aun más esta serie, temporada tras temporada.